Sus vidas están marcadas por el femicidio y hoy le dicen basta a Milei, antes de la marcha antifascista: "Solo un potencial femicida habla de privilegios"

Tras los dichos de Javier Milei en Davos y el interés del Gobierno en eliminar la figura de femicidio, familiares de víctimas toman la palabra y subrayan la importancia de la existencia de este tipo de delito, previo a marchar: "Hablar de privilegios es aberrante y tremendamente doloroso".

31 de enero, 2025 | 00.05

Sofía Rodríguez Ibarra estaba en una fiesta de 15 cuando su padre, efectivo de la Policía Bonaerense, asesinó a tiros a su madre, Cristina Noemí "Beba" Rodríguez. Él se agazapó, se agachó y la mató en la puerta, antes de que entrara. Fue condenado a prisión perpetua. "Yo recuerdo que nosotras, con mi hermana Adriana, peleamos por la carátula de femicidio", rememora en diálogo con El Destape y enfatiza: "Si el foco no se hubiera puesto en la ley 26.791 estamos seguras de que no hubiéramos logrado la perpetua". Los familiares de víctimas de femicidios son quienes mejor pueden explicar la importancia de la norma sancionada en 2012 que tipificó los homicidios de mujeres por motivos de género y que hoy el presidente Javier Milei quiere eliminar, sin tener en cuenta las consecuencias legales que puede desencadenar ni el impacto que puede tener en aquellos que perdieron a sus hermanas, madres, tías, hijas, primas, sobrinas o abuelas. Este sábado, los integrantes de Atravesados por el Femicidio marchan por ellas. 

"Los que somos parte de este grupo vemos en primera persona cómo la vida se detiene, el dolor crece con el tiempo, las ausencias se profundizan. Las perpetuas las llevan las familias", grafica Victoria Villalón, tía de Rocío Villalón, asesinada en San Juan. Apenas un año después de que el Congreso sancionara la ley que incorporó el femicidio como agravante en el artículo 80 del Código Penal, el 28 de septiembre de 2013, vecinos de Pocito, San Juan, encontraron asesinada a Rocío, de 16 años. Le quebraron la mandíbula, le sacaron los dientes, le quebraron el cuello y la golpearon en todo el cuerpo. Su novio, Fernando Flores, fue condenado a perpetua en 2015 y durante un tiempo los mismos familiares sufrieron amenazas que atribuyeron a su círculo íntimo. 

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

El presidente Javier Milei y el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona confirmaron que enviarán un proyecto al Congreso para eliminar el agravante (además de los cupos de género, por discapacidad y la Ley Micaela, entre otras figuras)  porque "ninguna vida vale más que otra". "Esta administración defiende la igualdad ante la Ley", remarcó Cúneo Libarona después de que Milei prometiera eliminar esos supuestos "privilegios" ante el Foro de Davos. Según el mandatario, la denominación de femicidio "legaliza que la vida de una mujer vale más que la de un hombre". Esas declaraciones no pasaron desapercibidas para los familiares que, como en el caso de Victoria, tuvieron que luchar dos años para lograr condenas ejemplerares para los asesinos. "Hablar de privilegios es aberrante y tremendamente doloroso", retrucó.

A Sofía esas palabras le quedaron dando vueltas en la cabeza. "Lo he pensado mucho y lo único que se me ocurre es que solamente un potencial femicida puede creer que esta ley es un privilegio porque esta ley no beneficia en nada a la víctima, ¿en qué salen beneficiadas? La víctima ya no está", responde ante la consulta de este medio. Y suma: "En todo caso, esta ley es un consuelo para los familiares y para todos aquellos que enfrentan el juicio para condenar al asesino". 

El proyecto de Milei se llama concretamente "Ley de Igualdad ante la Ley" y las únicas conquistas de los últimos años que deja en pie son el matrimonio igualitario y el derecho al aborto. Para defenderla pregonan el supuesto de la "discriminación positiva" porque consideran que "no se le puede dar un tratamiento distinto a una minoría que al resto de la sociedad argentina". Así se refieren a los derechos de las mujeres violentadas, hoy desamparadas por el Estado. La Justicia convalidó que ellas están en esta situación porque corroboró que el gobierno no está garantizando sus derechos y que el ajuste que está implementando a las políticas de género es ilegal.  

Hugo Carpaccio, padre de Dayana Capaccio, asesinada por su novio en Rosario en 2012, explicó que "el femicidio no es el simple hecho de que muera una mujer en manos de un hombre, sino que es un agravante por las violencias ejercidas antes de su deceso y por el dominio y poder que se ejerció con esa mujer en vida". Dayana, de 16 años, fue encontrada asesinada en Rosario, a la altura de General Lagos, con disparos y cortes en su cuerpo y signos de haber sido quemada. Su femicida, Maximiliano Tesone, fue condenado a 23 años de prisión a través de un juicio abreviado en 2014, dos años después del crimen. Maximiliano apareció en las marchas con carteles para reclamar su búsqueda. "Si quitaran el femicidio del código penal, ¿se imaginan la cascada de muertes de mujeres que tendríamos si con ese agravante, que solo te asegura prisión perpetua, se mantienen las estadísticas a más de 10 años?, planteó y le respondió a Milei: "La mujer es muy difícil que mate porque considere al hombre de su propiedad y muy difícil que ejerza violencia por un tiempo prolongado, no negamos que exista pero no se puede comparar en estadísticas". 

