El achicamiento del Estado y el avance del sector privado por sobre lo público es un fenómeno de época no exclusivo del Gobierno Nacional, y mucho más cuando se trata de políticas para los sectores más vulnerables de la pirámide social. Esta semana el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció su voluntad de finalmente desalojar el histórico predio de Puerto Pibes para su posterior cesión total al Sindicato de Comercio e informó a los trabajadores y trabajadoras de los programas que allí se desarrollan que deben presentarse para una ‘reasignación de tareas’. La decisión no llama la atención ya que el espacios es un terreno de 34 hectáreas en Parque Norte, muy codiciado para los negocios, que ha sido víctima de múltiples embates. El tema es que allí, hace más de tres décadas, se desarrollan múltiples programas recreativos y actividades socioculturales gratuitas pensadas para niños/as y adolescentes de los sectores más humildes del país.
Puerto Pibes hoy tiene una doble jurisdicción, ya que los programas “Recreación Comunitaria” y “Turismo Social” que allí funcionan pertenecen al Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat . Sin embargo en el predio también están ubicadas la Escuela de Creación Primaria D.E. 1º "Indira Gandhi" y el Jardín de Infantes Nucleado Nro. 22 DE 10, a las que asisten mayormente alumnos provenientes del Barrio 31. Según trascendió, en principio la escuela continuaría con sus actividades en los próximos meses, mientras se estaría construyendo en Retiro un nuevo edificio para albergar a la institución. La preocupación de la comunidad educativa persiste teniendo en cuenta que no es la primera vez que sufren campañas de desprestigio e intentos de traslado, impulsados por el negocio inmobiliario.
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Desde el ministerio porteño explican que la decisión tiene que ver con que el predio no es propiedad del Gobierno de la Ciudad, sino del Sindicato de Empleados de Comercio que, desde el año 98, por convenio, cedía una parte del mismo para ser utilizadas por el gobierno de la ciudad para estos programas. Por una decisión de las altas esferas gubernamentales dicho arreglo llegó a su fin y Jorge Macri firmó un nuevo convenio marco entre el Sindicato y GCBA en el que aceptó darle un nuevo uso al predio que no incluye a Puerto Pibes. No obstante, aseguran que el cierre del predio no significa necesariamente la suspensión de los programas sino su “relocalización” a dos posibles destinos, que son el Parque de la Ciudad y el Parque Roca, “que geográficamente son más cercanos para el arribo de los niños en función de sus barrios de procedencia, además que cuentan con amplios espacios verdes para el disfrute y el desarrollo de dichas actividades”.
Desde el gobierno porteño, aseguran que el cierre del predio no significa necesariamente la suspensión de los programas sino su “relocalización” a dos posibles destinos: el Parque de la Ciudad y el Parque Roca.
La denuncia y preocupación de los trabajadores y trabajadoras
A pesar de la versión oficial, quienes trabajan en el predio dudan de la voluntad del gobierno de continuar con las políticas públicas que allí se desarrollan cuyo eje rector es la promoción y protección de derechos de infancias y adolescencias. Además señalan que Puerto Pibes no se trata simplemente de un conglomerado de espacios verdes e instalaciones que puede ser fácilmente reemplazables, ya que conjuga un espacio identitario, de pertenencia, cuya historia resuena en los barrios y familias de las personas que por allí pasaron y su traslado significaría una pérdida invaluable en lo afectivo y el patrimonio cultural inmaterial.
Carina Sánchez es trabajadora social, forma parte de Puerto Pibes desde 2006 y actualmente coordina el Programa de líderes junto a Pablo Ursul. Explica que desde el GCBA no hay ningún tipo de respuesta o indicación, salvo la convocatoria a prestar servicio al Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat a partir de la semana del 4 de marzo: “Nosotros mientras seguimos estando en el predio, pero para la semana que viene, que estamos convocados al Ministerio, se está armando una barrera gremial para que se siga yendo a Puerto Pibes mientras no haya respuesta institucional sobre el futuro de los programas”.
