Historia del perfume: ¿Cuál es su origen?

24 de diciembre, 2021 | 16.54

Al igual que las joyas y la vestimenta, los perfumes han ocupado un lugar privilegiado en la humanidad. Cada fragancia busca realzar la personalidad y los atributos de la persona que lo luce. Pero, ¿cuál es el origen y la historia del perfume?

Una enorme variedad de fragancias son creadas cada año. Por lo tanto, tenemos a nuestro alcance un amplio abanico de alternativas. Esto no siempre fue así, y los ingredientes utilizados solían ser muy caros. Esto volvía a los perfumes inaccesibles para la gran mayoría.

Incluso, en diferentes culturas, las fragancias estaban reservadas apenas para un uso ritual y religioso. ¿Lo sabías? Hay muchas cosas interesantes sobre el origen de la perfumería, y muchas aún hay por descubrir. Vamos a hacer un viaje en el tiempo y el espacio para revelar algunos datos sobre el origen del perfume. ¡Acompañanos!

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¿Dónde se originó el perfume?

A menudo se atribuyen los inicios de la perfumería a la época del Antiguo Egipto. Sin embargo, el origen del perfume se remonta más atrás aún: a la Edad de Piedra.

En ese periodo histórico, los hombres quemaban maderas aromáticas y resinas que desprendían un olor agradable. El objetivo por esos tiempos era complacer con humo fragante a sus divinidades.

De esta actividad primigenia, con el humo como principal vehículo de los aromas, nace el nombre que usamos hasta nuestros días. El latín “per fumum” se transformará posteriormente en el término “perfume”. Pero la historia es bastante más compleja. ¡Vamos a conocerla juntos!

Mesopotamia

En la región asiática conocida como Mesopotamia, alrededor del año 3.500 a.C., los sumerios constituyen una civilización muy avanzada. Esta sociedad lleva a cabo el desarrollo de canales y diques, un sistema de escritura, la agricultura y también ungüentos y perfumes.

No se ha conservado mucha documentación al respecto hasta nuestros días. Sin embargo, se sabe que en la Mesopotamia había una perfumería destinada a un uso ritual y personal.

Aparentemente, las fragancias que elaboraban eran sustancias aromáticas muy apreciadas no solo porque desprendían un agradable olor. Sino que, al mismo tiempo, tenían propósitos medicinales.

Egipto

En paralelo a los sumerios en la Mesopotamia, se desarrolla la civilización egipcia. En este caso, sí hay registros y evidencias de la elaboración de perfumes. Los creaban a partir de esencias naturales.

Los egipcios también se caracterizan por establecer rutas comerciales para su abastecimiento. Al mismo tiempo, van domesticando plantas de otros países para proveerse de materias primas como el nardo, el styrax, el azafrán, el opopanax y el gálbano.

La perfumería egipcia también aprovecha las propiedades del ânti. Se trata de una resina aromática que se utiliza en rituales religiosos. Existen relieves del templo de Deir-el-Bahari que muestran el proceso de extracción de esa materia prima.

Para los egipcios, los perfumes son fundamentales para el ceremonial religioso. Gracias a fórmulas descritas en pergaminos sabemos bastante de los perfumes litúrgicos.

Los sacerdotes egipcios utilizan distintas esencias de acuerdo al momento del día. El olíbano (Boswellia), conocido actualmente como incienso, era usado al amanecer. Al mediodía utilizaban mirra, y kyphi al anochecer.

Este último es el más famoso de los perfumes egipcios. El kyphi presenta una fórmula compleja, que requiere de un gran número de ingredientes.

Existe información que se refiere a una industria del perfume bien delimitada. También se habla del uso de estos productos en la purificación de aguas y como ambientadores. Incluso hay registros de uso de perfumes en el embalsamamiento de cadáveres.

Para los antiguos egipcios, el cuerpo y el espíritu vuelven a unirse en una segunda vida. Pero para acceder a ella era necesario conservar el cuerpo. De este modo, los aromas y los perfumes tienen un papel importante en la momificación y en los ritos funerarios.

Cuando exploradores ingleses acceden a la tumba de Tutankamon, encuentran más de tres mil frascos, vasijas y ungüentos. A pesar de haber transcurrido más de treinta siglos, todavía se podía percibir el ambiente perfumado.

Los egipcios no dominaban la destilación, pero sí otras técnicas como el enflorado, la extracción por presión o la maceración en aceite. En el Museo del Louvre, en París, se encuentra un bajo relieve del siglo IV a.C. Esta obra muestra cómo los egipcios prensaban los lirios para obtener así su extracto.