Marcela Morera, madre de Julieta Mena, alertó por aquellos casos en que los femicidas tienen también "saña de asesinar a los hijos de una mujer y mantenerla con vida para que sufra". Julieta estaba embarazada cuando fue asesinada brutalmente a golpes en el baño de su casa por su novio, Marcos Mansilla. "Había quedado embarazada del hombre que ella amaba, no así él a ella ni a su bebé, ya que la asesinó por no querer abortar, la golpeó en genitales y abdomen para provocar esa situación y generar una hemorragia interna en el hígado y el riñón”, contó, con dolor, la referente de Atravesados por el Femicidio tiempo atrás. 

De acuerdo a la organización Ahora que Si Nos Ven, que también convocó a la marcha antifascista de este sábado, los femicidios se cobran una vida cada 27hs en lo que va del 2025. En el 46% de los casos, el agresor fue la pareja de la víctima, al menos 267 niños perdieron a su madre por femicidios en 2024. 

Sofía Rodríguez Ibarra: "Yo recuerdo que no sabíamos bien ni siquiera qué era un agravante"

El 18 de mayo de 2019, "Beba" Rodríguez  participaba del festejo del cumpleaños de 15 de su sobrina en el salón “Peto Eventos” de Marcos Paz y su ex esposo, ex expolicía bonaerense Hugo Orlando Ibarra, apareció en el lugar para asesinarla. Recibió un disparo en la cabeza efectuado a corta distancia que le provocó la muerte en el acto. "Viste que te iba a encontrar", le dijo antes de sacar el arma y dispararle en la cabeza. Luego del ataque, el sospechoso intentó escapar y eludió a la seguridad privada del salón, pero finalmente fue reducido por los mozos del lugar en una quinta ubicada a pocos metros. 

"Cuando mi papá, que era policía de la Bonaerense, asesinó a mi mamá, yo recuerdo que no sabíamos bien ni siquiera qué era un agravante. Nosotras, con mi hermana Adriana, peleabamos por la carátula de femicidio y no por el de violencia de género. Incluso hasta el día de hoy somos militantes de que el femicidio y la violencia de género van de la mano, pero no son lo mismo", asegura Sofía. Inclusive, asegura que a ellas como hijas les llevó un tiempo comprender la violencia que el hombre ejercía hacia ella. "Nos costó mucho entender que como mi padre no le había pegado nunca a mi mamá también había ejercido violencia de género: psicológica, económica y tantas otras. Que la ley contemple todo eso fue un descubrimiento transitando el crimen y el post", afirma al recuperar la importancia de la sanción de la ley de femicidio, un momento que define como "un antes y después". 

Como Ibarra fue policía por 32 años, y por eso conocía la importancia de las carátulas, "quiso adjudicarse lo que antes era llamado ´Crimen pasional´ o ´Emoción violenta´. "Sabemos que si la ley no hubiera existido, probablemente hubiera sido condenado como un homicidio simple y eso era un problema gravísimo para la familia porque él había jurado asesinarnos a nosotras también. Otra cosa importante para aclarar es que jamás la condena de perpetua quedó firme. Apeló dos veces y la última apelación jamás fue respondida", advierte. 

El caso de Sabrina González: "Quieren las penas más bajas posibles para nuestros asesinos" 

José Antonio Castellanos, el femicida de Sabrina González, se fugó después de asesinarla en 2014. Lo encontraron en 2024, cuando presentó el DNI con una identidad falsa para participar de un torneo de fútbol en el Club Social y Deportivo René Favaloro de Comodoro Rivadavia. Se hizo llamar durante 10 años Carlos Vera. Sabrina tenía 36 años cuando su pareja la mató de una puñalada y huyó. Castellanos llegó al juicio oral acusado de un “homicidio calificado por el vínculo” y fue condenado a prisión perpetua. 

Daira Sayavedra, su hija, reclama ahora al Congreso que "no acepte" este proyecto. Lo dice porque piensa no sólo en su caso sino en los familiares que se apoyan al 100 por ciento en el agravante de femicidio para aumentar las penas. "La pena se reduce y es terrible esperar 10 años para que lo agarren y que por una ley el femicida pueda quedar, no sé, 10 años, 15 años menos y que quede como un homicidio simple. La verdad es muy fuerte y es muy terrible lo que se plantea para los familiares", remarca. 

Ella explica que, mientras esperaba que apareciera el femicida de su madre, fue "muy importante" el cambio de época que generó la sanción. "Fue así tanto para mí como para todos los familiares, porque antes los crímenes eran juzgados como crímenes pasionales o cuando un hombre mataba a la mujer se decía que era ´emoción violenta´ y la pena podía ser menos". Por eso tiene miedo también con lo que puede llegar a arrasar este Gobierno. "Demuestra claramente que todo lo que venimos diciendo y sosteniendo durante todos estos años de lucha es lo que son. Las disidencias tenemos que estar calladas, tenemos que estar silenciadas y si nos matan, a nuestros asesinos les den la pena más baja posible porque así son ellos", subraya. Por eso, asegura, "hay que salir a la calle, hay que salir a luchar".