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“Oralmente lo que nos dicen desde la dirección de Desarrollo de Infancia y Adolescencia es que están buscando espacios para reemplazar al predio. A Pablo y a mí que somos los coordinadores en su momento nos convocaron para ir a ver el Parque Roca, que no cumple con ninguno de los requisitos necesarios para que se sostengan las actividades. Nosotros insistimos en participar en la búsqueda pero no nos convocaron más – señala la responsable del área - Lo que no se tiene en cuenta es que no necesitamos únicamente espacios verdes, necesitamos instalaciones, habitaciones, un comedor. Nos dicen que están buscando espacios, pero estamos con los tiempos justos para el inicio de las actividades en marzo”.
Hasta ahora se han organizado para denunciar públicamente y han presentado, sin respuesta alguna, notas administrativas solicitando información sobre el destino de los programas. La decisión fue tomada por Jorge Macri a espaldas, incluso del propio Director del área Ricardo Candino, que es un defensor del programa en materia de derechos y proyectos de autonomía. “Uno se siente muy violentado, como personas que somos llevando adelante una política pública de tanta calidad y con tan poco apoyo. A lo largo de los años hemos vivido situaciones en las que el predio estuvo en disputa, pero esta vez entendemos que el contexto nacional habilita el avance”, sostiene Sánchez.
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Al reclamo se han sumado los gremios de ATE y Sutecba y varios legisladores del FIT y Unión por la Patria que se encargarán de elevar un pedido de informe al GCBA, en relación al predio y su venta. El objetivo común del reclamo es lograr la preservación del predio para el uso de políticas públicas y garantizar la continuidad de los puestos de trabajo. El último viernes encabezaron una conferencia de prensa en la Legislatura porteña junto a organizaciones sociales, la comunidad de la Escuela Indira Ghandi, referentes de la Asamblea por las Infancias y Adolescencias de la Ciudad de Buenos Aires (APIABA), y varios de los niñas/os y adolescentes que participan de las actividades, incluso egresados del Curso de liderazgo, quienes compartieron sus experiencias y aprendizajes.
El sábado 2 de marzo desde las 16 hs. están convocando a sumarse a un Festival Abrazo en solidaridad con Puerto Pibes, que se realizará en el frente del predio, y conjugará una propuesta artística que incluye juegos, murgas, artistas, recitales, y diferentes actividades realizadas por egresados que responden a la dinámica de los programas. El objetivo de la jornada será transmitir lo que habitualmente sucede en el predio con alegría y convicción.
La importancia de las políticas públicas para las infancias y adolescencias
En el espacio trabajan aproximadamente 35 personas que se ocupan de la coordinación, desarrollo, y puesta en marcha de las actividades y cronogramas de dos grandes Programas: "Recreación comunitaria" y “Turismo Social”. El primer programa abarca el trabajo continuo con más de 250 jóvenes de entre 14 y 21 años, en situación de vulnerabilidad de derechos, que forman parte del “Curso de Líderes Recreativos Comunitarios” que dura tres años. “En el marco del programa además reciben semanalmente la visita de escuelas de todos los niveles, con las cuales trabajan aspectos convivenciales, realizan actividades de recreación ambiental y ofrecen capacitaciones para sus equipos docentes”, explica Romina Valsecchi, trabajadora de Puerto Pibes hace más de 15 años.
Por otro lado, a través del programa “Turismo Social”, en el predio reciben semanalmente contingentes de hasta 70 personas de todas las provincias del país que acceden en forma totalmente gratuita al alojamiento y estadía, tienen garantizadas las cuatro comidas, y aprovechan para realizar visitas turísticas y educativas por distintos puntos históricos de la ciudad. Además de recibir a los grupos que se alojan, se llevan adelante actividad recreativas con dispositivos y organizaciones de la ciudad, como escuelas, organizaciones barriales, clubes y parroquias, entre otros espacios.
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Puerto Pibes: un oasis territorial y el vínculo con el barrio
El Programa de Lideres recreativos comunitarios es sin dudas una de las políticas más trascendentales porque apunta a la capacitación de adolescentes y jóvenes en coordinación y recreación grupal, e incentiva y estimula a los estudiantes a trasladar esas experiencias de proyectos comunitarios a los barrios donde viven.
