Pamela Tórtul tiene 33 años y vive en Paraná. Siempre le gustó el fútbol, pero no tenía dónde practicarlo en la ciudad. Hace cuatro años comenzó a hacerlo en el Club Atlético y Social San Benito, ubicado en el área metropolitana de la capital. Con el tiempo, no sólo se consolidó como capitana y referente de su equipo, sino que además se convirtió en una luchadora por mejorar las condiciones en las categorías protagonizadas por mujeres, dependientes de la Liga Paranaense de Fútbol (LPF). Sin embargo, y como en todo ámbito donde sigue predominando una cultura muy machista, dar la pelea en la asociación que nuclea a los clubes de Paraná nunca fue fácil. Y eso le costó incluso una sanción, este año, que tomó repercusión nacional.
Se trató de una medida disciplinaria que fue leída, entre líneas, como una advertencia. Una suerte de determinación de "mantener a raya" a un colectivo que viene ganando cuerpo y que exige, lógicamente, desempeñarse y competir con las mismas reglas que los varones. Pero también, aseguran, da cuenta de una postura institucional ligada a la violencia de género. El Destape intentó, sin éxito, comunicarse en reiteradas ocasiones con Alejandro Schneider, titular de la Liga Paranaense de Fútbol, para hablar del caso.
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El desencadenante de la sanción fue una protesta frente a la LPF, protagonizada por jugadoras de varios clubes. Allí se pidieron, entre otros puntos, readecuaciones horarias en los torneos femeninos y masculinos. "Lo único que hicimos fue pedir que se revisen los horarios, que no pongan a las categorías inferiores igual que a la Primera, por ejemplo. Porque eso obligaba a muchas a elegir entre entrenar o jugar. Previamente, habíamos presentado una nota, también por otros temas, como el bordero o los horarios de las categorías infantiles, que en época invernal, con muchísimo frío, jugaban a primera hora. Todo esto, también, afecta la recaudación del club, que es vital, porque es su sostén económico", explicó la propia Tórtul en contacto con El Destape. Y agregó: "No fue un reclamo mío, a título personal, fue una protesta colectiva y pacífica. Nadie agravió, nadie violentó nada".
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Sin embargo, la Liga Paranaense denunció otra realidad. Acorde a la entidad, en el marco de la protesta, se habían producido daños a la institución. Como consecuencia de ello, elevaron un pedido al Consejo Federal para que se revise lo sucedido y se señaló particularmente a Pamela como la responsable de lo que supuestamente había tenido lugar. "De todas las que estábamos ahí, sólo me mencionan a mí. A nadie más. Me apuntan personalmente, como la cara visible de un supuesto movimiento que, de presunta forma agresiva, se había manifestado", resaltó la jugadora.
Un tribunal de disciplina, a instancias del informe de la LPF, determinó una suspensión de dos meses para Tórtul. La Liga, por su lado, la tildó públicamente a través de las redes sociales como la responsable de haber llevado adelante "expresiones injuriosas, agraviantes, ofensivas, maliciosas, tendenciosas e insidiosas". La situación tomó tal repercusión que ella salió a expresarse a través de los medios de comunicación.
"Yo me siento violentada en todos mis derechos y por eso accioné por las vías correspondientes. Quiero un resarcimiento por lo que pasó, porque fue un ensañamiento. No sólo que jamás rompí nada, sino que además de una medida que busca silenciar nuestros pedidos se intentó también que deje de expresarme libremente", recalcó la deportista. Visiblemente afectada por lo que le pasó, acotó luego: "El sentimiento por lo que pasé, el dolor, el miedo que sufrí no tiene resolución. Me afectó y me afecta como mujer y como ser humano. Prácticamente me tuve que recluir, cuidarme de decir algo por miedo a incurrir en un supuesto delito, cuando lo único que intenté fue exponer una injusticia".
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Fernanda Vázquez Pinasco es una abogada especialista en materia de género. Luego de conocer la situación de Pamela, se instituyó como su defensora y se encargó de redactar una demanda. "Está sufriendo violencia institucional basada en violencia de género", explicó la letrada en contacto con El Destape. Subrayó a continuación: "Ella fue peticionar para que se cumplan determinados derechos. De eso, como respuesta, obtuvo una sanción. Eso representa una persecución, un adoctrinamiento".
La sanción sufrida por Tórtul alcanzó repercusión nacional. Desde el Inadi hasta el Consejo de Género de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), pasando por legisladores, periodistas, la Secretaría de Deportes de la Nación, asociaciones deportivas y hasta jugadores y jugadoras de Paraná se hicieron eco de lo sucedido y se solidarizaron con la capitana de San Benito: "Me siento muy apoyada, por suerte. Y yo nunca pensé en claudicar, en pedir perdón o en volver sobre mis pasos. Me mantuve firme, porque siempre supe que yo no había hecho nada malo".
Para Vázquez Pinasco, la sanción nunca tuvo "sustento jurídico válido", sencillamente porque jamás hubo indisciplina: "Fue una manifestación totalmente pacífica y legítima. Por otra parte, decir que la Liga no cumple con determinadas cuestiones no es injuriar a nadie". La abogada analizó luego la decisión a la luz de un contexto social donde el fútbol sigue siendo un espacio con prácticas culturales históricamente arraigadas: "Hay una hegemonía masculina muy potente, donde se considera al fútbol femenino como 'lo otro', lo que no sirve o no reditúa. Hay una lectura que no está haciendo la dirigencia, que está procediendo muy mal en términos operativos. Por eso lo de Pamela es muy valiente, porque no lo hace en nombre propio, sino que en nombre de todo el femenino".
La insistencia de la futbolista respecto de lo injusto de su sanción surtió efecto. Finalmente, el Tribunal de Disciplina decidió dar de baja su sanción, lo cual le permitió volver a jugar. De hecho, poco después, pudo alzar el trofeo de campeona con su equipo. "Las acciones las voy a continuar igual, porque lo me pasó a mí no le tiene que volver a pasar nadie. El campeonato fue la corona de un momento muy complicado en lo personal, pero que tuvo un final soñado. Fue una verdadera fiesta. Transitamos un camino que nos ayudó a entender que estuvimos siempre haciendo lo correcto".
Para terminar, la futbolista considera que aún queda mucho trecho por recorrer: "Falta concientización respecto de que el deporte está instalado. Hay que trabajar con el futbol femenino dentro y fuera de la cancha, con un proyecto serio para abarcar a mujeres dentro de los departamentos de género, que se creen espacios para que las mujeres diseñen programas para su beneficio, sean las protagonistas y tomen un rol de lucha para mejorar nuestras condiciones. Creo que ese es el desafío por delante. Sólo pedimos ser escuchadas".