Juicio por Fernando Báez Sosa: otros casos que sucedieron en Argentina y que dejan entrever la violencia en la vida nocturna

Este lunes se define la sentencia a los ocho acusados del homicidio de Fernando Báez Sosa, ocurrido en enero del 2020 en la puerta del boliche “Le brique” de Villa Gesell. Otros casos que dejan entrever lo que sucede en la vida nocturna.

06 de febrero, 2023 | 12.43

El caso de Fernando Báez Sosa, asesinado a golpes en la puerta del boliche Le Brique en enero de 2020, despertó una cobertura mediática que echó luz sobre la violencia que existe en la vida nocturna. Sin ir más lejos, el Sindicato Único de Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia de la República Argentina (Sutcapra) informó, luego de su asesinato, que cada fin de semana, dentro y fuera de los locales bailables, se registran más de 1000 peleas únicamente en Capital Federal y provincia de Buenos Aires, de las que solo un 10% eran denunciadas en la justicia.

No todas las golpizas terminan en víctimas fatales, pero sí reflejan la realidad que se vive a diario. El 13 de enero del 2020, antes de lo sucedido en Gesell, unas 10 personas persiguieron y golpearon a un turista de 19 años y su grupo de amigos con palos en Playa Grande (Mar del Plata) dejándolo inconsciente. No hubo repercusiones judiciales. Una situación similar sufrió Rodrigo Lombardo, de la misma edad y en la misma zona de la Costa Atlántica, el 24 de diciembre del 2021. En este caso, lo atacaron a botellazos y en patota, por lo que padeció fisura en el cráneo, dos heridas en el cuello y un brazo fracturado. Como con Fernando, los atacantes filmaron parte de la violencia ejercida sobre el adolescente. 

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

El 3 de febrero de ese año, a solo 16 días de la golpiza que terminó con la vida de Báez Sosa, en la esquina de Nicolás Videla y José de San Martín (Quilmes), un joven de 25 años quedó inconsciente tras fuertes golpes de un grupo que lo persiguió desde la salida de un boliche hasta ese punto. Por el hecho estuvo internado en estado delicado y su información personal como la de los atacantes permanece en el anonimato hasta el día de hoy.

Martín Castellucci fue asesinado en diciembre de 2006 en la puerta de un boliche de Lanús. Hace 16 años su papá Oscar y toda su familia luchan para que no exista otro Martín. Por su asesinato, la Justicia condenó al patovica José Linqueo Catalán a 11 años y 9 meses de prisión, pero salió en libertad cuando cumplió los dos tercios de la condena.

De acuerdo al informe de Estadísticas Vitales, publicado por la Dirección de Estadística e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud de la Nación en 2018 (el último previo a lo acaecido en la puerta de “Le Brique”), 694 varones entre 15 y 29 años murieron en Argentina víctimas de este tipo de agresiones, de los cuales más del 40% tenía entre 20 y 24 años. Ese mismo informe, pero del año siguiente, destaca que el fallecimiento tras este estilo de hechos violentos es la segunda causa de muerte de niños, adolescentes y/o jóvenes varones en nuestro país.

Las golpizas no son las únicas que pueden ser sentencia de muerte a la salida de los boliches. Emmanuel Valle Vera, de 19 años, fue asesinado de un balazo en junio de 2008 en el Barrio Parque Calchaquí, en la zona sur de la provincia de Buenos Aires. El 29 de noviembre del año pasado (más de 14 años después del hecho) comenzó el juicio en el que está imputado Omar Peralta, quien portaba el arma, pero familiares y amigos de las víctimas creen que otros dos intervinieron en una persecución previa a Emmanuel y esas personas no fueron aún identificadas, lo que por ahora asegura la impunidad de dichos victimarios.

Hace 9 años, a la salida de un boliche del barrio porteño de Flores, la víctima fue Martín Sotelo, en un hecho en el que intervinieron dos personas aún no identificadas: una de ellas le generó heridas de muerte con una botella cortada en el rostro y el cuello. Sucedió el 23 de noviembre del 2013 y no existe ningún dato al respecto, razón por la cual la familia y el Ministerio de Seguridad elevaron recientemente el monto de la recompensa por datos sobre el hecho a $2.000.000.

El caso Fernando Báez Sosa visibilizó esta problemática, pero también demuestra las fallas mediáticas y judiciales alrededor de los mismos. Uno de los ejemplos que tuvieron lugar a principios del año pasado (2 de enero del 2022) es el de Braian Cuitiño, de 22 años. La víctima había ido a bailar con su hermana a la discoteca Napoleón (Pilar, provincia de Buenos Aires). Cerca de las 6 de la madrugada decidieron salir del lugar y un grupo de 5 personas los estaba esperando, los acorraló y empezó a violentar a Braian “buscándolo”, exigiéndole que “se la banque”, según declaró la hermana de la víctima. Cuando la situación pareció terminarse, ella se acercó a la moto con la que habían llegado para encenderla pero Braian no corrió la misma suerte: desde un auto gris le arrojaron un ladrillo en la cabeza. Dos semanas después, Cuitiño murió en el hospital Sanguinetti en el que estuvo internado desde la golpiza. Hay dos detenidos por el hecho, uno de ellos es el dueño del auto.

Un caso más reciente es el sucedido en el boliche “Isabel Palacio Nocturno”, en la provincia de Tucumán, donde cinco patovicas atacaron a una pareja (una mujer y un varón adolescentes) con látigos en septiembre del 2022. A pesar de que el local bailable quiso desligarse de la situación a través de un comunicado y consolidarse como una especie de querellante destacando que iban a tomar cartas en el asunto denunciándolo, solo uno de los victimarios cumple prisión preventiva.

Mientras la búsqueda de justicia por el asesinato de Fernando persiste, su muerte echó luz sobre una problemática que persiste en la vida nocturna.