Pablo Ursul es técnico en recreación y coordina el programa desde 1998. Arrancó a trabajar en Puerto Pibes en 1994 en Turismo social y se encargaba principalmente de organizar intercambios entre chicos y chicas de la Ciudad y las provincias, una experiencia que se recortó en la primera gestión de Mauricio Macri. Durante esa etapa logró identificar que faltaban espacios dedicados a las adolescencias, un lugar de pertenencia, de responsabilidad y para relacionarse lúdicamente. Fue ahí que nació la idea del programa de liderazgo que hoy encabeza. “La experiencia de los pibes y pibas, y la experiencia nuestra misma, realmente es un Oasis en lo que es la gestión pública porque atiende otras necesidades más allá de la vulneración del derecho, se enfoca bastante en la promoción de los derechos – sintetiza Ursul - la vivencia es potente porque realmente el programa impacta en el trayecto de vida”.
Un punto clave de la fundamentación pedagógica, teórica, y conceptual del programa es romper con la lógica de socialización de espacios homogéneos. En este sentido Puerto Pibes funciona como un espacio de neutralidad territorial para pibes y pibas de Lugano, del Bajo Flores, Barracas, Pompeya, entre otros. Desde la apropiación logran proyectar colectivamente y armar propuestas que luego trasladan a los territorios. “Nosotros acá no le damos la espalda al Río. De hecho hay muchas salidas y campamentos en el Delta. Creemos que el Río tiene mucho que ver con la identidad como ciudadanos. Por eso es muy importante que el lugar justo sea ahí, fuera de un barrio, que sea neutro a nivel barrial para que puedan venir los pibes y pibas de todos los barrios. Nuestro programa está enfocado en el territorio, pero sacándolos del territorio”, explica el coordinador.
“Hay algo que tienen el programa que es especial, porque no son beneficiarios de una actividad, ellos mismos después se transforman en promotores de derechos. Son pibes de barrios populares que están atravesados por problemáticas de todo tipo, entonces la capacitación es el punto de encuentro, pero después reproducen la experiencia en sus barrios. Hay una Juegoteca en el barrio Mugica de Lugano que armaron los egresados autogestivamente, están en el barrio proponiendo actividades y acompañando. Muchos siguen después su formación, docencia, careras sociales”, agrega Carina.
Para 2024 ya hay inscriptos cerca de 200 pibes y pibas de entre 16 y 21 años, que hoy no saben si van a poder arrancar la cursada: “Hay chicos que ya vienen cursando y están muy angustiados. Cuando se enteraron del conflicto organizaron entre ellos una reunión virtual y fueron a la legislatura, exponiendo el documento que elaboraron como egresados. Nosotros queremos empezar como sea, no queremos que se corte la continuidad, pero además de fondo hay una defensa del espacio que es más profunda. Sería una perdida muy grande para la ciudad”, se lamenta la coordinadora.
La escucha, la palabra y lo colectivo como herramientas de autonomización
Hay experiencias colectivas que dejan huellas en el cuerpo y transforman en quienes las viven la forma de ver y pensarse en el mundo. Quienes pasaron por Puerto Pibes narran que lo que allí ocurre atraviesa no solo a los pibes y pibas, sino también a los trabajadores y docentes. Valsecchi caracteriza al espacio como una excepcionalidad, una política pública de muchísima calidad en cuanto a condiciones recreativas, destinada exclusivamente a infancias y adolescencias”: “para quienes laburamos ahí es un placer, es intenso, te atraviesa, es muy gratificante. Y por otro lado siento que a todo el mundo que pasa por ahí le hace huella, y eso tiene un valor difícil de encontrar”.
Justamente identifica que lo atractivo de la propuesta no es la capacitación ni tampoco las actividades culturales, sino que para los pibes y pibas el objetivo es “sentirse reconocidos, escuchados y no juzgados”. Los temas que se trabajan tienen que ver con la participación, el debate, la resolución de conflictos, las decisiones grupales, la organización, elementos que son parte de la construcción de un modelo de ciudadanía: “quienes pasan por ahí se acercan más a sí mismos, pueden por un rato bajar la guardia y aflojar, eso permite cosas muy maravillosas. Es muy difícil contar lo que significa si no lo viviste, los pibes salen más felices. Las adolescencias más golpeadas y juzgadas de repente sienten que pueden, y el otro lo ve y lo valora”.
