Japón dio un enorme paso en su lucha contra el cambio climático, apostando por una solución innovadora: el amoníaco. Este recurso tiene el potencial de reducir las emisiones de CO₂ de manera considerable y captó la atención de la comunidad internacional debido a su capacidad para transformar el sector energético. Aunque algunos lo denominaron una "bomba de amoníaco", en realidad es una tecnología que podría jugar un papel crucial en la batalla contra el calentamiento global.
El amoníaco es un combustible alternativo con gran potencial, conocido por su uso tradicional en la agricultura como fertilizante, está ganando relevancia como fuente de energía. Lo que lo hace particularmente interesante es que, a diferencia de otros combustibles, no produce dióxido de carbono al quemarse, lo que lo convierte en un aliado clave en la meta de Japón de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
Por otro lado, comparado con combustibles verdes como el hidrógeno, el amoníaco tiene la ventaja de ser más fácil de almacenar y transportar, lo que le otorga un valor estratégico notable. Uno de los sectores más interesados en esta nueva fuente de energía en Japón es el transporte marítimo. NYK Lines, una empresa líder, está trabajando en el desarrollo de un remolcador que funcionará completamente con amoníaco. Si lograrán implementar esta innovación a gran escala, se podría reducir significativamente el impacto ambiental del transporte marítimo, responsable de alrededor del 3 % de las emisiones globales de CO₂.
Fukushima, recordada por el desastre nuclear de 2011, está resurgiendo como un símbolo de renovación. Hoy, esta región es un foco de producción de amoníaco verde, producido con energía renovable, lo que minimiza las emisiones contaminantes. La empresa JGC, en conjunto con el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial de Japón, está construyendo en dicha ciudad una planta que podría marcar un antes y un después en la producción masiva de este amoníaco verde.
Aunque aún es una tecnología en desarrollo, si logra escalarse, la producción de amoníaco verde podría tener un impacto significativo en la reducción global de emisiones.El alcance internacional del proyecto japonés, aunque Japón no es el único país que explora el potencial del amoníaco como fuente de energía, sí está liderando esta iniciativa con determinación. La planta en Fukushima es solo uno de los muchos proyectos en marcha. La central térmica de Hekinan también está incorporando el amoníaco en su proceso de generación, con la visión de operar completamente con este combustible para 2050.
El nuevo primer ministro japonés convocará elecciones para el 27 de octubre
El primer ministro entrante de Japón, Shigeru Ishiba, anunció el lunes que convocará elecciones generales para el 27 de octubre, tras su victoria en una de las contiendas por el liderazgo del gobernante Partido Liberal Democrático más reñidas de la historia. Los comicios, que se celebrarán con un año de antelación y antes de las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre, decidirán qué partido controla la cámara baja del parlamento. Los legisladores se reunirán mañana para confirmarlo como próximo primer ministro del país.
"Es importante que el nuevo Gobierno sea juzgado por el pueblo lo antes posible", declaró Ishiba en una rueda de prensa en la sede del partido en Tokio. Las bolsas japonesas cayeron más de un 4% en las primeras operaciones del lunes, mientras el yen se fortalecía y los bonos del Estado se disparaban como reacción a la victoria de Ishiba, considerado un defensor de endurecer las condiciones de financiación.
Ishiba comenzó el lunes a elegir a los altos cargos del Gobierno y del partido que concurrirán con él a las próximas elecciones generales. Hasta el momento, entre ellos se encuentran dos candidatos rivales en la carrera por el liderazgo, Katsunobu Kato como ministro de Finanzas y Yoshimasa Hayashi, que permanecerá como secretario jefe del gabinete, un puesto fundamental que incluye la función de portavoz principal del Gobierno, dijeron a Reuters dos fuentes familiarizadas con los nombramientos.
Un estrecho aliado de Ishiba, Takeshi Iwaya, antiguo jefe de Defensa, asumirá el cargo de ministro de Asuntos Exteriores, mientras que el general Nakatani regresará al Ministerio de Defensa, cargo que ocupó en 2016, dijeron las fuentes, que pidieron no ser identificadas porque no están autorizadas a hablar con la prensa, confirmando informaciones anteriores de varios medios de comunicación.
Yoji Muto, antiguo ministro, se hará cargo del Ministerio de Economía, Comercio e Industria, según otra fuente. Sin embargo, en su lista no figura Sanae Takaichi, la conservadora de línea dura a la que derrotó el viernes por 215 votos contra 194 en la elección más reñida en casi siete décadas. La ausencia de Takaichi podría dificultar la gestión por parte de Ishiba de un díscolo grupo gobernante sacudido por escándalos que han minado su apoyo público.
Las informaciones aparecidas en algunos medios de comunicación de que Takaichi ha rechazado un puesto "podrían apuntar a una debilidad en la base de apoyo de Ishiba, lo que podría causarle problemas en el futuro", afirmó Hiroshi Shiratori, profesor de Ciencia Política de la Universidad Hosei de Tokio.
Ishiba eligió a otro rival, Shinjiro Koizumi, como jefe de su campaña electoral, junto con el ex primer ministro Yoshihide Suga, partidario de Koizumi, que es el nuevo vicepresidente del partido. Ambos le acompañaron en su rueda de prensa del lunes. Ishiba, de 67 años, ganó la carrera por el liderazgo del partido en su quinto intento con un fuerte respaldo de los miembros de base. Sin embargo, muchos de sus colegas parlamentarios le consideran un alborotador por desafiar a menudo la política del PLD. El viernes, antes de enfrentarse a Takaichi, pidió disculpas a los legisladores del partido por sus "defectos".
Con información de Reuters