La ley de Educación Sexual Integral, sancionada en octubre de 2006, es el inicio de un proceso de transformación social y cultural de los vínculos y las personas a partir del abordaje de la sexualidad y el respeto por la igualdad de género y la diversidad, desde las primeras etapas de socialización. Para eso establece el derecho a recibir Educación Sexual Integral en las escuelas, tanto de gestión pública como privadas, de todo el país, desde una instancia de articulación transversal de "aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos”. A diferencia de otras leyes que son la culminación de un recorrido histórico, la ESI es la puerta de entrada a un cambio de paradigma multidimensional y complejo que requiere del acompañamiento del Estado y la Sociedad Civil.
El debate sobre su legitimidad fue saldado en el Congreso hace 16 años. Sin embargo, el camino hacia su completa implementación no está exento de avances y retrocesos. El 30 de agosto, Tucumán, la única provincia que hasta el momento no había adherido a la ESI, aprobó la moción por abrumadora mayoría para ajustarse a la normativa nacional vigente. La tardanza tiene que ver con el lobby ejercido por los sectores conservadores de la sociedad y los cuestionamientos de los establecimientos parroquiales, religiosos y privados. En el debate legislativo los parlamentarios Raúl Albarracín (UCR) y Nadima Pecci (Juntos por el Cambio), quienes votaron en contra, argumentaron que la norma busca “adoctrinar a los niños y jóvenes” o “inducirlos a dudar sobre su propia sexualidad”.
En esa misma línea recientemente se expresó el diputado de Avanza Libertad Javier Milei , quien en una entrevista televisiva dijo que, en caso de llegar a la Presidencia, eliminaría la ESI porque "se utiliza para adoctrinamiento", “es un mecanismo por el cual lo que se hace es deformarle la cabeza a la gente; y a través de ella el Estado busca impulsar “la línea de la izquierda y de la ideología de género" que destruyen los valores de la sociedad”. También reveló la voluntad de terminar con el Ministerio de la Mujer y el INADI, que “son mecanismos para la persecución de los que piensan distinto".
La manifestación es un guiño de acercamiento y complicidad a su base de apoyo, que es mayormente de ultra derecha, masculinizada, anti derechos y anti feminista, y se sostiene sobre un paradigma moralista. Estrategia similar a las arengas de la Iglesia Católica y las iglesias evangelistas pentecostales, que para encender los mecanismos de indignación y temor social suelen recurrir a mentiras y engaños: que la educación sexual amenaza el orden familiar; que condiciona o adelanta las sexualidades de lxs alumnos; que utiliza y difunde material pornográfico; que enseña a alumnxs a masturbarse; que promueve el aborto y la homosexualidad; entre otras falacias. Lo paradójico es que son estas mismas instituciones las que históricamente han elegido el silencio, la omisión y la complicidad ante miles de aberraciones, delitos sexuales y abuso de poder cometidos contra los propios ninxs y adolescentes.
Del texto a la práctica: logros y desafíos en la aplicación
Gisela Marsala Cardona es licenciada en Comunicación Social, periodista y Docente ESI. Plantea que un gran logro es la transversalidad en todos los contenidos curriculares ya que la ESI va mucho más allá de una jornada o taller específico: “El Programa Nacional de Educación Sexual es muy completo y aborda lineamientos curriculares para cada nivel educativo, contenidos aprobados por el Consejo Federal de Educación y con el asesoramiento de una comisión interdisciplinaria de especialistas”.
En ese sentido subraya que el cumplimiento efectivo de la ley garantiza sus objetivos centrales: “La educación sexual integral basada en conocimientos científicos, confiables y actualizados, sobre todo aquello que rodea a la sexualidad humana, está presente en cada persona desde el momento de su gestación hasta su muerte. Busca abordar la sexualidad desde la salud integral (física, mental y emocional) previniendo desinformación, enfermedades, infecciones, embarazos no intencionales promocionando la salud; y garantizando igualdad de trato, oportunidades y derechos para todas las personas escolarizadas, independientemente de su origen de clase, étnico, religioso, o de su orientación sexual”.
No obstante se observa una amplia disparidad y heterogeneidad en su aplicación, que depende en muchos casos las escuela, la jurisdicción y en buena medida de la capacitación docente en la temática: “La ley exige que se garantice en todos los niveles educativos públicos y privados pero lo que sucede luego en cada institución es muy dispar. Hay experiencias avanzadas, como Rosario o Tierra del Fuego, en Mendoza hay horas especiales destinadas a Docentes ESI, prácticamente la única provincia donde que sucede esto. Pero son 2 horas por escuela lo que termina siendo dos talleres en cada curso por año aproximadamente”.