De la famosa gobernante egipcia Cleopatra se cuenta que era aficionada a un aceite con extractos de flores -como violetas o rosas- y azafrán. Con este le gustaba impregnar sus manos.

Asimismo, es al menos curiosa una práctica común entre las mujeres de la alta sociedad egipcia. Estas se colocaban bajo las pelucas unos recipientes en forma cónica con grasa impregnada en perfumes. El olor del ungüento se iba liberando gracias al calor corporal y el paso del tiempo.

La perfumería egipcia sienta las bases que luego van influir en el mundo greco-romano. También son el principal antecedente de toda la perfumería occidental hasta el siglo XIX.

India

La India también es una civilización importante para historia del perfume. Allí es conocido por la civilización del valle del Indo, del 3300 a.C. al 1300 a. C.

Existe un perfume natural, el ittar, cuya destilación se destaca ya en los textos ayurvédicos Charaka Samhita y Sushruta Samhita. Estas son algunas de las doctrinas médicas del periodo posvédico, posterior al siglo VII a.C.

Las continuas menciones al perfume también se encuentran en el texto Brihat-Samhita, una enciclopedia escrita por Varaja Mijira. Este astrónomo, matemático y astrólogo de Ujjain, es considerado una de las “nueve joyas” de la corte del maharajá de Malwa.

En el antiguo texto, las menciones al perfume están relacionadas con la creación de fragancias. La finalidad de esta elaboración era la de de beneficiar a “personas reales y miembros de harenes”.

China

En lo que hoy conocemos como la antigua China, el perfume se guarda en las populares “bolsitas perfumadas”. Se trata de pequeños saquitos de tela o de hilo de oro, los cuales contienen hierbas aromáticas en su interior.

El origen de estos recipientes fragantes es, al día de hoy, un enigma. Sí se sabe que eran muy apreciados desde su creación por la civilización china. Este hecho puede constatarse a través de distintas evidencias artísticas en muchas obras pictóricas de sus dinastías.

Grecia

En los últimos tiempos del Antiguo Egipto, el imperio sufre las invasiones persas. Luego llegan las invasiones griegas de Alejandro Magno y, finalmente, las de los romanos. Esta serie de cambios van a desarrollar el comercio desde la India hasta Europa. Así llegan las materias para elaborar perfumes a Grecia.

La perfumería griega cuenta con antecedentes en el siglo XIII a.C., por medio de la influencia de Creta, Chipre y Micenas. Además de por sus contactos con Egipto y Asia Menor. Esta corriente en la elaboración de perfumes dura hasta el año 150 a.C. aproximadamente. 

Los maestros de la perfumería helenística utilizan plantas mediterráneas. Las cuales son traídas por los comerciantes fenicios desde diferentes lugares. Podemos mencionar plantas como rosa, lirio, tomillo, hinojo, cardamomo, incienso, azafrán, mirra, entre otras.

Los griegos también perfuman con aceites las estatuas de sus dioses, al igual que los cuerpos de los atletas y de las mujeres. Alejandro Magno era un gran aficionado a los perfumes e inciensos. Él hacía empapar sus túnicas con esencia de azafrán, para dejar así una estela a su paso.

Hipócrates, el llamado padre de la medicina, recomienda los baños perfumados para algunas enfermedades. Asimismo, los muertos en Grecia son envueltos en telas perfumadas.

Otro griego célebre, Teofrasto, considerado el padre de la botánica, escribe su tratado Historia Plantarum. Allí hace una clasificación de las plantas, documentando algunas usadas para fragancias. Entre ellas están el cistus, el mirto, el iris, la menta, la rosa, el jacinto, el narciso y la canela.

Un vestigio fundamental del arte griego son los frascos y vasijas de cerámica. Estos se usaban para guardar perfumes, ya que el cristal no aparecería hasta entrado el siglo I a.C. Estas vasijas son auténticas obras de arte que podemos ver en diversos museos del mundo.

Los mitos griegos tienen numerosas referencias al perfume. Por ejemplo, Afrodita, diosa del amor, la belleza y la fertilidad, siempre aparece precedida por un aroma a rosas.

Cuenta la mitología que las rosas eran las propias lágrimas de Afrodita, que había derramado por el joven Adonis mientras este agonizaba en sus brazos. Sus lágrimas eran rosas blancas, aunque algunas se tiñeron del rojo de su sangre, herida por unas zarzas en su desesperación por salvar a su amante.

