Muchas veces, creemos que las enfermedades son causadas solo por factores genéticos o el deterioro natural del cuerpo. Sin embargo, muchas enfermedades son causadas por malas costumbres, falta de hábitos o por una higiene pobre. Incluso por el hecho de que ignoramos ciertos cuidados importantes en nuestra propia casa.
Tener en cuenta esos hábitos y realizar un cambio positivo en tu rutina es fundamental para una vida saludable. Acá te traemos algunos simples consejos para que puedas cuidarte y cuidar de los tuyos.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
¿Qué debés hacer para cuidar mejor de la salud?
La salud es algo más que la ausencia de enfermedad. De hecho, es un concepto muy difícil de definir. La OMS explica que la salud es un estado de bienestar físico, mental y social. Ese estado es necesario para una vida productiva y satisfactoria.
Volviendo al concepto de salud, podemos desmenuzarlo en diferentes categorías. Podemos hablar así de salud física, mental, conductual y emocional. Una persona puede realizar determinadas acciones para mantenerse sano en cada una de estas áreas.
Pero las personas no son todas iguales, algo que tenemos que tener en claro a la hora de cuidar a la familia. Los cuidados entonces deben ser diferentes, y prestar especial atención a las particularidades de cada edad.
En adolescentes, por ejemplo, las lesiones por accidentes de tránsito ocupan el primer lugar entre las causas de mortalidad. Por detrás aparecen otros causantes como el suicidio, la violencia interpersonal y el el VIH/SIDA.
Por lo tanto, los cuidados en esa franja etárea tienen que estar orientados a esas causas. Podemos ayudar a nuestros hijos adolescentes a tomar conciencia de la educación vial, además de la salud sexual y reproductiva.
Pero entre los adultos mayores los cuidados deben ser otros, lo mismo que con los niños. Entonces, ¿cómo se cuida a la familia entera? Sigue estos consejos para una vida sana y plena. Tuya y de tus seres queridos.
Alimentación saludable
Una dieta sana y equilibrada es muy importante para la salud familiar. Cuidar la alimentación significa estar conscientes de los alimentos que consumimos. Tenemos que saber qué nutrientes nos aportan nuestras comidas, y cuáles nos faltan.
Las frutas y verduras aportan saludables cuotas de fibras y azúcares naturales y sin refinar. Sin embargo, la alimentación más común en nuestros días es abundante en productos procesados. Los que son dulces poseen una alta carga de azúcares refinados.
Para cuidar a la familia tenemos que alejar a nuestros niños de los aquellos productos muy dulces. Estos pueden ser nocivos para su salud. Los adolescentes y adultos también deben evitarlos en la medida de lo posible.
Otro componente presente en los alimentos considerados comida chatarra son las grasas saturadas y las grasas trans. Consumirlas en exceso pueden llevar a sobrepeso y obesidad, una de las enfermedades más comunes a nivel global.
En la base de la pirámide alimenticia están los cereales, como el trigo y arroz. Estos nos brindan hidratos de carbono, que repercute en una mayor energía. Los alimentos como pastas o panificación corresponden a esta clase.
Pero en nuestro país tenemos otros granos que pueden darnos un gran aporte energético. Solemos considerar que la soja es solo para exportación, y nos olvidamos de sumarla a nuestra dieta.
La soja, al igual que las carnes rojas y los pescados, otorgan una buena cuota de proteínas. Este componente es vital para el correcto funcionamiento del organismo. En una dieta vegetariana, los granos y legumbres pueden reemplazar la proteína cárnica.
Pero cuidar a la familia con una buena dieta no se trata solamente de qué comemos. También es necesario establecer otros hábitos saludables respecto a la alimentación. Un factor clave es establecer en tu hogar horarios de comida.
Para mantener un peso adecuado, además de regular funciones corporales, es importante comer en horarios específicos. No debemos ingerir alimentos cada vez que tengamos hambre, pues puede transformarse en un mal hábito.
Una buena alimentación también ayuda a mantener las defensas fuertes. Las personas que tienen defensas bajas son más propensas a contraer alguna enfermedad y tener complicaciones variadas.
Ejercicios para niños
Los niños de hoy en día ya nacen con una tablet bajo el brazo. Muchos manejan el celular mejor que sus padres o hermanos adolescentes. Sin embargo, debemos evitar que lleven una vida sedentaria. ¿Cómo hacemos eso?