La importancia de la educación sexual desde las infancias
La ESI resulta una pieza clave de socialización dado que está pensada desde el momento inicial del proceso educativo. Andrea Verónica Lezcano es Profesora de Educación Física y Especialista en ESI, y rescata que el valor de la ESI desde las infancias por la cantidad de temas que atraviesa que son los que viven los niños, niñas y adolescentes: “Eso permite entender y acompañar las situaciones actuales que ellos atraviesan, de manera personal, familiar, grupal, y todo lo que puede acontecer en sus vidas. Saber, poder hablar con ellos, y poner en palabras lo que acontece, permite trabajar con la realidades y la aceptación. La infancia es una etapa vital donde el ser humano aprende, toma y se hace parte de experiencias que lo van a acompañar el resto de su vida”.
Por otro lado la docente Marsala Cardona subraya la importancia de su abordaje en las infancias ya que “la sexualidad es un hecho inminentemente humano, está presente y activo desde el minuto uno de nuestra gestación hasta el día de nuestra muerte”. En ese sentido no está vinculado exclusivamente al ‘acto sexual’ o una mirada biologicista, que restringe la sexualidad a sus funciones reproductivas. Los abordajes de la ESI construyen una concepción integral de la sexualidad que puede ser pensada desde el conocimiento colectivo y participativo de lo que acontece en cada etapa de la vida.
“El Estado puede trabajar con las niñeces para garantizar que este proceso de autoconocimiento comience lo antes posible, sea pertinente, preciso y basado en la ciencia. Aquí elles van a comprender y ponerle sus propias palabras a las emociones, a su sentido de cuidado del cuerpo y la salud, a la prevención de tocamientos y abusos sexuales infantiles, a la visibilización de roles y estereotipos de géneros presentes desde el embarazo y reforzado fuertemente durante los primeros años – sostiene la docente -necesitamos comprometernos en la constitución de nuevas generaciones que puedan vivir, atravesar y expresar sus emociones y sentimientos, respetando los derechos humanos y los consensos básicos que hemos construido socialmente”.
Materiales y contenidos: cómo trabajan lxs docentes en el aulas
Con respecto a lo operativo y pedagógico, lsx docentes y el Programa Nacional de Educación Sexual Integral (PNESI) generan contenidos diferenciados para cada edad, así como técnicas y dinámicas que se van actualizando. Además, en el proceso de enseñanza y aprendizaje de la ESI, resulta práctica la utilización de recursos didácticos como la tecnología, la música, las películas o series , las noticias, o incluso los video juegos en tanto disparadores para generar debates entre lxs estudiantes.
Fernanda Lucía Ontiveros, es antropóloga y Magíster en Educación, e investiga sobre relaciones de género y ESI. Expone que los contenidos “están definidos en los lineamientos curriculares y los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios (NAP), acordes a cada nivel educativo. En decir, que hay saberes referidos a la ESI específicos para cada nivel. A su vez, se establecieron cinco ejes conceptuales de la ESI: Ejercer nuestros derechos; Garantizar la equidad de género; Respetar la diversidad; Valorar la afectividad y Cuidar el cuerpo y la salud. En este sentido, la ESI en tanto política educativa tiene claramente establecidos los saberes destinados a cada nivel educativo”.
La profesora Andrea Verónica Lezcano detalla que los temas y materiales siguen una evolución según la etapa en la que están situados lxs alumnxs: ”No podemos tratar un tema preciso de adolescentes como puede ser es el embarazo en un primer ciclo de una primaria, pero sí vamos a hablar sobre el respeto a las intimidades, el cuidado del propio cuerpo, y el cuerpo de los compan1eros, y eso va ayudar en situaciones que se les pueden presentar”.
En secundarias, por ejemplo, donde trabaja actualmente, las cuestiones que más se presentan están vinculadas a hechos de violencia entre compañerxs, insultos, discriminación, y violencia en los primeros noviazgos: “Hay casos de violencia, hay casos de discriminación a jóvenes que deciden compartir y sincerarse sobre su identidad o elección sexual, y muchas veces no son los propixs chicos, sino la influencia familiar. Lo que buscamos es ayudar a trabajar el autoestima y la toma de decisiones propias de lxs adolescentes. Por ejemplo esta semana un grupo de alumnas se acercaron a pedir que tratáramos el tema de suicidios. Lxs pibxs tienen muchas preocupaciones, y mientras los directivos y docentes estemos atentos podemos acompañarlxs”.
