En Argentina, cada vez son más quienes deciden comer alimentos de origen vegetal y lo hacen para cuidar su salud en mayor medida. Paradójicamente, desde el Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires advierten que muchos adoptan el hábito sin orientación profesional y su nutrición termina siendo deficiente.
La alimentación vegana es un patrón alimentario que excluye a todos los alimentos de origen animal y sus derivados (lácteos, huevos y miel). “En los últimos años, el interés por este tipo de alimentación ha aumentado tanto en la población general como en la comunidad científica debido a la cantidad de personas que lo han adoptado”, asegura la Lic. Stefania Giselle Lazzaro, nutricionista del Departamento de Alimentación y Dietética del Hospital de Clínicas de la UBA (MN 10.330).
Lazzaro explica que este tipo de alimentación se caracteriza por su predominio de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas. Por ello, se considera una alimentación alta en fibra y grasas de “buena calidad” (insaturadas), lo que podría presentar beneficios en la salud reduciendo el riesgo de enfermedades no transmisibles tales como la obesidad, la hipertensión arterial y diabetes, entre otras.
De acuerdo con una encuesta hecha por Kantar en 2022, en Argentina quienes deciden comer alimentos de origen vegetal o plant-based lo hacen mayormente para cuidar su salud, por el bienestar animal y para cuidar el planeta, en ese orden. Ahora bien, “adoptar este hábito debe ser planificado adecuadamente con un profesional especializado y así lograr que sea una opción nutricionalmente completa y sostenible para cada etapa de la vida”, afirma Lazzaro.
“Todo depende de la manera en la que se lleve adelante dicho patrón. Si una alimentación vegana presenta una ingesta elevada de alimentos industrializados, “de paquete”, por más que se encuentren certificados con su sello, probablemente no se aprovechen los beneficios anteriormente descritos", agrega la profesional.
Qué deficiencias pueden presentarse
Más allá de los beneficios y puntos positivos de ingerir vegetales y frutas, la nutricionista Lazzaro insiste con llevar un control médico si una persona decide no consumir carnes y similares. “Si no está bien equilibrada, puede provocar deficiencias nutricionales de proteínas, ácidos grasos ω-3, hierro, calcio, zinc, vitamina D y B12”, explica. "Por ello, es necesario conocer la composición química de los alimentos, consumirlos en su cantidad necesaria, combinarlos de manera correcta, aplicar técnicas culinarias a fin de aumentar la absorción de ciertos nutrientes y, en los casos pertinentes, recurrir a suplementos”, agrega.
“El riesgo de una alimentación poco nutritiva es similar tanto para quienes consumen alimentos de origen animal como los que no. Por este motivo es necesario el asesoramiento de profesionales. Se busca respetar a las personas que eligen este tipo de alimentación, brindando herramientas para acompañarlos y que puedan llevarla adelante de una manera saludable”, concluye la especialista.
Síntomas de carencias nutricionales
Ante la presentación de algún tipo de estos síntomas, que puede ser consecuente a la carencia de nutrientes, es necesario realizar un análisis de sangre.
- fatiga y agotamiento
- cambios en el estado de ánimo con tendencia a la depresión
- pérdida o aumento del apetito
- dolores musculares
- cabello y uñas débiles
- menor resistencia física
- mareos