Una mujer de 33 años llevaba una semana desaparecida junto a sus dos hijos, de 6 y 10 años, en la localidad cordobesa de Nono. Su rastro se había perdido después de que el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba dictaminara la restitución de los menores al padre de uno de ellos, residente en Alemania. Finalmente, se entregó.
Se trata de Constanza Taricco, quien ya había denunciado a Sören Hars, su expareja, por violencia. Al momento de la separación, el progenitor del hijo menor reclamó la tenencia de ambos niños y solicitó llevarlos a Alemania, incluso a pesar de la negativa de ambos menores.
"La Justicia argentina ordena la entrega de mis hijos a un ciudadano alemán sabiendo que no es el padre de uno de ellos. Por eso he presentado una medida cautelar ante el Comité Internacional de los Derechos del Niño para que no se lleven a mis hijos. Exijo justicia", declaró Taricco en un video difundido en redes sociales. Pero la Justicia no sólo falló a favor de él, sino que la Fiscalía de Instrucción de Villa Cura Brochero ordenó su detención y la imputó por considerarla autora del delito de “sustracción de menores”.
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Consultada por este medio, Nora Schulman, directora Ejecutiva del Comité de Derechos del Niño de Argentina, expresó a El Destape: “En este caso, hay una violación flagrante de los derechos de estos dos chiquitos y me parece bien que la mamá busque protegerlos y resguardarlos hasta que se pueda solucionarse esta situación horrible”.
La abogada de Taricco, Natalia Lescano, definió este fallo como una decisión “sin perspectiva de género ni de infancias”: “Es un fallo que muestra un punto de vista ideológico y jurídico preocupante porque no se ha tenido en cuenta la posición de la mamá, y se ha ponderado como verdadera la posición del papá solamente por una cuestión de género y residencia”.
Esto impulsó al abuelo de los niños y padre de Constanza a presentar una denuncia penal en contra de Sören Hars por fraude procesal, a la que accedió este medio.
“El denunciado alega que el traslado y retención de los menores realizados por la madre fueron ilícitos, aunque sabe que eso no es cierto. Omite, dolosamente, que le dio (a Taricco) poder de custodia ilimitado en el tiempo y en el lugar en el mes de abril de 2022. Ese poder reconoce la residencia de ella y los niños ese año en Bolivia, y autoriza a la madre a viajar con los niños”. Con esto, la carátula de “secuestro o sustracción de los niños” por parte de la mujer quedaría trunco, según indicó Lescano.
Allí también se señala la “falsificación de documentos” sobre la vivienda y escuela de los niños en Alemania, además de “omisiones dolosas específicas para inducir en error al operador judicial y así obtener sentencia a favor”.
Específicamente, Hars aseguró ante las autoridades judiciales europeas que los niños habían estado viviendo en Alemania en los últimos años ya que es la única forma de justificar la solicitud de una “restitución internacional de menores”. Sin embargo, “los niños vivieron en Bolivia desde enero de 2021 a febrero de 2023 de manera interrumpida. No es Alemania lugar de residencia habitual por lo tanto decir que lo contrario es mentir a las autoridades”, contrarresta la denuncia.
País restituidor
El jueves 25 de julio, vecinos del pueblo cordobés se congregaron alrededor de la vivienda de Constanza para impedir que las autoridades fueran a buscar a sus hijos.
La policía llegó el viernes por la madrugada. Allanó la casa pero ellos ya no estaban y desde entonces la fiscal de Villa Cura Brochero, Analía Gallaratto, dio inicio a una investigación por desaparición de personas.
Seguidamente, la abogada de Taricco presentó un habeas corpus para declarar la inconstitucionalidad del fallo por incumplimiento del Convenio de la Haya, que es un tratado internacional cuyo objetivo es proteger a los niños y niñas de los efectos perjudiciales de la sustracción y retención ilícitas transfronterizas por parte de uno de los padres.
En los medios de comunicación, el abogado de Hars declara que “esta sentencia ha pasado por toda la arquitectura judicial argentina, y todos le han dado la razón al padre” por lo que “los menores y su madre deben volver a Alemania”. Al llegar al país europeo, la mujer tendría entonces la oportunidad de “plantear todo lo que le parezca ante la Justicia alemana, donde seguramente será escuchada”.
Pero la directora del mencionado Comité no opina lo mismo: “No es una novedad que se tome jurisprudencia de que los chicos sean restituidos cuando hay un pedido del exterior. Y siempre termina igual, porque mandan a las mamás a litigar allá cuando saben que usualmente no tienen ni fondos ni posibilidades de ganar un juicio de esta índole afuera”.
