Tras el anuncio del Gobierno nacional de estatizar Vicentin, la empresa acusada de estafar al Estado argentino y que se declaró en quiebra; en diversos barrios porteños y ciudades del país, se hizo sentir las cacerolas en contra de la expropiación.
En los videos que se viralizaron en las redes sociales, algunos ciudadanos alegaban no querer ser “argenzuela”, también reclamaron en contra de la cuarentena.
Una vez más, el discurso opositor y de los medios de comunicación hegemónicos caló hondo en sectores de la clase media alta acomodada.