Desde su experiencia en la docencia, Marsala Cardona identifica que la clave es generar espacios circulares y horizontales, talleres participativos, y que lxs docentes asuman un lugar de escucha activa permanente: “Nuestra tarea es escuchar no solo lo que tienen para decir sino también lo que no dicen, sus silencios y miradas, sus posturas corporales, sus estados anímicos, sus niveles de participación y modos vinculares. Son ellas, ellos y elles quienes saben lo que pasan, lo que les preocupa, sus miedos e inseguridades, su manera de vivir este presente. La confidencialidad, el compromiso con sus procesos y el respeto por sus tiempos resultan centrales”.
La investigadora Ontiveros añade que una de los modos de implementar la ESI es el trabajo con lxs docentes a quienes se invita a reflexionar sobre sus propias ideas en torno a la sexualidad, como también a incorporar los lineamientos de la ESI en sus asignaturas y planificaciones: “una de las dimensiones que introdujo fue poner a lxs docentes en un lugar protagónico. Tradicionalmente, se convocaba a ‘especialistas’ o ‘expertxs’ que se acercaban a dar una charla, personas ajenas a la institución, que habitualmente no conocían las realidades de lxs estudiantes ni la vida cotidiana escolar. Por el contrario la propuesta desde la ESI es que sean lxs profesorxs quienes se formen y lleven adelante su enseñanza. Se trata de construir espacios de diálogo, en donde no se transmitan mecánicamente conocimientos, sino que se habiliten inquietudes y se brinden saberes validados científicamente de los que lxs estudiantes puedan apropiarse. Estas instancias permiten espacios de encuentros intergeneracionales de mucha riqueza y mutuo aprendizaje”.
Problemáticas sociales complejas: abuso infantil y embarazo adolescente
Detrás de los ataques y las narrativas simplificadoras de la ESI, que solo proyectan sombras y oscuridades, se presenta en nuestro país una compleja realidad social, económica y cultural que es necesario iluminar y visibilizar, y tiene que ver con problemáticas como el Abuso Sexual hacia Niñas, Niños y Adolescentes; los embarazos adolescentes; y las enfermedades de transmisión sexual. Desde esta perspectiva la ESI una de las herramientas fundamentales con las que cuenta el Estado en materia de Educación y Salud públicas para trabajar a corto, mediano y largo plazo en la prevención y reducción de estas situaciones.
Las cifras de abuso sexual infantil son alarmantes. Según datos de Unicef de 2019, el 80% de los abusos se producen de forma intrafamiliar. La ESI resulta fundamental para la prevención y detección de estas situaciones de forma directa o indirecta, y ayuda a su abordaje. El aula se vuelve un espacio de escucha segura y lxs docentes en las personas a las cuales un alumnx puede acudir para relatar alguna situación de abuso que este viviendo, o incluso consultar ante la duda o incomodidad. Para ello, como describe la Profe Lezcano en varias materias se hacen “talleres, debates, puestas en común, presentaciones de láminas, trabajos grupales. El mecanismo principal es la charla y la puesta en palabra de las inquietudes, y darles ese espacio para orientarlos sin juicio de valor, sino acompañar y dar los mejores consejos posibles”.
Orta de las problemáticas es el embarazo adolescente. Según cifras difundidas por la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS), del Ministerio de Salud de la Nación, en 2019 69.803 adolescentes de entre 15 y 19 años y 1.938 niñas menores de 15 años tuvieron un hijx, población que representa el 11,5% de los nacimientos anuales. La cara positiva del fenómeno es que se observa una disminución del 20% en relación al 2016, en los embarazos adolescentes de 15 a 18 años. No obstante el número no se ha reducido en menores de 15 años, y en este rango, el 80% de los embarazos fueron consecuencia de abuso y violencia sexual . “Niñas, no madres, esa es otra premisa a sostener y profundizar por el movimiento feminista argentino ya que detrás de esos embarazos se esconden profundas desigualdades, abusos y violencias estructurales”, advierte Marsala Cardona.
La persistencia en el tiempo de esta problemática constituye una vulneración de los derechos humanos de niñas y adolescentes, y trae aparejados complicaciones de la salud, el deterioro del bienestar, abandono escolar, y dificultades para la inserción laboral y el desarrollo de la vida. Amnistía Argentina advierte que en 2022 el 30% de las niñas y adolescentes que dejaron la escuela secundario fue a causa de un embarazo o maternidad.
