Débora Blanca, psicóloga especializada en ludopatía: "Se debe prohibir la publicidad, pero con eso solo el problema no está solucionado"

Blanca es directora de Lazos en juego, un grupo de psicólogos especializados en el tema, y presentó trabajos en Argentina, Uruguay, Italia, España y Polonia. Además tiene publicados varios libros sobre la temática. En conversación con El Destape, un repaso sobre la ley que se debatió en diputados y sobre las complejidades de esta adicción, que afecta a 8 de cada 10 adolescentes, según una encuesta

30 de noviembre, 2024 | 19.00

El proyecto de ley que busca prevenir la ludopatía a través la regulación de la publicidad, promoción y explotación de los sitios y plataformas de juegos de azar y apuestas online obtuvo el último jueves media sanción en la Cámara de Diputados, en medio de un fuerte lobby empresarial. La iniciativa, que sintetizó varios de los proyectos presentados luego del trabajo en comisiones, fue aprobada por 139 votos afirmativos, a partir del acompañamiento mayoritario de los bloques de Unión por la Patria, Coalición Cívica, Democracia para Siempre, Encuentro Federal y el FIT.

La Ley apunta principalmente a combatir el crecimiento exponencial de estos consumos en adolescentes y jóvenes que son la población más vulnerable y expuesta cotidianamente a la publicidad y los estímulos permanentes en medios de comunicación tradicional, redes sociales, contenidos de influencers o figuras del deporte, partidos de fútbol y el espacio público. Según los resultados de una encuesta realizada por Unicef Argentina y Bienestar Digital, entre junio y agosto de 2024 el 95% de los adolescentes conoce algún sitio web de apuestas online; 8 de cada 10  accedieron en el último año a una plataforma de apuestas o conocen a alguien que haya apostado; y el 37% afirmó consumir estos sitios a diario o con frecuencia.

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Los y las especialistas advierten que el acceso a las apuestas online y los casos de ludopatía juvenil han aumentado considerablemente en los últimos años potenciados por el encierro de la pandemia y la expansión de las plataformas digitales, lo que conlleva efectos adversos en la salud, mental y física, y graves consecuencias en el bienestar emocional de los jóvenes y sus entornos.

Además de la restricción de la publicidad y la promoción, la norma conjuga otras prohibiciones como el acceso de menores de 18 años a sitios y plataformas de juegos de azar y apuestas en línea; los auspicios de casas de apuestas en el deporte; el otorgamiento de bonos o vales de captación; así como el uso de tarjetas de crédito y tarjetas de prestaciones de ayuda social. Para quienes incumplan, el proyecto establece el incremento de las penas y multas del artículo 301 del Código Penal estableciendo un rango de 3 a 10 años de prisión.

Entendiendo la complejidad de un fenómeno que es multifactorial, el proyecto contempla un capítulo sobre campañas de difusión y actividades de concientización y prevención de la ludopatía que incluye jornadas educativas y pedagógicas en los niveles primario, secundario y terciario; producción y difusión de material sobre los riesgos y las consecuencias del juego;  herramientas de detección y derivación al sistema de asistencia socio-sanitaria; asesoramiento a padres, madres y/o tutores; e instancias de capacitación para equipos docentes y directivos.

Débora Blanca, psicóloga especializada en ludopatía y otras adicciones comportamentales, expresó que si bien se dio un paso significativo con la media sanción, aún falta mucho trabajo por hacer: “Fue un día muy esperado, pero todavía falta, por supuesto, y además de que falta, quienes trabajamos en el tema de ludopatía, quienes tienen familias con ludopatía, quienes sufren de ludopatía, todos sabemos que la ley no va a dar una solución a todo lo que está ocurriendo. Sería una ingenuidad pensar eso. Pero va a ayudar mucho a regular, a controlar, a sancionar, a limitar. Porque alguien que se enferma de una adicción no lo hace solo por motivos familiares, o emocionales. Además está lo que pasa a nivel del cuerpo social. Y en este momento lo vemos en el empuje al consumo, lo indiscriminado, el tener el casino en el celular, las publicidades. Necesitamos del Estado para que nos cuide”.

Blanca es directora de Lazos en juego, un grupo de psicólogos especializados en el tema, y presentó trabajos en Argentina, Uruguay, Italia, España y Polonia. Además tiene publicados varios libros sobre la temática como “Tratado sobre el juego patológico, aspectos sociales, enfoques psicológicos, tratamientos” (2012), “Cuando el juego no es juego ¿es una adicción?” (2016), y “Pandemia y salud mental”(2022).

