El ADN en el cuerpo de Fernando Báez Sosa: varios perfiles y un acusado más comprometido

El miércoles, el médico que firmó el estudio genético detallará todas las piezas periciadas en las que se halló material genético. La fiscal destacó que el informe da cuenta de la "multiplicidad de atacantes". En los dedos de Fernando se encontraron rastros de Blas Cinalli.

10 de enero, 2023 | 18.37

En la octava audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa se escuchará por primera vez de boca de los peritos intervinientes cuáles fueron los rastros genéticos que quedaron impregnados en el cuerpo del estudiante de Derecho durante la brutal golpiza pero también en la ropa de sus presuntos atacantes. Los estudios efectuados el 29 de mayo de 2020 por el Laboratorio de Genética Forense del Instituto Forense de Junín, según consta en el expediente judicial, arrojaron que fueron varios quienes atacaron al adolescente aquel 18 de enero a la salida del boliche Le Brique. Además, Blas Cinalli, el acusado que había sido mencionado hasta el momento solamente cuando se expusieron los mensajes de los rugbiers, podría quedar más complicado porque se hallaron coincidencias de muestras suyas con rastros de las uñas de Fernando.

La declaración de César Mario Guida, el médico que firmó el estudio, terminará de reconstruir las huellas que dejaron algunos de los ocho acusados por el crimen (Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23)), luego de que se presentara el exhaustivo informe sobre las marcas de zapatilla de las pisadas de los rugbiers en la cabeza de Báez Sosa.

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En lo que respecta al cotejo del laboratorio de Junín, se halló "ADN de al menos tres individuos" en los restos de Fernando, según consta en el pedido de elevación a juicio presentado por la fiscal Verónica Zamboni. Por eso, se habla de "perfiles genéticos entremezclados", lo que daría cuenta justamente del ataque colectivo.

Las muestras sometidas a análisis fueron las que tomó y evaluó posteriormente como válidas la Policía Científica División Química Legal, al levantar las evidencias en la vestimenta con manchas de sangre confiscada durante el allanamiento a la vivienda que alquilaban los diez rugbiers (zapatillas y otras muestras en camisas y remeras). A ellas se suman las muestras tomadas en el lugar del asesinato, aquellas que se pudieron recabar del cuerpo y ropa de Fernando y otros elementos que sirven para la identificación de los acusados. Todos los perfiles genéticos se cotejaron. 

"He de decir que no solo los imputados presentaban lesiones corporales de reciente data, entre los que se encuentra Luciano Pertossi, sino también que la mayoría de sus prendas de vestir halladas en el domicilio que alquilaban presentaban también manchas hemáticas", resaltó Zamboni respecto a las pruebas que se pudieron recabar. Según se desprende de la investigación, el perito balístico forense Martín Gerber, por otro lado, "localizó desgarros" en la camisa de la víctima y del pantalón. 

No solamente las cámaras de seguridad pueden ubicar a los acusados en el lugar de los hechos. Estos estudios pueden ser determinantes para muchos de los acusados, sobre todo para Cinalli, a quien la mayoría de los testigos no había podido ubicar en la escena del crimen hasta ahora y que estaría complicado en este estudio de acuerdo al abogado Fernando Burlando.

En la acusación de la fiscal, se determina claramente que en una de las muestras obtenidas del hisopado al meñique izquierdo de Báez Sosa "se obtuvo un perfil mezcla en la que se advierte coincidencia con el perfil de la muestra de Blas Cinalii". De acuerdo a Zamboni, "ello denota que la víctima al defenderse durante la agresión lastimó a Blas Cinalli, quedando material genético de este en un dedo meñique" y vinculó este hecho con las lesiones que presentaba Cinalli el día del hecho, heridas "constatadas por el reconocimiento médico realizado por el médico legista". 

"La multiplicidad de los atacantes" y dónde hallaron el ADN de Fernando

Al menos en dos muestras que fueron tomadas de las manos de Fernando Báez Sosa, a partir de hisopados en el dedo medio izquierdo y otro en el dedo medio derecho, "se obtuvieron diferentes perfiles mezcla", señala el informe de la fiscal, quien enfatiza además: "Esto marca la multiplicidad de los atacantes". El dato es importante porque entierra la versión de que fue un solo rugbier el que propinó golpes al joven.

Esto también se desprendía del estudio escopométrico que analizó este martes las coincidencias de las marcas de calzado en la cara de Fernando y que determinó que tenía al menos dos huellas distintas, una de 6 cm (coincidente con la de Thomsen) y otra más chica. En al menos cuatro muestras se comprobó que el ADN en la zapatilla Cyclone atribuida a Máximo Thomsen correspondía al de Fernando Báez Sosa y en otra se comprobó también que había sangre, en una zapatilla de marca nike. 

Al momento de solicitar que se considerara el cambio de carátula de Luciano Pertossi, quien había sido incorporado a la causa bajo otra figura con menos trascendencia, los abogados del particular damnificado habían adelantado que el informe de Guida "es determinante" porque dentro de las conclusiones se detallan todas las piezas periciadas en las que se halló material genético del adolescente de 18 años asesinado. En más de 15 muestras se detectó el ADN de Fernando Báez Sosa. Allí se puntualiza, entre otras prendas, una camisa blanca floreada que tenía uno de los acusados, un pantalón de gabardina gris, Jeans Le Uthe y Jeans marca Tasty; pero también se incorporan los rastros tomados de la vereda donde ocurrió el crimen y las muestras de los dedos de Fernando. 

"Podemos advertir que el único que vestía un pantalón gris de esas características era Luciano Pertossi. Ergo, encontramos material genético de la víctima sobre ropa usada por el imputado al momento del hecho", concluyó la presentación.