El 12 de noviembre se convirtió en el día en que la Argentina legalizó el autocultivo del cannabis para uso medicinal, terapéutico y/o paliativo. Por decreto, Alberto Fernández derogó la reglamentación restrictiva del gobierno de Mauricio Macri, amplió la posibilidad de su uso, incluyó la venta de aceite en farmacias, promocionó la investigación y garantizó su inclusión en planes de obras sociales así como la provisión gratuita por parte del Estado para quienes no tengan cobertura médica. Una medida estrictamente sanitaria que abre otros interrogantes para pensar a futuro – que puede ser no muy lejano porque hay un proyecto que avanza en ese sentido -: el eje económico. ¿Cuánto dinero puede ingresar a las arcas públicas con esta medida y con la legalización de la marihuana? Ya hablamos de algo más amplio que aún no entró en discusión pero algunos datos internacionales dan cuenta de los beneficios que esto puede tener ya que quedó demostrado que la criminalización de los usuarios no desbarata bandas de narcotráfico y, por el contrario, el mercado ilegal crece.
Un informe de New Frontier Data, autodefinida como una empresa de análisis independiente impulsada por la tecnología que se especializa en la industria global del cannabis, reveló que la legalización del cannabis en cinco estados de Estados Unidos podrían sumar nueve mil millones de dólares al mercado legal de esta planta en todo el país. De este modo, según las estimaciones, en 2025 los ingresos alcanzarían los US$ 35,1 mil millones. La elección por el uso recreativo medicinal, o ambos, estaba incluida en la boleta proselitista de los últimos comicios en Arizona, Mississippi, Montana, Nueva Jersey y Dakota del Sur.
En Arizona, donde estaba permitido el uso medicinal, se votó la inclusión del recreativo para mayores de 21 años con un impuesto especial del 16% sobre la droga. En Mississippi se optó por el uso terapéutico pero no por el otro y se permitirá para 20 afecciones de la salud. En Montana se aprobó el uso y compra recreativos para mayores de 21 años, algo similar a Nueva Jersey donde también se avanzó en el cultivo. En tanto, Dakota del Sur lo hizo para ambos usos.
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¿Qué pasa en Argentina?
En nuestro país se avanzó con la legalización del uso del cannabis medicinal, su cultivo y venta en farmacias así como provisión en planes de salud y garantía de acceso gratuito por parte del Estado. Cabe preguntarse cuánto dinero podría generar este mercado de forma interna, números que no figuran en las normas pero que, con el correr de los meses, saldrán a la luz.
En marzo del año pasado, New Frontier Data publicó su Informe Regional sobre el Cannabis en Latinoamérica: Panorama de la Industria en 2019, en el que se estima un mercado total disponible de cannabis (en mercados regulados e ilegales) de 9.800 millones de dólares, figurando a la cabeza Brasil (2.400 millones de $), México (1.900 millones de $), Chile (1.500 millones de $), Argentina (1.100 millones de $) y Colombia (700 millones de $).
Desde la Cámara Argentina del Cannabis explicaron que se espera que el mercado que “alcance la suma de casi cuarenta y dos mil millones de dólares (USD 41,78 mil millones) para el año 2027, creciendo a una tasa compuesta anual del treinta y dos por ciento (32.0%). La referida versatilidad de uso, cada vez más extendido en diversas aplicaciones, así como la creciente legalización internacional de su cultivo, resultan factores decisivos para su exponencial crecimiento”. Una oportunidad para la Argentina. El proyecto de ley presentado por la diputada del Frente de Todos, Carolina Gaillard, estipula, entre otras cosas, la producción nacional de cannabis medicinal para la exportación y generación de divisas. “Tenemos sobre la mesa la chance de generar USD 1.000 millones de exportaciones en los próximos 10 años”, dijo Pablo Fazio, presidente del organismo en una nota que publicó en Infobae en septiembre.
Otro informe interesante es el de Regulación Legal del Cannabis que recolecta diversos números proporcionados por el SEDRONAR o notas periodísticas sobre el consumo, en general, de la marihuana y el mercado cautivo que implica, hoy ilegal pero que podría no serlo. Habla de un gasto para el consumo que oscilaría entre los 135 y los 200 millones de dólares. De abandonar la clandestinidad, no sólo podría generar ingresos sino más trabajo, mejores mediciones y también más seguridad.
Un Estudio Nacional en Población de 12 a 65 años sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas, realizado por la SEDRONAR en 2017, indica que hubo 1.482.165 consumidores de cannabis el año previo al sondeo y un Estudio Nacional de 2006 señaló un consumo mensual promedio de 15 cigarrillos de marihuana o porro. Pero La Nación, en junio de 2019, publicó que cada usuario habitual – más de un millón de personas que lo hacen de forma mensual – consumen 80 gramos al año. Para ser precisos, desglosaron a los consumidores en experimentales (91.274), ocasionales (838.171) y frecuentes (552.620).
Al tomar los estudios del SEDRONAR de 2016, los que indicaban un consumo promedio de 15 cigarrillos de marihuana al mes, estimaron un uso anual por persona de 57,6 gramos y un total de 85.372 kilos. Pero al basarse en los datos de La Nación (80 gramos al año), la cifra sube a 118.573 por cada vuelta al sol. Por supuesto, nada es lineal y desde Regulación Legal del Cannabis marcaron las diferencias: quienes lo consumen de forma experimental podrían usar 3.218 kilos en doce meses, los ocasionales unos 64.546 y los frecuentes 67.793.
De este modo, el consumo va desde el piso de 67.793,81 a 118.573,2 kilos al año. Acá es momento de cuentas. Tomaron datos de precios por gramo informados por el SEDRONAR en 2006, el Ministerio de Seguridad y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (UNODC) en 2017: US$ 2,25; US$ 2 Y US$ 3 respectivamente. De ahí la conclusión de que el gasto anual es de está entre los 135 y los 200 millones de dólares. Hoy en el mercado ilegal.
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Usuarios perseguidos
Tal como publicó Emilio Ruchansky en Nuestras Voces hace tan sólo unos meses, desde el Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) informaron que crecieron las distintas infracciones a la ley de estupefacientes entre 2018 y 2019 pasando de casi 62 mil a 98 mil, lo que se explica porque en un 84% de los partes policiales figura la presunta tenencia de drogas para uso personal. Nada de golpe al narcotráfico.
Ruchansky desglosó que el 53,7 % de los hechos registrados por las fuerzas del orden fueron por “tenencia simple atenuada por uso personal de estupefacientes”. El 12,5 % fue por “tenencia simple” y la categoría “otros” implica el 22,7 %. Por lo tanto, casi el 90% de las actuaciones se concentraron en los consumidores y no en las grandes bandas de tráfico.