Otra versión del mito afirma que el perfume nació cuando Afrodita salpicó una rosa con una gota de sangre. La flor adquirió entonces un precioso color rojo. Luego su hijo Eros la besó, dándole así un maravilloso aroma.

Roma

Cuando el Imperio Romano conquista Grecia se siente atraído por sus costumbres y su arte. Y también por sus perfumes. Hoy sabemos por medio de Plinio que existía un alto gasto en especias y perfumes. Incluso se llega a hablar de una especie de lujo corruptor.

Plinio también menciona a los elementos utilizados en la elaboración de perfumes en la antigua Roma. Se trata de los siguientes: 

  • El elemento oleoso.

  • Las sustancias que brindan el olor o cuerpo.

  • Los fijadores que prolongan la evaporación. 

  • El colorante, usado para mantener mejor el perfume frente a la acción de la luz.

  • La sal, para que el aceite pueda conservarse mejor.

Asimismo, hay registros de la existencia de algunos perfumistas en Roma. Estos tenían su laboratorio y tienda en el mismo local. El agua de rosas y azafrán de Cosmus cuenta con gran aceptación en las noches romanas, pero su reputación es más discutida.

En Roma se venden perfumes que llegan de diferentes partes del imperio. Entre ellos el kyphi o el metopion egipcios, aunque adaptados a la moda olfativa del momento.

Al mismo tiempo, se desarrollan técnicas más avanzadas de conservación. También se va registrando una botánica de los olores y de las propiedades de las materias. La moda y el negocio de ese periodo hacen evolucionar al perfume.

Si hablamos de la historia del perfume, tenemos que decir que en Roma se crea el primer gremio de perfumistas, llamados “ungüentarii”. Estos eran muy influyentes y creaban perfumes en tres formatos:

  • Sólido, a partir de un solo ingrediente.

  • Líquido, a base de especias y flores.

  • En polvo, obtenido de triturar y pulverizar pétalos que luego aromatizaban con especias.

La materia más buscada en Roma es el bálsamo de Judea. Se trata de una resina oleosa  escasa y muy codiciada. Con el aumento y difusión de los baños públicos, unciones y masajes, el perfume obtiene un nuevo impulso.

Se cuenta que, en el siglo I d.C., Nerón gastaba grandes fortunas en aceites perfumados para los invitados de las fiestas que organizaba. También hacía caer del techo miles de pétalos de flores. Incluso llegaba a perfumar a sus animales, desde mulas a pájaros.

La esposa de Nerón, llamada Popea, se bañaba en leche de burra a la que agregaba sal, aceite de oliva, bicarbonato y pétalos de rosa. Debido a sus viajes, había que desplazar unas trescientas burras para ser ordeñadas para estos baños.

Se dice que durante el entierro de Popea, Nerón realizó otra de sus excentricidades. El emperador gastó el perfume que los perfumistas de Arabia producían en todo un año.

Luego llegan los bárbaros, enemigos de la ostentación romana. La cristianización progresiva reduce el uso personal de perfumes, llegando incluso a ser prohibidos. Aunque, por otra parte, van ganando fuerza mística y se usan de forma simbólica.

En la Biblia podemos encontrar relatos de esas ocasiones especiales. Por ejemplo, los Reyes Magos regalan a Jesús de Nazaret incienso y mirra -acompañados de oro- por su nacimiento. También el momento cuando la hermana de Lázaro unge los pies de Jesús con perfume.

Edad Media

Con el imperio bizantino también se produce un resurgimiento del perfume en la zona del Mediterráneo oriental. La capital del imperio es Constantinopla -hoy Estambul-, fundada en siglo VII.

La refinada cultura del perfume en la sociedad árabe y la riqueza de materias primas brindan un nuevo impulso a la perfumería. Aparecen nuevos ingredientes como el ámbar gris, el almizcle o el agua de rosas.

Los árabes incluso perfeccionan el conocimiento de culturas anteriores, utilizando el alambique. El Corán, libro sagrado del Islam, habla de los jardines y árboles con olor almizclado en el paraíso. A Mahoma, creador de esta religión, se le reconoce su pasión por los perfumes.

Son tiempos agitados y de grandes movimientos. Al regresar de las Cruzadas, los soldados traen fragancias y nuevas esencias. También se producen los viajes de Marco Polo en misiones comerciales italianas al Oriente. Estos y otros hechos aportan nuevas técnicas y materias.

