No es depresión, sucede por la menstruación: el trastorno premenstrual del que nadie habla y que se confunde con otras afecciones 

Muchas personas no saben que lo sufren debido a la falta de información que circula. En algunas ocasiones, puede confundirse con otras alteraciones de la salud mental. De qué se trata y qué alternativas existen para reducir sus síntomas, desde la mirada profesional y de una persona que lo padece.

09 de junio, 2023 | 00.05

Caída del estado de ánimo drásticamente, depresión, ansiedad, angustia, pensamientos rumiantes y tristezas exacerbadas son algunos de los síntomas que se presentan, para mujeres y personas que menstrúan, una sola vez al mes. Altibajos que, tomados como propios de la salud mental, suelen ser mal diagnosticados por profesionales que no atienden lo multifactorial. Sin embargo, existe algo que lo explica y tiene un nombre: el Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM), que no es lo mismo que el ciclo que comúnmente conocemos como "premenstrual".

De este modo, el trastorno es una afección grave del síndrome premenstrual. Si bien ambos presentan síntomas físicos y emocionales, la diferencia es que el TDPM causa cambios extremos en el estado de ánimo que pueden afectar la vida diaria de una persona. Maria de los Ángeles Taborda es médica ginecóloga, obstetra y sexóloga. Asegura que el TDPM se da entre un 5 a 12% de los casos y se encuentra dentro de la clasificación del cuarto Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (DSM IV).

"Las personas afectadas por el TDPM presentan mayor tendencia a desarrollar episodios de depresión. Los criterios de diagnóstico propuestos para el TDPM requiere que la persona presente cinco o más de los síntomas que menciono a continuación y al menos uno debe asociarse con estos cuatro primeros: uno: depresión, sentimientos de desesperanza e ideas de autodesaprobación acusadas; dos: ansiedad, tensión, sensación de agobio, de estar "al límite"; tres: variaciones evidentes en el estado del ánimo: ataques de tristeza, llanto o hipersensibilidad al rechazo; cuarto: enojo, irritabilidad o aumento de conflictos interpersonales persistentes", explica, en diálogo con El Destape.

A su vez, existen otros síntomas mencionados por la profesional:

  • Pérdida del interés por actividades cotidianas
  • Dificultad para la concentración
  • Letargia, fatiga o falta de energía
  • Cambios en el apetito (atracones o antojos)
  • Trastornos del sueño, sensación de estar sobrepasade

​​​​El tratamiento del TDPM es el mismo que para el síndrome premenstrual: puede requerrir de un tratamiento hormonal, analgésicos y medidas dietéticas, como evitar gaseosas y harinas. 

La menstruación fuera del clóset

Macarena González tiene 25, es creadora de contenido web y a lo largo de su vida pasó por tres psiquiatras diferentes que le diagnosticaron estrés postraumático, ansiedad generalizada y la posibilidad de trastorno límite de la personalidad. En la primera sesión con su actual psicóloga, lo primero que le dijo fue que para ella era muy importante que sus pacientes, sobre todo las personas que menstrúan, tuvieran muy en cuenta su ciclo menstrual. A Macarena le llamó la atención porque era la primera vez que una psicóloga le hacía ese señalamiento. 

En paralelo estaba en tratamiento psiquiátrico con un profesional que le ordenó realizarse diferentes estudios para conocer el estado de sus hormonas y poder medicarla correctamente. “La mayoría de los psiquiatras se manejan sin realizar estos estudios porque son muy caros, tuve el privilegio de poder realizarlos porque tenía una obra social”, cuenta.

Anteriormente, le habían recetado tomar risperidona y quetiapina para un tratamiento de trastorno de la personalidad límite. Su actual psiquiatra le explicó que estos medicamentos estaban afectando su hígado y ni siquiera tenía un diagnóstico correcto. Luego de un tratamiento con la medicación apropiada a un cuadro de ansiedad, que era lo que realmente estaba transitando, Macarena alcanzó un momento de estabilidad y mejoría en su salud mental. Sin embargo, por momentos desmejoraba: “Empezaba a estar mal y no lo identificaba como un momento al mes porque no estaba teniendo en cuenta los días. La ansiedad, el cortisol se disparaba y todo a mi alrededor era un caos. Tenía pensamientos intrusivos, pensaba constantemente que me iba a morir, que alguien de mi alrededor se iba a morir o que mi pareja me estaba engañando, de la nada, sin que haya pasado algo. También tenía pensamientos suicidas, como si fuera una depresión y no quería salir de la cama. No entendía qué me pasaba porque estaba bien y de repente cada tanto estaba muy mal", cuenta, sobre su experiencia.

Fue para ese entonces que su terapeuta le sugirió que prestara atención al síndrome premenstrual, aquel que sucede en la semana previa al inicio del ciclo: "Ahí empecé a entender que coincidía con que siempre me sentía mal en la semana previa a que estuviera por menstruar. Eso fue un alivio enorme, poder darle una explicación, identificarlo. Ahora me pasa que empiezo a sentirme mal, veo el calendario y digo, ya entendí, ya me quedo tranquila. Se lo comento, por ejemplo, a mi pareja y a mis amigues, entonces ya saben por qué no quiero salir", cuenta, sobre el diagnóstico. Y agrega que el acompañamiento de su entorno fue clave: "Me siento privilegiada porque me respetan y entienden qué es lo que me pasa porque hay mucho estigma en torno a la menstruación y todavía nos llaman locas o histéricas porque estamos menstruando”.

Como en el caso de Macarena, la terapia psicológica resulta de gran ayuda para atravesar el TDPM, ya que brinda herramientas para disminuir los episodios de ansiedad y depresión, que suelen incrementarse durante esos períodos.

En las investigaciones médicas existe un sesgo patriarcal muy grande y una ausencia en el abordaje sobre lo que les sucede a las personas que menstrúan antes, durante y después de su ciclo. “Navegando por Internet, me enteré que hay un montón de mujeres que se las diagnostica con bipolaridad o con trastornos de la personalidad límite cuando, en realidad, lo que se tiene es un trastorno disfórico premenstrual. Eso mismo me pasó a mí, porque no se tiene en cuenta que pasa con nuestras hormonas”, cuenta Macarena.

Si los varones hetero cis menstruaran, la historia sería otra. O en palabras de Taborda, la médica: "No se habla del trastorno disfórico premenstrual porque se lo engloba dentro del síndrome premenstrual debido a que siempre se tendió a minimizar los dolores menstruales, el sangrado, las molestias en los cambios hormonales y todo lo que produce la alteración hormonal lógica previa a la menstruación. Se tiende a minimizar estos síntomas, por lo tanto es un tema al cual no se le da demasiada importancia y no se habla", explica. Y concluye: "Además, pensemos que hoy en día la menstruación sigue siendo un tema que no se toca y las personas que menstrúan siguen siendo discriminadas, por ejemplo, en India que, cuando las mujeres menstrúan, no pueden entrar en la cocina o comer con la familia. En Nepal las sacan de sus casas, las aíslan. Aún no se puede hablar abiertamente de la menstruación. En nuestro país creo que estamos por un buen camino, cada vez informando más, siendo más conscientes y teniendo otra visión gracias a la nueva generación de médicas y médicos".