¿Cómo evalúas al fenómeno que estamos viendo actualmente en relación al boom de las apuestas online? ¿Qué tiene de novedoso?

Lo que tiene de nuevo, y de más riesgoso, es su carácter online que es más adictivo. La posibilidad de apostar con un click lo hace más adictivo. Cuanto más accesible es el juego y las apuestas, más va a crecer la ludopatía y la cantidad de personas que se enferman. Cuando había que ir a Mar del Plata o a Entre Ríos al casino había menos ludópatas que cuando el país se llenó de bingos. En los barrios vos salís, caminas tres cuadras, tenés un bingo. Así creció la ludopatía y además afectó a poblaciones que hasta ese momento no tenían acceso como mujeres, que empezaron a ir mucho a los bingos o a las máquinas tragamonedas, y la gente grande que también empezó a ir al bingo. Y gente que quizás no tenía posibilidades económicas y ahí dejaban la jubilación o los subsidios. Ahora se suma que al apostar desde el celular no tengo que ir a ningún lado, no me tengo que peinar o arreglar, no tengo que mentirle a mi familia o inventar una excusa. Esto multiplica el riesgo de ludopatía.

¿Por qué es un fenómeno que creció más exponencialmente entre los jóvenes?

Los jóvenes vienen mostrando nuevos padecimientos muy relacionados al contacto con pantallas y redes sociales, así como a cambios de paradigmas que distorsionan los lugares y funciones de los adultos y los chicos. Desde 2023 que explotó en nuestro país el problema de las apuestas online en los chicos; en las escuelas, las familias, los clubes, en donde estén, los pibes apuestan desde sus celulares, muchos de ellos enfermándose, con alarmantes consecuencias en su salud y la de sus familias. Es un contrasentido que un pibe de 14 años pueda apostar. Quiero decir, por ley, para apostar hay que ser mayor de 18. Entonces, ¿a dónde apuestan los pibes desde los 11, 12 años? En los sitios ilegales. Porque si un pibe de 14 quiere apostar en Codere, empresa que tiene la licencia del Estado, no podría, o por lo menos se le haría mucho más difícil porque piden DNI, porque está el registro biométrico. En cambio los sitios ilegales no tienen ningún control de nada porque no les importa, porque además no está el Estado obligándolos. Entonces todo el país se llenó de pibes apostando de forma ilegal. En ciudades grandes o chicas, familias adineradas o humildes. Yo este año viajé por las provincias un montón a dar charlas con los chicos, con los padres también, porque además el tema de la apuesta se naturalizó, o sea, no se lo ve con el riesgo que tiene.

¿Cuáles son los motivos por los cuales apuestan los pibes y pibas?

Todos apuestan o tienen amigos que lo hacen, o amigos que son los cajeros, es decir que venden fichas para apostar. Y las apuestas vienen ganando porque prometen ganar dinero, ubicarlos como ganadores, llenarlos de adrenalina. En este último tiempo nosotros tuvimos que armar grupos con modalidad virtual porque llegan muchos chicos al tratamiento y con deudas por los niveles altísimos de impulsividad. La vida les cambia, los padres no entienden qué les está pasando. Paradójicamente son los docentes los que se están poniendo al hombro el tema porque terminan siendo ellos los que identifican la problemática en las aulas. Concretamente, el año pasado yo me enteré de todo esto que estaba pasando en las escuelas porque los docentes empiezan a escribirme por redes, a preguntarme qué hacer. Los pibes están apostando con el celular en los recreos, si aguantan, si no directamente en clase, ¿qué se hace? ¿Qué se les dice? ¿Cómo se interviene? Empezamos a trabajar con los docentes de esta manera y ellos empezaron a informar a los padres, a decirles que estén atentos. Pero sobre los docentes también recae toda una serie de responsabilidades que no corresponde, está bien que sepan y que tengan ciertas herramientas, pero la verdad es que esto les compete sobre todo a las familias, a los padres.

Y además nos encontramos con una generación de jóvenes preocupados por cómo ganar dinero fácil, en forma inmediata y sin esfuerzo. ¿Vos notás una relación con el dinero diferente de los jóvenes?