En un hecho social tan complejo intervienen factores sociales y culturales, y es por eso que la distribución de la maternidad adolescente es diferente a lo largo y ancho de nuestro país: en provincias como Formosa, Chaco, Misiones, Salta en general se observa una incidencia mucho mayor que en otras regiones, y esto tiene que ver con los condicionamientos socio económicos, el acceso a información y servicios de salud pública, y también con la efectiva aplicación de la ESI.
La avanzada anti derechos de Milei y las resistencias sociales a la educación sexual
“Creo que Milei responde a un pensamiento ultraconservador, misógino y clasista, de pronunciado individualismo que promueve las más extremas violencias en el seno social”, indica la comunicadora. A la inversa del sentido que intentan imponer estos sectores la docente entiende que la educación argentina ha alcanzado niveles de altísima calidad a lo largo de su historia y “la ESI es uno de sus estandartes, más allá de los pendientes y de su falta de implementación plena”.
Con respecto a los mecanismos de resistencia de los sectores más culturalmente regresivos, Gisela identifica que se apoyan en imaginarios y mitos respecto a los temas que sí pueden ser tratados en el ámbito escolar y en al ámbito de lo privado: “La consigna ‘con mis hijos no te metas’, por ejemplo, muestra a las claras una minoría ruidosa que resiste la aplicación y actualización de una ley modelo en nuestro país en la garantía de derechos”. Es que antes de la norma las charlas sobre sexualidad se realizaban eventualmente y a demanda, se trataban temas ligados mayormente a la prevención de situaciones no buscadas, y eran realizadas por expertxs invitadxs o incluso empresas privadas.
Acerca de este punto la antropóloga Ontiveros explica que a veces lo que puede parecer una resistencia “refiere más a miedo, incomodidades e inseguridades. Esto puede venir por parte de docentes o de familias, que quizás no conocen del todo bien los contenidos o tienen ideas desactualizadas, o muy tradicionales y restringidas sobre la ESI. Es por ello que son centrales los espacios de formación para trabajar los prejuicios que pueden existir”.
Existen otro tipo de barreras, más difíciles de descifrar, al interior del propio ámbito docente que es el que debe garantizar la aplicación de la ley: “Si el sector docente no se capacita permanentemente en ESI es muy difícil que su aplicación cumpla los objetivos por las condiciones en las que se labura, la falta de tiempo y los bajos salarios que obstaculizan la actualización – reconoce Gisela - hay quienes se han quedado con la idea de que ESI es igual a menstruación, cambios corporales y métodos anticonceptivos, cuando les estudiantes están gritando problemas de salud mental, intentos de suicidio, modificaciones en su identidad de género o accediendo a abortos en silencio”.
Pero no todo son resistencias. Simultáneamente se produce una fuerte demanda, sobre todo de los estudiantes, por su fortalecimiento y mayor alcance. Según una encuesta realizada en 2021 por la Fundación Huésped, a 15 años de la sanción de la Ley, el 80 % de estudiantes y graduados de todo el país considera que la ESI no se aplica de forma adecuada en su escuela, mientras que entre lxs docentes el 94 % aseguró incorporar los contenidos a sus clases.
La ESI a largo plazo: cambio de paradigma vincular y humano
Esta política interviene en la realidad educativa de forma integral con el objetivo de potenciar transformaciones sociales y culturales a largo plazo. “La ESI es un derecho, una política educativa y una demanda social, y en la medida en que se continúe fortaleciendo, se seguirá avanzando en la ampliación de derechos en las escuelas. Desde ese lugar nos invita a cuestionar los modos en que habitamos los espacios. Y esos cuestionamientos generan transformaciones culturales que están en marcha y que, de la mano de los activismos, los movimientos feministas y estudiantiles, empujan por llevar aún más lejos esas conquistas”, jerarquiza la investigadora Ontiveros.
“A largo plazo la ESI va a aportar a la construcción de una sociedad menos adultocéntrica y más integradora, respetuosa de los derechos humanos. La ESI garantiza una sociedad con relaciones libres y equitativas, que rechacen las violencias como forma vincular, a la construcción de proyectos de vida tanto individuales como colectivos en marcos democráticos", complementa Marsala Cardona. Y finaliza: "La ESI sana traumas heredados por familias enteras que no pudieron acceder a una educación sexual integral, que callaron y cargaron de generación en generación abusos, violencias y discriminaciones. La ESI construye procesos reparadores y liberadores, y por eso es fundamental que se sostenga en el tiempo y se profundice “.