“Puerto Pibes es aprender de forma colectiva”
Ángel Núñez, o Kako, como le dicen sus amigos, tiene 21 años y es unos de los egresados del programa que se animó a dar testimonio en la legislatura para defender su lugar y el de sus compañeros. Llegó a Puerto Pibes en 2021, luego de la pandemia, y recuerda que las primeras clases fueron virtuales: “En el curso de líderes nos capacitaron en distintos niveles. Primero realizamos varias prácticas para aprender a trabajar con chicos, y después empezamos a trabajar la planificación, tanto eventos recreativos como de juegos en sí, actividades lúdicas. Posteriormente, se liquidaba todo en tercer año con la gira, que es un viaje para llevar un evento recreativo hacia distintos puntos del país”. A él le tocó coordinar un proyecto para Rosario que fue muy enriquecedor.
Sin embargo, lo que más destaca de su experiencia es la colaboración y solidaridad que se generaba entre todos y la creación de ambiente que te incentivaba a aprender. “Para mí Puerto Pibes es la oportunidad que te da el curso para creerte capaz y capacitarte de poder estudiar. La verdad es que a muchos pibes de los barrios, incluyéndome a mí, se no complica bastante tomar la decisión de empezar a estudiar o ponerse al frente para capacitarse, o seguir aprendiendo. Por nuestras condiciones socioeconómicas salimos del secundario con la necesidad de trabajar, de ayudar a nuestras familias de la manera que se pueda, y Puerto Pibes nos permitía poder incluso trabajar, pero seguir capacitándonos, creernos que podíamos llegar a estudiar, a profesionalizarnos para trabajar de las cosas que nos gustan”.
Su paso por allí fue tan significativo que le despertó la vocación docente. Hoy en día Kako está trabajando de líder recreativo, de Recreólogo en una Escueloteca barrial en Ciudad Oculta, Villa 15, y estudia para ser Docente en el Instituto de Educación Superior Nº 2 Mariano Acosta: “estoy estudiando el tercer año y un nivel primario para ser docente de primaria y la verdad, todas las ansias, todas las expectativas puestas para ya ser profe de primaria. Sin Puerto Pibes eso no hubiese pasado, yo ni siquiera hubiese pensado en trabajar con chicos o en justamente dedicarme a esto que es lo que me gusta y lo que me apasiona”.
Acerca del posible cierre del espacio indica que sería un error irreparable porque realmente es una política pública que funciona porque “todos los pibes que salen de ahí salen marcados, salen distintos, cambiados, realmente te capacitan y te contienen de una forma tremenda”. Kako señala que en los barrios no hay conocido, primo o familiar de los pibes y pibas que hayan pasado por ahí y no lo recuerde con satisfacción. De hecho, su hermano menor está inscripto para arrancar el curso de Líderes en 2024 y espera poder hacerlo.
“Cuando se ataca a Puerto Pibes me genera no solamente indignación en lo personal, sino también pensando en mi hermano y en todos los pibes a los cuales se le está privando esa posibilidad. Quieren destruir una forma colectiva de aprender en una sociedad tan individualista que todo el tiempo nos enseñan y exige que estemos atrás de la plata. Puerto Pibes es otra cosa, Puerto Pibes es aprender de forma colectiva, es ayudarnos entre todos, y si no podés lo resolvemos juntos. Cando quieren cerrar Puerto Pibes en realidad quieren atacar la forma colectiva de aprender. Les molesta que los pibes aprendan, se capaciten, jueguen, se diviertan, disfruten, que viajen. Yo voy a estar siempre en defensa de Puerto Pibes, en defensa del predio y vamos a hacer todo lo posible para que no se cierre. Es una política pública que funciona y hay que cuidarla, hay que protegerla y hay que multiplicarla”, sostiene el joven.