La clase alta sigue cuidándose con esmero. Podemos apreciar en pinturas y grabados su vasto ajuar de cuidado personal, como los saquitos con polvos o pajaritos de Chipre. Se trata de pequeñas figuras de arcilla, comúnmente con formas de pájaro, con unas perforaciones.

En su interior se colocan diversos ingredientes aromáticos, como el musgo de roble, la almendra, la raíz de iris o el estorax. Luego se los quema para que desprendan toda su esencia, la cual brota a través de los pequeños orificios dosificadores.

Se estima que se usaban en Europa como ambientadores o purificadores del aire desde el siglo XII. Se popularizan luego de que los Cruzados llegaran a la isla de Chipre. Algunos creen que es un ancestro de lo que hoy conocemos como la familia olfativa Chipre.

Por otra parte, las farmacopeas de los conventos también elaboran “aguas de olor”. Sin embargo, en estos casos presenta un carácter más medicinal que de disfrute.

Aparecen además las pomas de olor o “pomander”. Es un recipiente en forma de vasija perforada que se lleva en el cuello o la cintura. En su interior posee esencias y plantas aromáticas. Los más simples son de madera, pero otros son verdaderas joyas de oro y plata, algunos con piedras preciosas.

El rey Felipe II de Francia reconoce, en el siglo XII, la profesión de perfumista. Entonces surgen las primeras escuelas. Luego de cuatro años de estudios, los aprendices llegan a ser maestros perfumistas.

El rey Felipe II de Francia reconoce, en el siglo XII, la profesión de perfumista. Allí aparecen las primeras escuelas.

A finales del siglo XIV, en 1370, se produce otro importante hito, de la mano del “Agua de Hungría”. La reina Isabel de Hungría, aquejada por esos tiempos de problemas de salud y dolores reumáticos, recibe de un alquimista un elixir.

El preparado estaba compuesto de flor de romero y aguardiente. Otras recetas también le atribuyen pétalos de rosa. La fórmula de este elixir sería el primer perfume con una base de alcohol. Además de su agradable olor, se vuelve muy popular ya que se le atribuyen propiedades rejuvenecedoras, casi milagrosas.

Se cuenta que la reina, de más de setenta años de edad, rejuveneció de forma considerable luego de usar el tónico. Ella se lo aplicaba en grandes cantidades. El éxito del producto trasciende los siglos e incluso hoy pueden encontrarse perfumes con la denominación “Agua de Hungría”.

Renacimiento

El periodo denominado como Renacimiento comprende los siglos XV y XVI y también es fundamental para la historia del perfume. Allí se produce un resurgimiento de las artes, así como del recuerdo de la cultura griega y romana.

Las ciencias y la contemplación de la naturaleza reciben un lugar preponderante. La ciudad de Florencia, en lo que hoy es Italia, es la cuna de este movimiento que se extiende por toda Europa.

En esos siglos se da la apertura de nuevas rutas marítimas. En la perfumería aparecen nuevos ingredientes como el jengibre, alcanfor, pimientas o madera de aloe. Por otra parte, la imprenta permite una mayor difusión de las fórmulas de los compuestos olfativos.

Venecia cuenta con en ese periodo con grandes perfumistas, por lo que marca la moda de la época. Se impone el toque italiano que perfuma la ropa y los artículos de marroquinería -guantes y cinturones-. El objetivo es enmascarar el intenso olor a piel.

Asimismo, la peste remarca la importancia de la higiene de la ropa, con el perfume como su complemento ideal. Rabelais expresa las aspiraciones de belleza y sensualidad que exaltan los humanistas.

Los perfumes a base de mirra, lirio y rosa se convierten en las armas de seducción preferidas. Técnicas como el enflorado o el alambique –ahora de vidrio– son perfeccionadas. También se aprenden mejor las cualidades de los componentes. El perfumista es un profesional cada vez más cualificado.

En pleno Renacimiento, los perfumistas extranjeros se instalan en París. Llegan de España y, sobre todo, de la Italia de los Médici. Por ejemplo, en 1533, Catalina de Médici se casa con el Duque de Orleans. Con ella viaja un perfumista florentino que abre su tienda en la capital francesa.

En pleno Renacimiento, muchos perfumistas extranjeros se instalan en París. Llegan de España y, especialmente, de la Italia de los Médici.

