Crearon un muñeco del alfajor Capitán del Espacio que se agota en todos lados: “Les recuerda a su infancia"

El mítico alfajor ya forma parte del folklore popular de ser argentino. Más allá de la venta de sus productos, que se agotan en los pocos kioscos seleccionados para su distribución, también llega su figura en forma de muñeco que mantiene la locura por la golosina. Historia de uno de los pocos almacenes que lo venden y de su creador, piezas importantes para mantener viva la memoria.

17 de septiembre, 2024 | 00.05

Ya son 62 años desde que existe el mítico alfajor Capitán del Espacio. Desde su creación en Quilmes, fue calando hondo en la memoria de los argentinos al punto de ser considerado una de las golosinas más deliciosas de industria nacional. Mónica Aubert es responsable, de forma indirecta, que el amor por este clásico perdure: es la responsable de que haya gente que tenga un muñequito en alusión a la marca gracias a la distribución de su kiosco. A 11 años del fallecimiento del creador del alfajor emblema y con un documental sobre el mismo en proceso, esta mujer del conurbano bonaerense sabe que es importante que este histórico invento tenga su propio muñeco.

No es la primera vez que el Capitán del Espacio deja de ser tan solo un alfajor: desde tatuajes como símbolo de amistad, pasando por la cerveza “Porter Galáctica” (que tras ser lanzada en homenaje al dulce manjar, se agotó en menos de 2 horas en los bares de la zona sur de la Provincia de Buenos Aires), haciendo una parada en un gusto de helado con ese “sabor”, para luego llegar a Rosario, donde crearon un trago del inigualable alfajor.

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La delicia -que fue viral varias veces por distintos motivos, como en 2014 cuando le hicieron llegar una caja al Papa, lo que logró que el Capitán sea nombrado en el diario oficial del Vaticano- sigue generando efectos en los argentinos al punto tal de que para Mónica era crucial de que todos sus fanáticos puedan tener el famoso muñeco. Se inspiró en los recuerdos de los recreos de la secundaria, cuando solía correr tras la campana de descanso a comprarse uno: "La cuestión con el muñeco es que a algunos les recuerda su infancia, el premio que era antes comer un alfajor; a los de mi edad las golosinas no se les compraban todos los dias”, recuerda.

Ella vive en Berazategui donde tiene un kiosko y es tan fanática del Capitán del Espacio que hasta una amiga le pintó el pequeño viajero de dulce al lado de uno de los luminosos carteles que indican la ubicación de su negocio: “Capitán es figurita difícil, fabrica determinada cantidad mensual y los distribuidores van a buscar, no le venden a todo el mundo”, explica. Capaz eso aclara el éxodo de fanáticos a otras provincias cuando en Neuquén se anunció que, debido a las compras masivas, se había agotado. 

El kiosko de Mónica, como otros muy selectivos, es uno de los privilegiados, ya que allí casi siempre puede encontrarse el alfajor: “Nada se parece al Capitán, mi hermana cada vez que viene de Londres se lleva”, cuenta. Sorprendentemente, muchos de los que están “de este lado del charco” no saben ni siquiera cómo se llama la delicia que quieren consumir: “Cuando viene gente que no es de la zona te dicen ‘tenés ese alfajor Júpiter, Capitán de las Galaxias’ y mil nombres raros más. Todas las provincias saben que existe, saben que lo tienen que comer pero no saben cómo se llama”, dice entre risas.

Pero ¿cómo llega Mónica a vender un muñequito del tan preciado alfajor? En principio, a través de una especie de fake news se dijo que ella los creó, pero no es cierto: “Compré uno en una expo de animé y pedí que me los hicieran para revender”, expresa y luego agrega: “Hubo gente a la que le encantó y venían de lejos a buscarlo; les daba nostalgia a algunos que se mudaron de Quilmes a otras provincias. El último se lo vendí a una chica que se lo regaló al novio”.

De un día para el otro, explotó y los medios locales publicaron el muñeco mencionando a Mónica como su creadora, aunque ella siempre aclaró que solo lo revendía: “Hablé con el chico y me dijo que ellos no tenían problema si yo quería decir que los fabricaba y que si quería al empaque de cartón les ponian el logo de mi negocio”, destaca.

Quien sí creo el muñeco es Juancillo Milonga, que se autodefine como ‘toy maker’. Él es parte de ‘Milonga Customs’, un grupo de amigos coleccionistas de juguetes vintage que, por hobbie, empezaron a modificar otras figuras para completar alguna coleccion: “Hoy nos dedicamos a hacer figuras de memes o de la cultura popular argentina”, comenta a El Destape.

No hay momento viral que no hagan muñeco: desde el fuck you de Cristina el día de la asunción de Milei, pasando por la cucaracha que caminó por el cuerpo de Julieta Poggio cuando comentaba en vivo el programa Gran Hermano y llegando a la particular manera de bajar del avión en nuestro país de Taylor Swift, con un paraguas cerrado y negro tapándole la cara.

Juan llegó a ‘Milonga’ cuando un amigo le contó la idea y le propuso ser parte del proyecto: “La primera figura que hice fue la de Ricardo Fort, usando un muñeco parecido de base”, rememora sonriente. Pero nunca se hubiera dedicado a eso si a los 4 años no le hubiesen regalado su primer muñeco: “Era un power ranger que llevaba a todos lados y si con el tiempo se le rompía algún brazo o pierna se los reemplazaba por partes de otros muñecos para mantenerlo ‘vivo’ de algun manera”, recuerda melancólico.

Actualmente ‘Milonga Costums’ diseña sus propios modelos, haciendo los moldes o imprimiendolos en 3D, lo que hace que sea incontable la cantidad de figuras creadas por Juancillo y sus amigos. Pero siempre hay una favorita: “La del Gauchito Gil Z es la primera figura que se viralizo en Argentina y varios paises de sudamerica, una mezcla entre Goku y el Gauchito que me encanta”, subraya.

No es casual que a la hora de transformar una golosina en un muñequito eligiera al Capitán del Espacio: “El alfajor siempre estuvo presente en mi infancia hasta mi adultez, recuerdo ir de paseo a Capital y pedirle a mi mamá que me compre un Capitán del Espacio y no encontrarlo en los kioscos de allá”, rememora.

Tanto es su amor por este dulce néctar que hasta tiene un favorito: el triple de chocolate. Además de inventar el muñeco, inventaría uno de mousse de chocolate. De hecho, esa pasión por el Capitán del Espacio lo llevó a homenajearlo: “Cuando nos enteramos que iban a sacar de los empaques el dibujo caracteristico que tienen sacamos la figura”, detalla y después especifíca: “Usamos de base un Astroboy que se parecÍa al Capitán y modelamos la cabeza a nuestro gusto”.

La figura tuvo buenas repercusiones en las redes y más en Zona Sur: “La gente más fanática del alfajor nos compraba varias unidades para ellos y para regalar”, resalta. A pesar de la viralización en Instagram, por haber sido lanzado cuando el etiquetado frontal hizo que muchas míticas figuras de productos dejaran de estar en sus empaques, nunca llegó a alguien relacionado a la marca, algo que les gustaría para mandarles algunos muñequitos de regalo.

Son esas mismas redes las que hacen que todas las figuras de “Milonga” lleguen cada vez a más gente, que los sigue, comparte sus muñecos y compra figuras: “Gracias a ellos podemos vivir del arte”, cierra.

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