La crisis de la provincia de Santa Fe también es ambiental. Este miércoles tuvo lugar en el Concejo Municipal de Rosario una audiencia pública por la situación del arroyo Ludueña, contaminado por el derrame de líquidos cloacales y tóxicos, pero además su entorno está afectado por obras e intervenciones urbanísticas que provocaron, entre otras consecuencias, la impermeabilización del suelo, según advirtieron especialistas.
El arroyo, históricamente importante para el territorio rosarino, enfrenta un progresivo deterioro debido a múltiples causas, lo que generó preocupación en la comunidad. La audiencia "Situación Ambiental del Arroyo Ludueña" busca no solo visibilizar la problemática, sino también establecer estrategias de gestión ambiental que permitan su conservación y la prevención de riesgos futuros.
De esta manera, vecinos, organizaciones socioambientales, investigadores, especialistas, representantes del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario, así como también funcionarios de todos los niveles y las jurisdicciones desarrollaron un intercambio de ideas y posiciones para el saneamiento y protección del curso de agua de unos 20 kilómetros de extensión que abarca a once localidades de la región y que atraviesa sectores urbanos e industriales.
El concejal de Ciudad Futura y presidente de la Comisión de Ecología, Julián Ferrero, explicó que “el Ludueña sufre una situación muy angustiante y crítica por varios factores” vinculados, por un lado, a la proliferación de obras en la cuenca del arroyo sobre terrenos naturalmente inundables, así como el deterioro producto de contaminantes ambientales.
“Las distintas intervenciones urbanísticas que se hicieron, no solamente en Rosario sino también en localidades como Funes, hicieron que se impermeabilice el suelo. Eso provoca inundaciones, el agua no se pueda filtrar y el problema lo tenemos cuenca abajo, especialmente en barrios populares”, afirmó en diálogo con Radio 2 sobre uno de los ejes de discusión en la audiencia.
En tanto, Ferrero expresó que algunas ciudades "aprovecharon la sequía para construir barrios privados en el medio de la cuenca”. En ese sentido, la Provincia frenó esta semana las obras de dos loteos que se construyen en la zona de la represa del Ludueña sin autorización.
En abril, el propio Concejo ordenó al Municipio que encabeza Pablo Javkin realice un estudio de la posible presencia de metales pesados, producto de la contaminación industrial. En declaraciones para Rosario/12, Ferraro habló sobre la importancia de la audiencia que se produjo esta mañana y deseó que esto "sirva como punto de inflexión para que Rosario se ponga a la cabeza de una planificación estratégica en clave metropolitana para recuperar el arroyo”.
Y sostuvo que, para resolver la única manera de abordar la problemática relacionada con el arroyo de gran magnitud "es con un plan metropolitano, sostenido en el tiempo y con acciones que puedan ser concurrentes todas juntas”.
Las aguas turbias del arroyo Ludueña por la cantidad de residuos
Las denuncias públicas por la situación del Ludueña vienen de hace tiempo. Ferrero definió que el estado del curso del agua es “crítico” por múltiples factores, que van desde las intervenciones urbanísticas que se realizan sin ningún tipo de control ambiental, hasta la construcción de barrios privados sobre la cuenca del río, en zonas naturalmente indudables. “Eso hace que se impermeabilice el suelo y, en épocas de mucha lluvia, los barrios cuenca abajo se inundan más rápido”, explicó.
En julio de 2022 la Justicia puso los ojos sobre el Shopping Fisherton Plaza Open Mall, ubicado frente al Aeropuerto Internacional de Rosario, por arrojar sus desagües pluviales sobre una zanja que drena a la altura del Golf Club.
Pero otro de los problemas que se presenta tiene que ver con la cantidad de residuos que se acumulan en el agua, que llegan a partir de la existencia de basurales a cielo abierto sobre las orillas del arroyo. “Son situaciones que se generan en distintos sectores producto de la pésima gestión que tiene Rosario de sus residuos, con barrios enteros que no tienen acceso al sistema formal de recolección. Y toda esa basura termina cayendo al Ludueña armando una suerte de basural gigante que termina enredándose con los camalotes, en la desembocadura con el Paraná”, detalló.
Asimismo, Ferrero remarcó que la situación no solo tiene su gravedad en la cuestión ambiental y sanitaria, sino que también tiene sus implicancias en materia económica y productiva: “Además de todo eso, también afecta a la actividad económica de un sector muy puntual de los rosarinos como son los pescadores. Cuando se arman estos basurales flotantes en la desembocadura hace que los pescadores que tienen amarrada su lancha en el Ludueña no puedan ingresar al arroyo. Es solo una de las muchas consecuencias que aparecen y que tenemos que empezar a resolver”.