Fernando Burlando, abogado de la familia de Fernando Báez Sosa, aseguró que los signos vitales de la víctima, reveladas en un electrocardiograma, pueden responder a cierta medicación. "Para nosotros falleció en el lugar", ratificó el letrado a El Destape.
Fuentes judiciales afirman que el informe no había sido incorporado a la causa, que se había ocultado, y señalan que con él se podría refutar la sentencia que condenó a cinco de los acusados a prisión perpetua y a Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz y Blas Cinalli, a 15 años de prisión. Burlando, por su parte, afirma que la prueba no se incorporó en su momento a pedido de la defensa. La aparición de este nuevo informe podría abrir un nuevo escenario judicial, mientras se aguarda la decisión del Tribunal de Casación Penal ante las apelaciones de ambas partes.
En declaraciones televisivas, Burlando amplió: "Cuando llega al hospital, a Fernando lo meten en la shock room, se le hacen una serie de intervenciones que tiene que ver con la aplicación de drogas: se le aplica adrenalina, ocho ampollas, atropina, amiodarona y lidocaína. Esto genera una invasión muy grande y puede generar la reactivación del músculo cardíaco. Eso se puede traducir en algún electro"
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Los estudios que se le realizaron a Fernando Báez Sosa en en el hospital Illia de Villa Gesell fueron incorporados a la causa tres años después de su asesinato y de que el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores haya condenado a Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Luciano Pertossi, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi.
En este sentido los primero cinco jóvenes fueron condenados a prisión perpetua por el delito de homicidio doblemente agravado por su comisión por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones leves. Mientras que Viollaz, Cinalli y Lucas Pertossi a 15 años de prisión por ser partícipes secundarios del crimen.
En el informe incorporado se detalla los análisis que se le practicaron a Báez Sosa cuando ingresó al shock room del Hospital Illia por la brutal golpiza a la salida del boliche Le Brique.
Los estudios fueron solicitados por el abogado defensor de los ocho rugbiers, Hugo Tomei.
Que arrojaron los estudios a Baez Sosa
En los primeros estudios que se le realizaron a Fernando Báez Sosa en en el hospital Illia de Villa Gesell tras ser atacado por los rugbiers, se describen los resultados de un análisis de sangre, un electrocardiograma y una serie de tomografías computarizadas de cráneo, cuello, tórax, abdomen y pelvis.
Se indica: “Imagen espontáneamente hiperdensa rellenando los surcos corticales, valles silvianos, cisternas peritroncales, ventrículos laterales y centrales extendiéndose a conducto ependimario y espacio epidural”.
El médico que firmó el informe sostiene que el joven tuvo una “hemorragia subaracnoidea bilateral que ocupa todas las cavidades ependimarias, sin evidencias de lesiones óseas de origen traumático”. Una vez más se resalta que el factor clave que lo llevó a la muerte a Fernando fueron los golpes en su cabeza.
Con respecto al tórax se confirma que había “signos claros de aspiración de fluidos y signos de ahogamiento con ocupación de la tráquea, bronquios principales, lobares y segmentarios, así como de las estructuras alveolares parahiliares”.
También se detectó “abundante contenido entérico o de ingesta líquida en cavidad gástrica y abundante contenido gaseoso en intestino delgado y marco colónico”.
Es importante destacar que los estudios muestran similitudes con lo declarado por la emergentólóga Carolina Giribaldi Larrosa en el juicio oral donde sostuvo que cuando llegaron a la Avenida 3 el joven “no tenía movimiento respiratorio ni pulso”.
Además, otro de los momentos que se recuerda de su audiencia declaratoria es que sostuvo que la víctima "no tenía chances de sobrevivir" porque cuando hay una hemorragia cerebral masiva no hay posibilidad.