Sí, uno les pregunta pero ¿ustedes con qué guita apuestan? Claro, apuestan con la guita de los padres que les transfieren y no preguntan. Hay que repensar esta cuestión de las transferencias, de las billeteras virtuales, del efectivo. Estamos viviendo un momento histórico de transición, y nos estamos dirigiendo hacia algún lugar que no conocemos. La pandemia muchísimo tuvo que ver con todo esto que está pasando, y los cambios de paradigma que ya venían gestándose se profundizaron con el encierro. Parte de la profundización es la guita, la idea es ganar si se puede sin laburar o con el menor esfuerzo posible. O sea, hoy un laburo de ocho horas, que el empleador le diga cuándo se puede ir de vacaciones, no es opción, salvo que esté hiper necesitado de laburo. Esto es porque cambió el concepto de trabajo, porque todos queremos ser libres. Por eso no es casual que el gobierno haya ganado con la palabra libertad. Y entonces, si tenés que trabajar y tenés que esforzarte, perdés la libertad. Aparece esta idea de que el trabajo se tiene que adaptar a la vida, lo que sería hermoso, pero no se da así en la realidad, o no siempre. Por eso aparecen las apuestas, la idea de salvarte apostando, o de salvarte en gran hermano, Only fans, ser youtuber, ser esto, estos son los ideales hoy.

¿Observás alguna diferencia entre varones y mujeres en relación a la ludopatía?

La ludopatía online se da más en los varones que en las mujeres, incluso llegan a tratamiento más chicos que chicas. Primero porque está articulado con el deporte. Muchos pibes hacen apuestas deportivas, y el fútbol en particular sigue siendo más ligados al varón que a la mujer. Pero también los varones juegan, antes de descubrir las apuestas, a los videojuegos y eso va formateando la cabeza hacia las apuestas.

¿Cómo se genera ese mecanismo que después puede derivar en las apuestas?

Los juegos de consolas tienen una estructura que es la misma que las máquinas tragamonedas, un sistema de recompensa intermitente. Y los pibes se pasan horas y horas jugando. Los padres en las entrevistas cuentan que quizás de chiquitos ya les habían afanado la tarjeta para comprarse vidas o cajitas, es decir, que ya con los juegos de consola había ciertas conductas que estaban diciendo algo. Lo ves en los chicos que no pueden perder, se ponen muy mal, revolean cosas. Otros que no pueden parar de jugar, no se bañan, no quieren ir a la mesa a comer, y los padres les llevan la comida a la habitación para que no dejen de jugar. En cambio las chicas están un poco por fuera de esto. Pero hay algo más complejo aún, y es que en la ludopatía y en las adicciones en general a la mujer le da más vergüenza y culpa contarlo, porque suele ser más juzgada, y el pedido de ayuda se retrasa. Mucho más si es madre. El campo de las adicciones está emparentado a los vicios, entonces la mujer lo oculta más, lo disimula más, le da mucho más culpa.

¿Cómo es el trabajo de los profesionales de la salud mental ante estos cuadros tan complejos y novedosos en adolescentes y jóvenes?

En principio yo soy muy respetuosa de las especialidades. Ser psicólogo especializado en ludopatía te habilita a decir algunas cosas o a pedirle al Estado tales cosas. Se piensa que hay que capacitar a los docentes en las escuelas, hay que dar charlas. Lo que pasa es que el fenómeno es tan grande y grave que hay colegas o personas de otras profesiones que están hablando de las apuestas, y quizás nunca trabajaron en el ámbito. Por ejemplo, es imprescindible trabajar con la familia. Vos no podés ayudar a un adicto a recuperarse si no laburás con la familia. Y de repente escuchás que hay colegas que atienden ludópatas y no armaron un dispositivo familiar.

¿Cómo funcionan estos dispositivos familiares?

Cuando proponemos a los padres de estos chicos, a sus hermanos, entrar al grupo de Familia, lo hacemos sabiendo de la eficacia de este dispositivo. Sí, del mismo modo que ocurre con los chicos, la posibilidad de los padres de contar cómo vivencian la problemática de su hijo, la sensación de desorientación y necesidad de herramientas. Escuchar a las otras familias con sus miedos, enojos, angustias, sentimiento de impotencia al hablar de préstamos, deudas, ocultamientos, recaídas, etc resulta, además de movilizante, un alivio. Porque lo más tremendo es sentirse solo con un problema, sentirse culpable, avergonzado, impotente, desesperanzado. El grupo vitaliza, pone palabras a lo mudo, brinda herramientas, comprensión, y nuevas preguntas imprescindibles. Frente a las apuestas cargadas de falsas promesas y adrenalina que la época impone a nuestros chicos, nosotros ofrecemos apostar a la palabra y los lazos.

