Este domingo,13 de octubre, la Iglesia Católica conmemoró la vida y obra de San Eduardo, considerado uno de los mejores reyes de su tiempo. Este prominente monarca anglosajón perteneció a la casa de Wessex y gobernó en Inglaterra desde 1042 a 1066, arrebató el trono a su hermano Canuto III de Dinamarca.
Entre sus muchas acciones destacadas, San Eduardo suspendió el impuesto del ejército y destinó ese dinero a ayudar a los pobres, mostrando así su compasión y preocupación por los más necesitados. Además, se convirtió en el primer anglosajón en ser canonizado y en el único rey de Inglaterra en recibir dicho honor.
Este rey también impulsó la construcción de la Abadía de Westminster, que luego se remodeló. Esta abadía, que sigue en pie en la actualidad, se convirtió en un importante símbolo de la arquitectura románica normanda en Inglaterra.
San Eduardo falleció el 5 de enero de 1066 y el papa Alejandro III lo canonizó en 1161, en reconocimiento a su dedicación y generosidad hacia su pueblo. Su historia lo retrata como un rey que se preocupaba por el bienestar de sus súbditos, siendo un protector de los débiles y un padre para su pueblo.
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El rey Carlos III de Reino Unido fue coronado con la corona de San Eduardo. El antiguo rey poseía una corona que, según la Enciclopedia Britannica, al parecer fue usada en la coronación de los reyes desde Eduardo I (1274) hasta Carlos I (1626), con excepción del niño Eduardo V, quien no llegó a ser coronado.
La Britannica señala, además, que en 1649 el Parlamento ordenó que esta joya se rompiera y, aparentemente, con sus fragmentos se elaboró una nueva corona de San Eduardo.
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Para la web oficial Royal Collection Trust (RCT) la corona medieval, que se creía que había pertenecido a San Eduardo, fue en realidad fundida en 1649. La nueva corona de reemplazo se mandó a hacer para la coronación de Carlos II (1661). De la original solo se tomó la forma de cuatro cruces, cuatro flores de lis y dos arcos.
Oración a San Eduardo
Glorioso San Eduardo, tú que nos mostraste tu devoción a Dios con paciencia, gentileza y generosidad. Pide a Dios la Gracia para que podamos servirlo, fortaleciendo el Reino de Dios a través de la oración paciente y ayuda a nuestros hermanos necesitados.
Enséñanos a ver en el mundo presente la preparación del otro que no tendrá fin, a juzgar los acontecimientos humanos con vistas a sus resultados eternos.
¡Ayúdanos Oh Señor Jesús! Somos tus discípulos. Ayúdanos a ser usados por ti para edificar a tu pueblo santo, ¡la Iglesia! Ayúdanos a vivir con una fe fuerte en ti, para vivir así un testimonio de obras espirituales y caridad en tu nombre.
“Al único Dios que es nuestro Salvador, la Gloria, la majestad, la soberanía y el poder por medio de nuestro Señor Jesucristo, desde antes de todos los tiempos, ahora y por todos los siglos.
Amén
Santoral del 13 de octubre
- Santa Chelidonia de Abruzzo
- San Florencio de Tesalónica
- San Geraldo de Cierges
- San Leobono de Salagnac
- San Lubencio de Kobern
- San Rómulo de Génova
- San Simberto de Augsburgo
- San Teófilo de Antioquía
- San Venancio de Tours
- Beata Alejandrina María da Costa
- Beata Magdalena Panattieri
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