El Premio Nobel de Química de este año fue para dos norteamericanos y un dinamarqués que desarrollaron una forma de lograr reacciones químicas más sencillas y estables: Barry Sharpless, Morten Meldal y Carolyn Bertozzi. "Se trata de hacer que los procesos difíciles sean más fáciles –dijo durante el anuncio Johan Åqvist, presidente del Comité Nobel de Química–. Sharpless y Meldal sentaron las bases para una forma funcional de química, la química del click, en la que los bloques de construcción moleculares se unen de manera rápida y eficiente. Bertozzi llevó la química del click a una nueva dimensión y comenzó a utilizarla en organismos vivos".
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Durante mucho tiempo, los químicos se sintieron impulsados por el deseo de construir moléculas cada vez más complicadas. En la investigación farmacéutica, esto a menudo involucró la recreación artificial de moléculas naturales con propiedades medicinales, lo que dio lugar a muchas construcciones moleculares admirables, pero que generalmente consumen mucho tiempo y son muy caras de producir.
“El Premio de Química de este año trata de no complicar demasiado las cosas, sino de trabajar con lo fácil y sencillo. Las moléculas funcionales se pueden construir incluso siguiendo una ruta directa”, dijo Åqvist.
El que inició todo esto fue Barry Sharpless, que recibe este año su segundo Premio Nobel de Química. Alrededor del año 2000, acuñó el concepto de química click, que es una forma de química simple y confiable, donde las reacciones ocurren rápidamente y se evitan subproductos no deseados.
“El Premio de Química de este año trata de no complicar demasiado las cosas, sino de trabajar con lo fácil y sencillo"
Poco después, Morten Meldal y Barry Sharpless, independientemente uno del otro, presentaron lo que ahora es la joya de la corona de la química del click: la cicloadición de azida-alquino catalizada por cobre. Se trata de una reacción química elegante y eficiente que ahora es de uso generalizado. Entre muchos otros usos, se emplea en el desarrollo de productos farmacéuticos, para mapear el ADN y crear materiales.
Carolyn Bertozzi la llevó a un nuevo nivel. Para mapear biomoléculas importantes pero esquivas en la superficie de las células (glicanos), desarrolló reacciones "de click" que funcionan dentro de los organismos vivos. Sus reacciones bioortogonales tienen lugar sin alterar la química normal de la célula.
Estas reacciones ahora se usan globalmente para explorar células y rastrear procesos biológicos. Utilizando reacciones bioortogonales, los investigadores mejoraron la orientación de productos farmacéuticos contra el cáncer, que ya se están probando en ensayos clínicos.
La química del click y las reacciones bioortogonales han llevado a la química a la era del funcionalismo y está trayendo el mayor beneficio para la humanidad, afirma el Comité Nobel en un comunicado.