Ian Moche, con apenas 11 años, enseña sobre su autismo como forma de militar “un mundo más amigable”. Hoy los recortes y modificaciones en leyes de salud mental y discapacidad en la llamada Ley Ómnibus y el DNU 70/23 del gobierno de Javier MIlei le preocupan y se ofrece a juntarse con el Presidente para buscar mejores alternativas. “Me gustaría que nos escuché y poder pensar en un mundo mejor”, le cuenta a El Destape. Por eso, dice que quiere decir presente en la marcha de la CGT de esta tarde, pero serán sus padres quienes lleven su mensaje.
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“Vivimos de por si en un mundo hermoso, al que no hay que cambiarle nada. Lo que tenemos que hacer es cambiar la sociedad. Si transformamos las personas, para poder vivir en un lugar más claro y amigable, tal vez podamos llegar al objetivo de hacer un planeta mejor para todos, no solo para los autistas o neuro divergentes, para todos. Porque todos lo necesitamos”. Ian Galo Lescano tiene una claridad que por momentos supera la de cualquier interlocutor. Hace dos que llamó la atención en redes sociales y medios convencionales con un sueño tan simple como urgente: “Vivir en un mundo más amigable”.
Él siempre habla de un mundo no perfecto, no ideal. Consciente de la distancia entre lo posible y lo ideal, su primera bandera siempre es la empatía. Para seguir este sueño, comienza por presentarse: “Hola, ¿cómo estás? Yo soy Ian, soy autista (Trastorno del aspecto Autista) y soy activista de mi condición. Me di cuenta que hablando de esta neuro divergencia (y de otras) puedo ayudar a mucha gente. Muchos me dicen que escuchar mi historia los hizo entender más a sus hijos, o a ellos mismos, y eso para mí es lo más lindo”.
Lo divertido es ser distinto
Detrás de sus lentes, y su dulzura infinita, hay un docente que enseña todo el tiempo. Por ejemplo cuando se le pregunta “¿qué es la neuro divergencia?”, cuenta: “Está el cerebro neuro típico, que sería el cerebro normal, que en pocas palabras es el más aburrido, para mí. Y después están los nuero divergentes que cuando no cumplen ese desarrollo que se entiende por normal, se los cataloga de esa manera. Ahí no solo entra el autismo, también el THA, el TOC, la dislexia, la bipolaridad, la esquizofrenia, el Síndrome de Down. Todos los cerebros que son distintos entran en la neuro divergencia, que es nada más que tener un sistema operativo diferente. Son como dos celulares, que tienen dos maneras distintas de sacar fotos pero llegan a los mismos objetivos”.
“Estos días que corren”
Ian es un torrente de información. Para seguir su mensaje, claro y potente, hay que estar muy atento. Estos días lo tienen preocupado por lo que él define como “el miedo a perder derechos”, en relación al articulado de la Ley Ómnibus que habla de discapacidad y salud mental, presentada por La Libertad Avanza en el Congreso Nacional “Yo no quiero hablar mal de nadie, pero hay varios proyectos que tal vez por desinformación, como la Ley Ómnibus, que plantean algunas cosas que no están buenas. Por ejemplo, derogar la ley de discapacidad o de salud mental, que en realidad sí hay que cambiarlas pero no derogarlas”.
Y explica: “Por ejemplo que una familia pueda internar a una persona por su cuenta, sin escuchar las opiniones de psicólogos o mismo de la propia persona. Eso nos parece que no está bueno y nos podrían preguntar a ver qué opinamos”.
El chico de City Bell reconoce que le encantaría juntarse para hablar con el Presidente. “Quizá sí escucha lo que le tenemos para contar coincide que hay errores y podemos tener una sociedad mejor”, evalúa.
El joven asegura que junto con otros activistas y familiares quiere participar de la marcha que convocó la CGT “para poder pedir hablar con el presidente y así las personas con discapacidad puedan dar su opinión”. Al respecto su mamá Marlene aclara que “Ian no estará en la marcha porque es menor de edad pero que ella y su marido van a estar reclamando por la palabra de los afectados” por esta normativa.
Toda lucha es política
Entre los caminos que encuentra para mejorar la sociedad habla de tener el apoyo de la política “para generar leyes y proyectos para hacer un mundo mejor, sin importar a qué partido pertenecen”, explica.
Ya tuvo reuniones con políticos como la expresidenta y exvicepresidenta Cristina Kirchner, el excandidato presidencial de UP, Sergio Massa y con exjefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. En ese sentido siempre aclara que en su opinión “no importan los partidos sino las personas” y cree que “siempre se puede escuchar al otro para aprender”.
Entre los puntos que, en su opinión, deberían impulsarse están: “Tener una Ley de capacitación docente obligatoria en discapacidad actualizada es súper importante, para que una maestra tenga un alumno con discapacidad sepa cómo tiene que accionar, que tiene que hacer, de qué manera tratarlo y de esa forma poder abordar a su alumno y que tenga una escolaridad mucho mejor”
Y agrega: “Además, adaptar los contenidos, que no es bajarlos, sino entender que algunas personas neuro divergentes tenemos intereses determinados, ósea pasiones. Entonces, estaría bueno que los contenidos se adapten para poder relacionarnos con nuestras pasiones, por ejemplo si un niño sabe mucho de dinosaurios podemos aprender matemática con dinosaurios. De esa forma concentrándose en los intereses y no en las debilidades podríamos mejorar los aprendizajes”
Leer y empatizar
Moche es un apasionado de la lectura. “Es mi gran pasión, podría estar todo el día leyendo”, dice. Ahora está terminando “El curioso incidente del perro a la medianoche” que, según cuenta, “se lo trajeron los Reyes magos” y “habla de un chico autista y está bastante interesante”
Alicia en el país de las Maravillas y El principito son otras de sus novelas preferidas. También se declara fanático de Mafalda (no podía ser de otra manera) y Snoopy. Cuenta que a veces le cuesta descifrar sus emociones y que lo ponen mal las injusticias porque “también tiene “hipersensibilidad”.
Para finalizar, cuando imagina una sociedad más amigable asegura: “A mí me gustaría un mundo con menos estímulos. Por ejemplo, en Catamarca hay barrios silenciosos. Vos no podes cargar la moto si andas con el escape libre, o no podes poner música muy muy fuerte porque si hay una persona autista le puede hacer mal”.
Y completa: “Quizá si todos supiéramos que en esta calle hay una persona autista no haríamos tanto ruido, porque le puede hacer mal y de esa forma la puede pasar mucho mejor. Ya pensar en el otro es la clave. Yo digo que ya la pura empatía y el puro amor a la otra persona, solo eso, ya nos haría vivir en un mundo más amigable. Sí que hace falta información, para no hacer nada malo accidentalmente, pero principalmente empatía. Sin empatía te pueden explicar todo, pero no vamos a tener un mundo mejor”.