Es la primera escuela drag de Argentina y enseña a expresar el arte en libertad: "Quiero que se convierta en un gran castillo"

El primer estudio de artes escénicas orientado únicamente al drag arrancó formalmente en 2017 en la Ciudad de Buenos Aires. Cuenta con talleres de diversos contenidos que exploran maquillaje, vestuario, casquetes, accesorios, teatro y danza. La historia y los desafíos de su creador, Liborio Pablo Iuculano.

01 de agosto, 2023 | 00.05

“Ser drag es ser artista, es ser un comunicador, es descontracturar a la sociedad”, con estas palabras definió Liborio Pablo Iuculano la actividad que lo acompañó a lo largo de su vida y que hoy, en un rol más orientado a compartir sus conocimiento, lo encuentra llevando adelante uno de sus sueños: la Escuela Drag.

El estudio, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires a cuadras de Plaza de Mayo, comenzó formalmente en 2017, pero fue un proceso pensado mucho tiempo antes.“En una etapa de mi vida decidí transitar el arte drag no solamente en el escenario sino también compartiéndolo. Me había cansado de la noche y de estar en teatros, y quería hacerlo de otra forma. Se despertó en mí esta inquietud y así fue que creé la Escuela Drag”, contó Liborio.

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Al inicio no estaba en sus planes, hasta que unos amigos le dieron la idea y, aunque tuvo dudas debido a que nunca se había desempeñado como docente, comenzó a tomarlo más seriamente. Aunque el trabajo lo alejó de la Argentina para asentarse en Europa por un tiempo, se llevó en su cabeza este proyecto: “Las nevadas que hay en Alemania, Suiza y Suecia me tuvieron encerrado, cubierto de nieve sin poder salir a ningún lado. Así que agarré la computadora y me puse a escribir ‘la escuela’ con la ayuda de conocidos de Argentina y maestros para poder darle la estructura”.

Luego de un tiempo, y de extrañar sus raíces y su gente, decidió volver. Pasó por muchos momento, hasta, incluso, “se enojó con el drag”, como define. En ese lapso, trabajó en una peluquería. Pasaron tres años para que se reconciliara con el arte: “Pasó el tiempo, junté dinero con una productora en la cual yo trabajaba y me puse el estudio. Ahí empezó la escuela con fuerza”.

Formarse para ser drag

“El arte Drag lo que hace es quitarte totalmente la censura y aceptarte tal cual sos”, explicó el director de la escuela, por lo que, evidentemente, la formación no se da de un día para el otro. La modalidad de cursada propone cursos y talleres con diversos contenidos que tenés que saber para ingresar a este mundo: maquillaje, vestuario, casquetes, accesorios, teatro y danza forman parte de la trayectoria educativa que propone la institución.

Sin embargo, no cuenta con la estructura de una escuela tradicional ya que, como explicó Liborio, “esta es una escuela nueva y está en constante cambio y constante crecimiento”. Además, aseguró que lo que les interesa como docentes es otra cosa: “Acá nosotros los profesores acompañamos al alumno dándole técnicas para que pueda desarrollarse como tal. Y algunos lo hacen en dos meses, otros en tres o cuatro años, otros tardan un año para dibujarse una ceja o hacerse un delineado. Eso no nos importa a nosotros, lo que importa es que este sea un lugar seguro donde uno pueda desarrollar el arte o encontrarse a sí mismo”.

Muchos de los alumnos de la escuela hoy se desempeñan como docentes. Este es el caso de Javo.is.Rouss que conoció el estudio a través de Instagram durante la pandemia y hoy es el profesor del taller de maquillaje: “Esta escuela principalmente lo que me enseñó es a ser más resiliente”. Eso es un poco lo que quiere transmitir a sus alumnos y alumnas cuando da clases: “Lo que busco es que se diviertan, que no sea algo exigente”, expresó.

En sus redes sociales, donde promocionan principalmente los talleres y cursos de la escuela, aclaran constantemente que la inscripción es abierta a todas las personas “con ganas de sumergirse en esta fascinante aventura”, por lo que no es necesario tener experiencia previa, y, si bien darán las herramientas para que puedan hacer de esto su salida laboral, tampoco es excluyente cursar de principio a fin. “Uno puede experimentar el arte drag y quedarse, hacerlo parte de su vida, y otras personas pasan y se van porque también es muy fuerte encontrarse con uno mismo”, contó el director y agregó: “Algunos lo usan solamente para poder gritar lo que han callado durante toda su vida”.

Respecto a esto, otros de los puntos importantes que destaca la escuela es la autogestión y hacer de lo que te gusta algo que pueda ser rentable y así poder vivir del arte. “Uno de mis objetivos es que aprendan a ponerle el valor suficiente a la actividad para poder venderla y poder vivir de eso”, sostuvo. En la escuela nació “Drag Way”, un grupo de alumnos que se organizó para formar una compañía de artistas drag y hoy brindan diferentes shows. Esta creación representa uno de sus orgullos de la escuela.

“El artista no quiere cobrar, pero no porque no tiene valor su arte sino porque no quiere pedir nada a cambio, es ridículo”, expresó y agregó: “Para muchos no importa si le pagan porque lo que quieren es estar ahí, porque tiene el ego tan reventado que necesitan mostrarse. Entonces lo que yo hago es sentarlos, bajarlos a la realidad del artista y decirles: ‘Bueno, mirá, estas son las pautas, así se hace, así se vive’”. Y esto en particular le interesa que todos lo sepan, por eso adelantó que realizará un tutorial en sus redes sociales sobre cómo realizar un presupuesto y qué hay que tener en cuenta para que, ya seas alumno de la escuela o no, se normalice ponerle valor al artista.

Los prejuicios siempre abundan

Muchas personas aún no entienden qué es ser drag y la confusión está a la orden del día. Muchas veces, en pleno siglo XXI, la respuesta hacia la diversidad sigue siendo la violencia y la discriminación. “Los prejuicios existen de una manera avasallante y ridícula”, detalló el director y agregó: “La gente se cree que vos poniéndote una peluca ya querés ser del otro género, y capaz que vos estás jugando un rato”.

Desde su propia experiencia, y luego de trabajar sobre su propia aceptación, Rouss también siente que los prejuicios hacia lo que hace abundan de una manera gigantesca: “Salir todo montado en una sociedad que no está tan preparada es un riesgo grande,  porque hay algunas personas que te miran y dice: ‘Wow, qué lindo que te maquillás’, pero también está la otra parte de la sociedad que te ataca”.

La falta de empatía y el egoísmo son dos de las principales características que Liborio encuentra en gran parte de la sociedad: “La situación tiene que cambiar, pero esto depende de todes. La sociedad se tiene que enterar que los artistas somos artistas y tenemos el mismo valor que cualquier persona que se dedica a cualquier otra cosa”, expresó.

Sin embargo, Liborio continuó con su idea y la escuela, al día de hoy, superó las expectativas. Su director no pudo ni imaginar lo que vendría con el paso del tiempo: “No sabía que se iba a convertir en esto. Yo quería ser la maestra que enseñaba y se terminó. Que vengan a mi escuela, se sienten, retarlos, divertirme, enseñarles y que salgan ‘dragqueenas’, pero bueno, se convirtió en otra cosa”, afirmó. Pero también sabe que no es un mérito únicamente de él sino que lo siente, a esta altura, como una “construcción grupal”.

Si tuviera que plantear su próximo objetivo sería uno digno de una reina: “Siento que la escuela en un momento se va a convertir en un gran castillo, en un gran teatro, donde tenga estas formaciones legendarias que no se pueden perder. Los artesanos y los artistas mueven al mundo”, concluyó.