Además, los guantes perfumados invaden Francia y otros países. Estos guantes son objeto de deseo y símbolo distintivo de la época, aunque otro uso bien distinto y conocido era el de envenenar a enemigos.

Barroco

El Barroco tiene lugar durante los siglos XVII y XVIII. En ese periodo la perfumería triunfa en Versalles y la corte de Francia, expandiéndose por Europa. Es la época dorada de la corte de Luis XV, la cual es bautizada como “la corte perfumada”.

Por esos tiempos se pone de moda el uso de un perfume por día. Los criados incluso bañan en perfumes a las palomas y las liberan durante las fiestas para que sean ambientadores y esparzan los aromas.

Emerge la industria de la perfumería de lujo en Grasse. Esto se produce, en gran medida, gracias a los curtidores de piel y sus revolucionarios sistemas de extracción de aromas. Tanto los guanteros como los perfumistas son para ese momento profesiones reguladas.

Durante el Barroco se da un importante auge de los botanistas y de las ciencias naturales. Así aparecen las primeras clasificaciones de olores basados en sus propiedades.

Además se producen avances como la mejora del grado de pureza del alcohol, lo que propicia fragancias más delicadas. Esto sería un hecho trascendental para la historia del perfume.

Montpellier y Grasse compiten por el cultivo de las hierbas medicinales. También se cultivan flores como el clavel, jazmín, violeta, rosa, lavanda o tuberosa. Se perfeccionan las técnicas de extracción y de destilación.

Los comerciantes de Oriente se sirven de las propiedades protectoras de las hojas secas del patchouli para envolver sus delicadas telas de seda. Estas quedan impregnadas con su olor, lo cual las convierte en sinónimo de calidad.

Ingredientes y familias olfativas

Si bien la idea de definir olores se remonta a Aristóteles, las clasificaciones de perfumes proliferan a fines del siglo XX. En ese momento, la industria y los perfumistas sienten la necesidad de establecer familias para agrupar a los perfumes con estructura y características similares.

Las diversas comunidades internacionales del perfume proponen diferentes clasificaciones. En la Academia del Perfume proponen una clasificación con siete familias olfativas:

  • Cítrica. 

  • Floral.

  • Fougère.

  • Amaderada.

  • Chipre.

  • Oriental o Ambarada.

  • Gourmand.

Esta última familia no es tan común en las clasificaciones como las anteriores. No obstante, se encuentra en alza en nuestra cultura.

También existen otras familias fluctuantes que podemos mencionar. Por ejemplo, las familias Acuática, Aromática, Frutal o Cuero. Además, cada una de estas categorías pueden dividirse a su vez en subfamilias con un mayor detalle de matices.

Los perfumes más finos y caros son los elaborados con aceites puros. Se trata de una mezcla concentrada, profundamente aromática, con aceites extraídos de plantas o ciertas flores.

Los perfumes más finos y caros son los elaborados con aceites puros. Los ingredientes naturales suelen ser los más costosos.

 

Los ingredientes naturales suelen ser los más caros. Además de los más raros, difíciles de obtener o los que están altamente regulados. Los ingredientes más preciados en el planeta son la rosa búlgara, el jazmín, el almizcle, oud y la raíz de orris.

El ingrediente más caro del mundo es el ámbar gris. Se trata de una sustancia que se produce en el sistema digestivo de los cachalotes.

El elevado precio de un ingrediente puede deberse al hecho de que se ha perdido su fuente natural. Este es el caso del aceite natural de oud. Puede depender también de la temporada del ingrediente, como el caso del ylang ylang de Madagascar.

¿Quién inventó el perfume?

Esta pregunta no tiene una única y unívoca respuesta. Sería, por lo menos, una simplificación de la larga y compleja historia del perfume.

Podemos decir, por ejemplo, que los perfumes más antiguos conocidos fueron descubiertos en la isla de Chipre. Las excavaciones arqueológicas desenterraron evidencias de una fábrica que existió durante la Edad del Bronce, hace 4.000 años.​

Esta antigua construcción abarcaba una superficie de más de 4.000 m². Esto indica que la fabricación de perfume ya se daba a escala industrial en la isla.

Otro hito de la historia del perfume tiene lugar en la Mesopotamia. De acuerdo a una tablilla cuneiforme encontrada en la región, los primeros perfumistas de la historia serían mujeres.

En la tabla figura el nombre de Tapputi y se distinguen las últimas letras de otro nombre: -ninu. Tapputi y Ninu estarían, hacia el año 1200 a.C., al servicio del rey Tukulti-Ninurta I.

