En el marco de la Semana del Sánguche de Milanesa en Tucumán, se vivió un caos cuando un restaurant realizó una promoción para venderla a $1,50. Un hombre apuñaló a un joven para quitarle su lugar en la fila y el tenso momento generó que el comercio suspenda el mega descuento y además ofreció disculpas públicas.
La idea del local Ope’s causó furor total y es por eso que se generó tanta convocatoria. La promoción era de "150 milangas por día al mismo precio que se vendían durante la década de 1990" y la iniciativa iba a durar desde el jueves 14 de marzo hasta el lunes 18 en el marco de la Semana del Sandwich de Milanesa. Afortunadamente, esto atrajo a una multitud de personas, pero la euforia inicial se tornó en caos y violencia.
La fila para acceder al restaurant comenzó a formarse desde la madrugada y mientras transcurría la mañana, la tensión creció con discusiones cada vez más acaloradas porque supuestamente había gente que no respetaba el orden de llegada. El caótico momento se desató cuando un joven de 20 años fue apuñalado por otro hombre que intentaba obtener su lugar en la fila: el agresor le quitó el número y lo apuñaló en el abdomen.
Como consecuencia de esta situación, el joven fue trasladado al hospital de inmediato, donde se encuentra fuera de peligro. "El chico no tenía más de 20 años y estaba diciendo que si no le daban otro número llamaba a la Policía", indicaron los testigos. "Llamá a la Policía, así también nosotros nos sacamos un problema de encima", respondió una de las trabajadoras del local, de acuerdo a lo que publicó el portal El Tucumano. El violento hecho generó todo tipo de reacciones con fuerte repudio por parte de la comunidad. El local suspendió la promoción y ofreció disculpas públicas.
Sorpresa en el folklore por lo que pasó con una figura en Tucumán: "Sólo Dios sabe"
Lalo es un jubilado de 72 años que dialogó con el medio La Gaceta sobre su pasión por el folklore y por qué elige pararse todas las tardes fuera de la Casita de Tucumán para tocar su bombo y homenajear a sus ídolos. El hombre contó la fuerte historia de vida que lo llevó a tener ese hábito.
"Amo el folklore... Zamba, chacarera, lo que sea. Bailo, zapateo, canto y toco el bombo. Y así me gané el cariño de la gente, que es lo más importante. Si no vengo a la mañana, vengo a la tarde porque no quiero quedarme solo en casa. Vivo solo y no me gusta, acá soy feliz", contó Lalo en diálogo con el mencionado medio.
El nombre real del tucumano es Eduardo Albornoz; el gaucho nació y vive en la localidad de Villa Alem. "Mi familia siempre fue pobre. A mi mamá y a mis hermanos no les gustaba mucho la idea de que me dedique al folklore, ellos decían ‘te vas a morir de hambre’, ‘no vas a llegar a nada’, ‘dedicate al trabajo’. Pero a mí me gustaba tanto que siempre me esforcé para hacer lo que me gusta”, comentó el argentino sobre su historia de vida. Y siguió: "Lo peor fue la falta de plata. ¿Sabés lo que sufría cuando iba a los certámenes a bailar? Me moría de hambre para pagar la inscripción, me costó mucho y la remé demasiado. Recuerdo que usaba unas botas superviejas y rotas, pero que siempre estaban lustradas, siempre brillando".
"Me paro aquí porque me cansé de que se aprovechen de mí. En las peñas y espectáculos la gente me aplaudía a mí, pero la plata se la quedaban los organizadores de las peñas y los eventos. Yo soy pobre, fui pobre y lo sigo siendo. Tengo mi jubilación porque trabajaba en la construcción, pero sigo siendo pobre. Toda mi vida laburé y después del trabajo me iba a bailar", comentó Lalo. Y sumó: "Elegí la Casa Histórica porque es un lugar por el que pasa mucha gente y habla de nuestra tradición. Hay un problema con eso, están queriendo desaparecer nuestras raíces. Yo vengo acá y canto con mi traje de gaucho porque es la verdadera esencia del folklore y de la historia de nuestro país. Voy a seguir luchando porque siga vivo el sentido de ser argentino y de ser gaucho. Este traje no me lo voy a sacar nunca".