La respuesta fácil sería hacerlos disfrutar del deporte, pero suena más simple de lo que es. Lo importante que es, como padres, seamos personas activas. De esa manera, seremos su ejemplo para hacer del deporte en familia una aventura.
Si bien hay una cuestión de salud de fondo, el objetivo es sentirse y pasarla bien. No hay que presionar demasiado, lo que puede transformar al ejercicio en una actividad tediosa más. Podemos cuidar a la familia simplemente bailando un rato en casa.
Para liberar de la presión podemos incentivar el juego en nuestros niños. Es lo mismo que el ejercicio, hay que aprender a jugar todos los días. A través de actividades lúdicas también se practica la coordinación y conciencia del cuerpo.
Hoy en día, también hay consolas de videojuegos para jugar mediante actividad física. Otra posibilidad que nos ofrece la tecnología son ciertos recursos online o aplicaciones de smartphones.
Podemos descargar algunas apps o juegos que dan puntos o premios por hacer una cierta actividad física. Así logramos incentivar a los niños y adolescentes que se sienten más atraídos por los videojuegos que el deporte.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, los niños y jóvenes deben invertir 60 minutos diarios en actividades físicas. El ejercicio ideal para ellos es de intensidad moderada a vigorosa.
Los deportes colectivos también ayudan a niños y adolescentes a socializar. Mediante el fútbol, básquet, hockey, entre otros, pueden hacer amigos de su edad. Esto es una oportunidad para que se muevan sin sentirse obligados.
Ejercicios para adultos
La OMS también nos aconseja actividad física diaria para los adultos. El objetivo principal del ejercicio frecuente es mejorar las funciones cardiorrespiratorias. También ayuda a tonificar y evitar atrofia de músculos, y protege la salud ósea.
Pero las ventajas del ejercicio van más allá. Mantenerse en movimiento todos los días ayuda a reducir el riesgo de las enfermedades no transmisibles (ENT) y la depresión, una de los trastornos más frecuentes en el campo de la salud mental.
Para los adultos de entre 18 a 64 años se recomienda un mínimo 150 minutos semanales de ejercicio. La actividad física más adecuada es la aeróbica, de intensidad moderada.
Como ya dijimos, cuidar de la familia también significa realizar ejercicio en casa. El tiempo puede ser un pretexto para no activarse físicamente. Sin embargo, no necesitamos horas para dedicarle al ejercicio. Ahora te contamos cómo hacer.
Podés comenzar el día haciendo 20 minutos de estiramientos y ejercicios de fortaleza. Eso te ayudará a mantenerte en buena forma. Pero si te sentís con energía podés ir más allá, y continuar tu jornada con otras rutinas.
La importancia del descanso
Cuidar a la familia comprende además buscar un adecuado hábito del sueño. ¿De que se trata esto? Los hábitos saludables de los que venimos hablando, también llevados al campo del sueño y el descanso, cruciales para una vida sana.
La mayoría de las personas ya no tienen la capacidad de dormirse al momento en que así lo desean. Por eso, para lograr un correcto descanso debemos crear atmósferas adecuadas, que estimulen la calma y permitan conciliar rápidamente el sueño.
Estos hábitos de descanso deben inculcarse desde la infancia. Es importante que enseñemos a nuestros hijos que deben irse a dormir temprano. Ellos están en plena etapa de crecimiento y necesitan de 8 a 10 horas de sueño.
Respetar esos tiempos y rutinas resultará beneficioso para la salud de los niños. Esto se debe a que un buen descanso los mantiene sanos, con energía para el día siguiente. También se previenen enfermedades relacionadas a defensas bajas.
Los adolescentes necesitan cerca de 9 horas de sueño por noche. En esa etapa del desarrollo, el sueño tiene un fuerte efecto sobre el desempeño escolar y la capacidad de concentración.
A partir de los 26 años, se recomienda dormir entre 7 y 9 horas. Después de los 65, lo aconsejable son 7-8 horas de sueño por noche.
Te dejamos algunos simples consejos prácticos para un mejor descanso:
-
Practicá una rutina para dormir relajado.
-
Mantené y respetá un horario de sueño, aun los fines de semana.
-
Dormir en un colchón y con una almohada cómodos.
-
Generar condiciones ideales de ruido, temperatura y luz en el dormitorio.