Ellas creaban perfumes con mezclas de bálsamos, flores y plantas como el Cyperus calamus y la mirra. Agregaban agua u otros solventes, luego se los destilaba y filtraba varias veces. Además, esta es la más antigua referencia que se conserva de un alambique.

Tapputi también es conocida como Tapputi-Belatekallim. Esta última denominación se refiere a la mujer supervisora de un palacio. Ella​ es considerada la primera química de la historia.

Tapputi también es conocida como Tapputi-Belatekallim. Ella​ es considerada la primera química y perfumista de la historia.

En la actualidad, la historia del perfume continua viva gracias a los maestros perfumistas, también llamados “nariz”. Ellos tienen la misión de encontrar las fórmulas que mejor respondan a los deseos y gustos del momento.

Cada nariz dedica su vida a hallar nuevas materias primas, desplegando su creatividad y creando auténticas obras de arte. Estas fragancias buscan perdurar y trascender en el tiempo y la memoria.

¿Por qué usamos perfume?

De acuerdo a la Academia del Perfume, los expertos en psicología afirman que el uso de fragancias aumenta la autoestima y estimula las relaciones sociales. Una persona se perfuma “para encontrarse bien consigo mismo y también con los demás”.

Una fragancia puede transformarse en un elemento relevante de la personalidad. Entonces, la gran variedad de perfumes se adapta a todo tipo de persona. Existe un tipo de perfume para cada emoción que busques transmitir: seguridad, sensualidad, empoderamiento. Esta proyección es mayor de lo que puede parecer a primera vista.  

Museo del perfume

En la ciudad de Buenos Aires tiene su sede el Museo del Perfume. Este se encuentra, desde abril de 2002, en la Asociación Biblioteca de Mujeres (Marcelo T. de Alvear 1155). La directora del museo es la licenciada en Historia del Arte Diana Avellaneda.

En este espacio se recrea la historia del perfume a través de frascos, perfumeros, pinturas, objetos de arte, fotografías, libros y réplicas en escala de la moda de cada época. Se pueden encontrar reliquias originarias de la India, de la antigua Grecia, hasta cajas de metal esmaltado proveniente de China.

Las vitrinas del museo también están repletas de nombres familiares y envases preciosos. Están los perfumes de Houbigant -el perfumero de María Antonieta y Napoleón-, Christian Dior o el famoso Nº 5 de Chanel, a base a rosa de mayo. Este último presenta una molécula compuesta en laboratorio, dando paso a la perfumería moderna.

El Museo del Perfume, en Buenos Aires, es un lugar evocativo: cada fragancia puede sugerir algo diferente a cada persona.

El Museo del Perfume es un lugar evocativo: cada fragancia puede sugerirnos algo diferente. También es un espacio didáctico y pedagógico, por lo que organiza conferencias con expertos perfumistas. El museo recibe donaciones de frascos de perfumes nacionales e importados anteriores a 1960.

¿Qué es el agua de colonia?

En 1709, Jean-Marie Farina crea un perfume al que llama Agua de Colonia (Eau de Cologne). Lo nombra en honor a la ciudad alemana en la que vivía. Se dice que se inspiró en el Aqua Mirabilis, un elixir a base de alcohol, perfumado con esencias de plantas y producido en monasterios italianos.

Farina hace algunos cambios en la fórmula original, una solución fresca y ligera,  incorporando la bergamota. Confiante en el éxito de esta fragancia, crea una fábrica en Colonia para fabricar y comercializar su invento.

Rápidamente se convierte en la fragancia preferida del emperador, al igual que de muchos nobles y casas reales en todo el mundo. Su éxito hace que sea muy copiada, convirtiéndose en un término genérico. Esto da origen a las “aguas de colonia”, arquetipos de fragancias de notas frescas y cítricas.

Conclusión

La perfumería es el arte de hacer perfumes. Hay evidencias de que se practica sistemáticamente desde la Edad de Piedra. Las mayores y más avanzadas civilizaciones también fueron importantes en la historia del perfume. Este es el caso de Egipto, China, Roma y Grecia.

En nuestros días existe una infinidad de fragancias, gracias a una industria del perfume en plena forma. Los ingredientes naturales más preciados son la rosa búlgara, el jazmín, oud, el almizcle y la raíz de orris.

La psicología expresa que usamos perfume para hacer más agradable nuestra vida  y mejorar las relaciones con los demás. Y vos, ¿por qué usás perfume?

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