¿Por qué se come huevo en Pascua? Esa debe ser una de las preguntas principales en el mundo en estas fechas tan especiales. Por lo tanto, vale la pena contar las razones por las que se les regala este tipo de exquisiteces de chocolate a los seres queridos, ya sean familiares, amigos, parejas o hasta incluso vecinos.
Las Pascuas conllevan reuniones, abrazos, comidas, sonrisas, diversión, entretenimiento y espacio para reflexionar. Pero, por supuesto, no puede faltar un rico huevo de chocolate para acompañar una jornada única en el año para la fiesta central del cristianismo, en la que se celebra la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado.
Por qué se come huevo en Pascua
Se trata de una tradición gastronómica vinculada con la religión. Comenzó allá por la denominada Edad de Hielo en la prehistoria, que arrancó hace unos 110 mil años y terminó hace alrededor de 10 mil. Fue una época en la que la temperatura global de la Tierra bajó muschísimo, se expandieron los casquetes polares y los glaciares, y los ecosistemas se transformaron vertiginosamente.
Para sobrellevar aquel duro invierno, en especial en el hemisferio norte, apenas quedaban provisiones. Fue entonces cuando en la llegada de la primavera la salvación estuvo en las aves que llegaron desde el sur y empezaron a poner huevos, que fueron casi los únicos alimentos de los seres humanos hasta que pudieron volver a cazar gracias al aumento paulatino de las temperaturas. Como consecuencia de aquel milagro, empezaron a comer huevos siempre en la misma época como una forma de agradecimiento y la costumbre se fue expandiendo cada vez más.
Con el tiempo, esta traidición se fue manteniendo y ya hacia los comienzos del siglo 19 se hizo muy popular en muchos países de Europa y de América. La explicación que más adeptos reúne en este sentido es que en la antigüedad, los huevos en esos lugares eran considerados carne por la Iglesia, por lo que no se podían comer durante la Cuaresma, aunque las gallinas los seguían poniendo.
Entonces, la gente pintaba los huevos para diferenciarlos de los frescos y los conservaba cocidos para consumirlos recién al terminar la Cuaresma, el esperado día de Pascua de Resurrección. Con el correr de los años y debido a la gran popularidad desatada, la religión incorporó los huevos de Pascua hasta transformarlos en un símbolo universal. Para muchos, el huevo se asemeja a la resurrección como un símbolo de vida nueva.
En Europa, el huevo fue asociado con la fertilidad y como la fecha coincidía con la primeravera, la estación más fértil, quedó como un símbolo de la Pascua por excelencia. Si bien en América cae en otoño, las costumbres se extendieron desde esas zonas. En aquel entonces, los pasteleros comenzaron a elaborarlos utilizando distintos ingredientes hasta que quedó el habitual de chocolate y azúcar, como se lo conoce en la actualidad.
En tanto, en la mitología egipcia, la leyenda dice que el ave fénix se quemó en su nido y resucitó en un huevo. Para los egipcios simboliza "la fertilidad, el renacimiento y la esperanza". Justamente por eso, en el cristianismo se adoptó la idea de que el huevo es un símbolo de la resurrección de Jesús tres días luego de haber sido crucificado.