¿Qué puede modificar, de aprobarse, el proyecto de ley que busca prohibir las publicidades de las casas de apuestas? ¿Crees que puede colaborar con el problema o es necesario trabajar sobre la raíz?

Lo que yo me pregunto es ¿la raíz qué es? que te están incentivando todo el tiempo, que te venden la publicidad, que viene el influencer y te dice tal cosa, sí. Pero por prohibirlo no vas a cortar con el problema. La publicidad lo que busca es despertar el consumo, crear una necesidad en el otro. Por ejemplo en España costó un montón regular la publicidad porque la industria apeló argumentando por la libertad de mercado y la libertad de expresión. Acá también aparecieron esos argumentos. Yo creo que la publicidad se debe prohibir, tampoco debe haber bonos, y una figura pública no debe publicitar apuestas.  Además hay que tener cuidado con los slogans que dicen “apostá que vas a ser feliz”, más aún en un país que está sufriendo, entre otras, una crisis económica enorme.

¿Cuál es del rol de los influencers o famosos? ¿Qué genera que una figura tan atractiva esté vendiendo estas cosas?

Hay varias cosas para marcar. Por un lado una figura, deportiva o lo que sea, no debe publicitar apuestas porque es una conducta de riesgo, como tomar alcohol. Una figura pública con la cual las personas se identifican, como el Dibu Martínez, que los niños quieren ser como él o como ella, que tienen un lugar central en el cuerpo social, no debe publicitar cualquier cosa. Eso es la responsabilidad de cada uno. Pero como es un momento muy difícil y se termina apelando a la responsabilidad o a la autorregulación, tiene que estar el Estado para cuidar la salud.

¿Qué otros factores o elementos sociales contribuyen en el crecimiento de la ludopatía?

Es un problema multifactorial. La mamá de un chico que se suicidó el año pasado por ludopatía me empezó a escribir, porque ve mis publicaciones, y me contó que hay personas que alquilan su DNI para que los pibes puedan apostar en los sitios legales. Y en los casinos físicos están pudiendo entrar menores. No sorprende tanto, están perdiendo clientes, y acuden a eso. Por un lado tenes al apostador, la gente que se está enfermando por apostar. Pero a la par tenés otros personajes, que también hay que advertir, como el cajero o la cajera, que son quienes venden fichas de casino en los sitios ilegales online. Hay muchas personas que están haciendo esto y tienen una entrada de guita. Y hay muchos menores que están como cajeros, que también venden fichas y que el DNI se los da la mamá o la abuela. Hoy para comprender el fenómeno global hay que abrir muchas flechitas.

La ludopatía juvenil pareciera ser entonces un síntoma de la crisis y descomposición del tejido social.

Exactamente. Es parte de un cambio de paradigma, por eso no hay una sola raíz. Vos podés prohibir la publicidad, que se debe hacer, pero lo que no se debe es tener la ingenuidad de creer que con eso ya está. Cambiaron los paradigmas, el mundo cambió de una manera tan vertiginosa, tan rotunda. Pensemos qué está pasando con los padres, por ejemplo, que muchos no saben que sus hijos apuestan, otros sí lo saben pero no lo ven como riesgoso, hay algunos que apuestan directamente con los hijos, y yendo un poco más atrás, hay padres que no pueden decir que no a nada y tienen una fragilidad que frente al menor inconveniente se rompen.

O sea, en realidad es una problemática que refleja en su complejidad múltiples cuestiones de la época que vivimos.

Sí, como múltiples motivos que causan este tipo de problemáticas, de afecciones, que después es muy difícil salir.  Yo creo que la ludopatía en los pibes está mostrando un mundo que fuimos armando y que es imprescindible desandar, porque no tiene que ver solo con la llegada de las apuestas. Eso seguro, pero parte del problema es un Estado que estuvo mirando para el costado porque legalizó las apuestas online en 2020 y no hizo nada. Entonces, por un lado el Estado que estuvo mirando para otro lado, pero me parece que también es una interpelación a todos. Nos toca pensar en las responsabilidades, y asumirlas. Control parental en sitios y billeteras virtuales, docentes que incluyan la problemática del juego online en sus Talleres. Médicos que agreguen en las entrevistas con sus pacientitos si consumen sustancias pero que también pregunten por las apuestas. Estado presente con legislaciones, campañas de concientización y prevención, y regulando las publicidades en los medios de comunicación y a los influencers que prometen el paraíso a través de las apuestas. Tenemos que decirlo y actuar en consecuencia: con las apuestas no se juega.