Detuvieron a un adolescente de 15 años como sospechoso del homicidio en estación de servicio en Rosario. La Policía de Investigaciones (PDI) llevó a cabo una serie de allanamientos que culminaron con la detención del menor, señalado como sospechoso del crimen del empleado de una estación de servicio en Rosario. El acusado, cuya imagen había sido captada en el momento del homicidio, fue apresado en la llamada Zona Cero, en el noroeste de la ciudad.
Este hecho es el cuarto homicidio en una serie de actos violentos que han sacudido la ciudad, incluyendo los asesinatos de dos taxistas y un colectivero este mes. El fiscal Patricio Saldutti, a cargo de la investigación del homicidio de Bruno Bussanich, de 25 años, ordenó el operativo.
Debido a su edad, el presunto asesino no es penalmente responsable y su caso será derivado a la Justicia de Menores. No obstante, las autoridades continúan la investigación para identificar a posibles cómplices y responsables intelectuales del crimen.
A mediados de marzo, la Justicia había liberado a tres personas, que habían sido demoradas por su presunta participación. De acuerdo a medios locales, no lograron dar con datos discriminatorios que los ubicaran en la escena del hecho ni tampoco pudieron probar su intervención, a pesar de que en un primer momento creían que entre ellos tres podía estar el autor material del asesinato, o al menos quienes habían colaborado con su traslado.
Cómo se produjo la detención
El homicidio ocurrió el 10 de marzo en una estación de servicio en la intersección de las calles Mendoza y Rojas, cuando un individuo armado llegó al lugar y disparó contra el empleado sin darle oportunidad de reacción. Previamente, había dejado una nota amenazante dirigida al gobernador Maximiliano Pullaro. "Esta guerra no es por el territorio, es contra Pullaro y Cococcioni. Así como nosotros llegamos a 300 muertos, estando unidos vamos a matar a más inocentes por año", decía el mensaje.
Según indicó NA, la detención del adolescente se produjo gracias al testimonio clave de dos testigos, cuyas declaraciones proporcionaron información vital para la investigación. Uno de ellos presenció el crimen, identificando al sospechoso en el lugar del hecho, mientras que el otro escuchó al adolescente confesar su participación en el homicidio.
A pesar de la recompensa de 10 millones de pesos ofrecida por el gobierno de Santa Fe y la intensa búsqueda, la captura del presunto homicida se logró días después gracias a la colaboración ciudadana y el trabajo investigativo de las autoridades.