El Campeonato Mundial de Oratoria en Español, conocido además como “Esto es debatible”, es una competencia en la que cualquier universitario de habla hispana es invitado a realizar un discurso de un máximo de 2 minutos sobre una pregunta previamente planteada. A partir de esa consigna, cada participante decide su postura a defender. En 2023 el subcampeón fue Leandro Flores Rossi, un tucumano que, con su discurso contra el negacionismo y el avance de la derecha en nuestro país, conquistó al jurado.
Tiene 22 años, está cursando el último año de la carrera de Derecho de la Universidad Nacional de Tucumán y de la Universidad de Buenos Aires y es activista por los derechos de la comunidad LGBT del norte argentino. Su vida no hubiera sido la misma sin las políticas públicas del kirchnerismo y por eso se autodefine como “militante ultra kirchnerista”.
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Podría decirse que la historia de Leandro empezó incluso antes de nacer: “Mi mamá, antes de tenernos a mí y a mis hermanas, estaba en situación de calle”, relata a El Destape. Corría el 2001 y Argentina estaba en una crisis económica-social que dificultaba ver un horizonte mejor posible.
Sin embargo, años después y ya con Néstor Kirchner como presidente, el gobierno implementó un plan para construír 120.000 viviendas, generando además 360.000 puestos de trabajo, lo que cambió en muchos sentidos la vida de toda su familia para siempre: “Fue gracias a ese gobierno que en el 2007, si mal no recuerdo, pudimos acceder a una casa, como también a una educación, porque la escuela a la que asistí fue parte de esa planificación y la construyeron a dos cuadras de las viviendas”, recuerda.
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Con la puesta en funcionamiento de esa política pública, el kirchnerismo había logrado más que mejorarle la vida a familias como la de Leandro; hizo que el amor por la política lo agarre fuerte para nunca más dejarlo ir: “Si no hubiese sido por el otorgamiento de esa vivienda hubiesemos seguido en esa situación deplorable de extrema pobreza y es por eso que desde chico siempre quise dedicarme a la política, porque vi como un Estado presente pudo cambiarnos la vida a nosotros”, explica.
Las políticas públicas no solo le dieron un techo y educación, también lograron algo impensando en la historia de su familia: “Soy el primer universitario de toda mi familia, tanto de la materna como paterna y mis hermanas van a ser las segundas, ellas también están estudiando en una universidad pública”, subraya.
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Su pasión por la oratoria tiene un porqué. “La veo como la herramienta ideal para poder transferir emociones de una manera mucho más clara, tiendo a distanciarme bastante de los tecnicismos, no veo a la oratoria como una disciplina técnica, sino como una que permite transformar las emociones en algo concreto y lo que busco con cada uno de mis discursos es transmitir la mayor cuota de emocionalidad posible para intentar calar desde ese ambito”, define.
Siempre estuvo muy interesado en las competencias de oratoria y en la escuela secundaria participó en los modelos de Naciones Unidas representando a su colegio. Luego, en la universidad, concursó en competencias nacionales de Derechos Humanos y de Derecho Parlamentario en representación de la Universidad Nacional de Tucumán: “Siempre estoy buscando espacios que me permitan difundir mis ideas en materia de derechos humanos”, destaca.
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En el Campeonato Mundial de Oratoria hacía 3 años que venía acercándose de a poco al triunfo, ya que quedó en el quinto lugar en el año 2021 y en 2022 en el décimo, pero este año finalmente logró llegar a la final, en la que solo los 4 mejores consiguen entrar y viajar a Madrid: “Creo que lo hice bastante bien”, expresa, sobre su performance en 2023.
En ningún momento pensó en dejar de competir. Sin embargo, este año tiene una particularidad por la que decidió con más efervescencia volver a intentarlo: las elecciones 2023. “Sabía que, sobre todo en este año electoral, era necesario que un argentino llegue al Campeonato Mundial de Oratoria para que dé un discurso exponiendo lo que está sucediendo en nuestro país, lo que está pasando con este auge de discursos negacionistas que provienen de un sector de la política que está cada vez más derechizado; mi meta siempre fue justamente esa”, resalta.
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La Liga Española de Debate Universitario, quien organiza el Campeonato Mundial de Oratoria, otorga el tópico oficial, el cual es uno por año y es inamovible; el de este año era inteligencia artificial y fake news. Leandro de manera estratégica acomodó la temática a lo que quería decir: “Utilicé el tema base para poder explicar cómo los bots de Milei, por ejemplo, en Twitter pueden influir altamente en las decisiones que se toman, afectando directamente a la vida democrática”, cuenta a la vez que agrega acerca de la contextualización de su discurso: “Pude exponer la gran cantidad de fake news que hubo, especialmente sobre los últimos juicios en contra de Cristina Kirchner y un poquito acerca del lawfare también”.
Si bien cada participante le puede dar la impronta que quiera, Leandro desde un primer momento sabía que iba a tocar ese tema porque “en vista de los 40 años de democracia me parecía imprescindible que si había un argentino en la final del Campeonato Mundial tenía la obligación y el deber cívico y ciudadano de hablar sobre esos temas en una plataforma tan importante y tan prestigiosa como esa”, puntualiza.
Leandro insiste en que no le interesaba ganar la final pero que el resultado lo puso muy contento a pesar del odio en las redes que no se hizo esperar: “Tuve muchisimos comentarios negativos en Twitter, una oleada de libertarios que me dijeron comentarios de todo tipo y que se metieron incluso con cuestiones que nada tenían que ver con la competencia, como mi sexualidad”, rememora.
Sin embargo, el amor también apareció en esos mensajes virtuales: “Hubo una gran parte de la sociedad que sí me apoyó, que le gustó mucho el discurso, que lo disfrutó, que lo difundió y para mí eso es una meta cumplida”, destaca.
Sobre la política actual, subraya la importancia de interpelar a los más jóvenes, pero también de participar de la política a una edad temprana: “Siento que tenemos una clase política muy avejentada y que los jóvenes tenemos la oportunidad histórica de comenzar a tomar partido; estoy ansioso por ser parte de una generación de jovenes que se inmiscuya en la política de manera directa y que intente cambiar las cosas. Continúo formándome con la única finalidad de seguir expandiendo esas políticas que reivindico y creo que son la mejor forma de construir un país más justo y más inclusivo”, cierra.