-
Apagá los aparatos electrónicos antes de acostarte. O al menos dejá tu teléfono en modo avión.
-
Controlá tu consumo de alcohol y cafeína, en especial por las noches.
-
Hacer ejercicio físico a diario. Sí, también ayuda a un mejor descanso.
Cuidado de la salud en cada etapa de la vida
Mantener una vida plena y cuidar a la familia tiene sus particularidades, de acuerdo a cada edad y etapa de la vida. Ya expresamos que no todos los cuidados son iguales, aunque todos debemos desarrollar hábitos saludables.
Como siempre, empezamos por los niños, a quienes debemos enseñar costumbres sanas. Ellos son esponjas que absorben todo lo que se les enseña, quieren aprender y experimentar. Les enseñemos entonces a cuidar su salud.
Es fundamental inculcarles la higiene dental y el aseo personal. Esto se torna una parte de las acciones para cuidar la salud de los más pequeños de la casa. Los niños también deben aprender sobre su alimentación.
La infancia es la principal etapa de desarrollo del cuerpo humano. Los nutrientes que ingerimos durante los primeros años de vida pueden hacer toda la diferencia para un adecuado crecimiento.
También es fundamental que aprendan las partes de su cuerpo, los cuidados que deben tener con los extraños, y cómo nació. Esas dudas sobre sexualidad van a surgir tarde o temprano. Hay que ser sinceros y no hablarles en clave.
La OMS desarrolló reglas sencillas para el cuidado de los adolescentes y sus necesidades específicas. Deben ser tratados como tales, no como jóvenes adultos ni como niños grandes.
Además de una adecuada educación vial para prevenir accidentes de tránsito, hay que prestar mucha atención a la salud mental. La violencia puede ser vista como respuesta a conflictos internos, lo cual repercute en altas tasas de suicidio y ataques violentos.
Los embarazos no planificados y las infecciones de transmisión sexual pueden afectar la salud de los adolescentes. Por lo que hay que hacer hincapié en educación sexual y reproductiva.
Otros cuidados especialmente importantes entre adolescentes es evitar el consumo o abuso de sustancias. Por otra parte, deben alejarse de ambientes ruidosos y no escuchar música fuerte. Esto puede dañarles el oído para el resto de la vida.
A medida que vamos atravesando la adultez y nos acercamos a la vejez, cobran más importancia las visitas al médico. Realizarse chequeos de manera periódica puede ser fundamental para diagnósticos tempranos de todo tipo de enfermedad.
El ejercicio y un buen descanso también se tornan más relevantes en estos años. La actividad física nos permite mantener músculos tonificados y ayuda a las funciones corporales. El sueño también puede tener un gran efecto en ese sentido.
Uno de los consejos transversales, que debemos fomentar para cuidar de toda la familia, es una buena hidratación. Debemos fomentar el consumo de líquidos, en especial agua. Tomemos por lo menos ocho vasos de agua al día en casa.
¿Cómo cuidar de vos?
En este punto queremos destacar los cuidados relativos a la salud psicológica y emocional. No consideres solo la salud física. La depresión, ansiedad o estrés es un tema serio a considerar.
Un consejo importante en este sentido es aprender maneras de manejar el estrés. No se puede evitar el estrés, pero podés aprender a controlarlo. Esto te ayudará a mantener la calma y actuar en situaciones estresantes.
Mantené siempre una mente ejercitada, a través de hábitos saludables. Entre esas costumbres destacan la lectura y las actividades de razonamiento y lógica. Ajedrez, crucigramas, sudoku. A la larga, todos ellos son beneficiosos para la salud mental.
Conclusión
No hay que seguir ninguna fórmula mágica para cuidar a la familia. El bienestar y la calidad de vida se construyen a diario. Lo que necesitamos es construir y compartir hábitos y costumbres saludables.
Hacé actividad física todos los días. Incentivá a tus hijos a hacer lo mismo, e incluso pueden hacerlo juntos. Mantené una dieta balanceada, que incorpore variedad de alimentos y nutrientes, además de rutinas de alimentación.
Desde la infancia hasta la vejez, todos podemos beneficiarnos de los hábitos saludables. Lo bueno es que nunca es tarde para empezar esos hábitos. En El Destape te vamos a acompañar con más consejos para mejorar tu calidad de vida.