Los estudiantes argentinos que advirtieron con memes sobre un drama ambiental poco hablado y son finalistas de un premio internacional

Un grupo de alumnos de secundaria de El Bolsón creó una campaña creativa y diversos proyectos para concientizar a la población de que la contaminación lumínica es una gran problemática pese a que pasa desapercibida. Quedaron finalistas del premio Zayed que se definirá el 1 de diciembre en Abu Dhabi.

30 de noviembre, 2023 | 00.05

Cuando los alumnos y profesores del colegio secundario Nuevos Horizontes decidieron participar del Premio Zayed nunca se imaginaron que quedarían seleccionados entre los 32 finalistas de más de 5.000 propuestas de todo el mundo. Lo que comenzó como una búsqueda de un incentivo para las clases que dicta la Fundación de Astronomía Osiris se convirtió en un objetivo que puede tener un impacto concreto en toda la localidad de El Bolsón, Río Negro. Este grupo de estudiantes de secundaria, apasionados por la astronomía y el cuidado del medioambiente, presentó una creativa campaña a partir de memes para hacerle frente a la contaminación lumínica de la región. 

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El premio para el primer puesto es de 100.000 dólares y se anunciará el 1 de diciembre en Abu Dhabi, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El trabajo de los chicos, sin embargo, había empezado mucho tiempo atrás. “Todos los viernes nos juntamos y desarrollamos diferentes cuestiones relacionadas a la astronomía. No son necesariamente clases, sino actividades y proyectos”, contó a El Destape Diego Galperin, responsable de la coordinación del proyecto, y explicó que “este tipo de contaminación es un tema poco trabajado, pero de mucha incidencia en la vida cotidiana”. 

Todo comenzó el año pasado, cuando los jóvenes comenzaron a advertir con preocupación un incremento del alumbrado público en la ciudad. Así fue como decidieron iniciar una campaña de concientización a través de sus redes sociales donde creaban y compartían memes sobre el tema. Sin embargo, como el alcance fue más bien limitado, este año decidieron dar un paso más allá y juntos diseñaron un plan de acción preciso.

Respecto al premio, Galperin cuenta que lo conocieron de casualidad por internet. Y como para presentarse había que enviar un video explicando la iniciativa, los alumnos no lo dudaron y se pusieron manos a la obra. “Armamos el escrito e hicimos un vídeo con los chicos contando sobre el proyecto, sobre la problemática de la contaminación lumínica y la idea de implementarlo a nivel local”, contó el docente. Claro está que lo que comenzó como una actividad más, ahora es la principal fuente de motivación del grupo. A días de conocer el veredicto final, los chicos se preparan para el viaje y quieren ganar.

¿Qué propone el proyecto?

Por un lado, el objetivo es concientizar a la población de que esta es una gran problemática pese a que pasa desapercibida, y por otro “lograr una reducción de la contaminación lumínica, por lo menos en un sector de nuestra localidad, con un proyecto de implementación racional del uso de energía”, explicó Galperin.

Hay lugares donde no hace falta tanta luz, plazas que parecen de día a las 3 de la mañana, caminos por donde no pasa nadie después de las 12 de la noche iluminados como si fuesen una autopista, casas donde la luz hiperpotente entra por las ventanas y no te deja dormir”, enumeró, y subrayó que además de resultar en un gran derroche de energía, esto también impacta directamente en la salud de las personas que pueden padecer síntomas de insomnio y estrés.

El proyecto propone realizar un estudio en la zona para poder conocer cuántas luces serían realmente necesarias para poder transitar y así eliminar las que están demás o resultan invasivas para la vida de los vecinos. De este modo, se podría obtener un dato objetivo “para que no quede la cuestión de que alguien no quiere ninguna y otros quieren cien luces en la misma manzana, sino que sea algo medido”, argumenta el coordinador de la Fundación Osiris.

Objetivo final: poner el plan en marcha

El día que se enteraron que el proyecto había sido seleccionado fue totalmente inesperado.

Diego recuerda que recibió un llamado desde la organización encargada del premio para coordinar una entrevista, y desconcertado, no entendía de qué le estaban hablando. Lo que pasó fue que se habían traspapelado unos mails y nunca habían leído el correo donde de manera formal les anunciaban la noticia.

“Entré a la página y vi que estábamos seleccionados, no lo podía creer. Nosotros pensamos en proyectos que nos den una motivación para aprender más cosas y esta era una buena motivación, pero no pensábamos que íbamos a quedar”. Luego, alumnos y profesores festejaron por partida doble; por un lado, el orgullo de haberse destacado entre miles de propuestas, y por otro, la posibilidad de “seguir trabajando para generar algún tipo de conciencia en algo que nos parece importante”, destacó.

En caso de ganar, el dinero será destinado a implementar lo que se diseñó por medio de una campaña a escala general. En primer lugar, “si salimos ganadores, tendríamos que empezar a trabajar en la misma escuela, ya que no trabajamos con toda la institución, sino con un grupo limitado de estudiantes. Que ellos sean quienes difundan la problemática”, planteó el docente.

Luego, de esta forma se pondría en marcha la parte más ardua que jamás imaginaron cuando crearon este proyecto: un trabajo de campo profundo que convoque a distintas áreas. Una de las primeras acciones sería ponerse en contacto con una empresa experta en comunicación para armar la campaña, y de esta forma iniciar conversaciones con la comunidad y las autoridades para ver cómo implementarlo.

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