Por su parte, Lescano analiza el origen de este accionar judicial también desde una “mirada colonialista”, ya que “creen que los chicos van a estar mejor en Alemania que acá o en Bolivia”. “Argentina tiene una vocación de restituir. Cada vez que le piden una restitución nacional, Argentina lo acepta. Hemos buscado aliados para explicar estos temas y algunos no se quisieron meter en el juicio porque han dicho ‘no queremos perder, porque Argentina siempre restituye’”, apuntó Lescano.
La misma Taricco había mencionado que “Bolivia forma parte de este Convenio de la Haya pero revisa los casos que llegan, al contrario que Argentina”. Taricco lo predijo en declaraciones dadas en noviembre del año pasado: “Él me demandó una semana antes de que me tomara el avión con los chicos hacia Argentina, por lo que seguro él lo estuvo preparando, esperando que yo esté acá para hacerme esto. Esto en Bolivia no me pasaba. Él ya sabía que acá me ganaba el juicio”.
La voz de las mujeres e infancias
Más allá de la voluntad de los adultos involucrados, “el derecho jurídico de protección del interés superior de los niños indica que hay que escuchar lo que ellos opinan”, señaló Lescano. Ambos menores se han sometido a una sesión de valoración psicológica que realizó el área de la Mujer, Niñez, Adolescencia y Familia de Nono, a cuyo informe pudo también acceder este medio. “Sobre su situación actual en Argentina, dicen encontrarse bien, rodeados de amigos y familia, pero que preferirían volver a Bolivia. M. dice ‘queremos volver a casa’”, reza el escrito.
También señala que “ambos manifiestan estar enojados con el padre ya que lo identifican como el causante de su permanencia en Argentina”. Y, “al indagar sobre el rol del padre en la problemática, A. dice: ‘Mi papá no nos deja ir’”.
La hija mayor ha solicitado incluso presentar a un abogado del niño, pero la jueza a cargo no dio lugar a su petición. Es que ella no es hija biológica de Hars y poca relación tiene con él.
La devaluación de la palabra de las infancias ante la Justicia responde a una mirada adultocentrista y, en suma, la palabra de Taricco careció de peso tras “una mirada patriarcal” de las autoridades judiciales.
La Justicia reprodujo la lógica machista alegada por el padre, quien justifica su demanda al decir que “la madre -presuntamente por problemas psicológicos- no puede hacerse cargo de los niños”, que “no tiene ingresos” y que “no está en su sano juicio para realizar planes de vida estables para la familia”. En contraste, el hombre se fue a Alemania durante años, manteniendo vínculo con los niños a través de internet y algunas visitas, y despojándolos de su derecho a contar con las cuotas alimentarias que paliaría, entonces, la crítica situación económica que la madre atravesaba estando con ellos en Bolivia.
Apoyo a Taricco
Constanza ha alegado reiteradamente sufrir acoso y amenazas por parte del hombre desde que se separaron y, por esta misma razón, ha tenido que acudir a la policía para pedir ayuda. Por esto, la letrada cataloga al accionar judicial como un “escándalo jurídico”: poco se investiga sobre un progenitor que no cumple con sus responsabilidades parentales y que fue denunciado por agresiones.
Al ver su palabra devaluada, Constanza abrió una cuenta de Instagram llamada “No se lleven a mis hijos” para dar a conocer la historia. “Me están queriendo sacar a mis hijos para dárselos a una persona que nadie sabe quién és, que tiene denuncias en la policía por violencia”, había expresado Constanza, que lanzó: “El juez de Córdoba admite que existe un riesgo para los chicos al restituirlos a Alemania con él, pero igual ordena la restitución diciendo que lo ideal es que yo opte por ir con ellos para cuidarlos”.
Las sentencias y expedientes a los que este medio tuvo acceso -y que no se publican aquí para resguardar datos personales de los involucrados-, respaldan la versión de Taricco al afirmar que “hay muy poca investigación judicial sobre quién es él, de qué trabaja o incluso dónde vive”.
A esta lógica, su abogada adhirió: “El hombre hace mucho tiempo ni ve a sus hijos, y pretende que Constanza también vaya, por lo que hay que considerar, para lograr entender esta incoherencia, que en Alemania tener mujer e hijos menores de edad significa un beneficio impositivo importante. Y en la situación financiera en la que él está, esto no es sorpresa”.
Actualmente, se espera la respuesta de la fiscalía ante esta denuncia penal contra Hars por “falsedad” y solicitan que se investigue correctamente al adulto a quien quieren adjudicarle la tenencia de los dos menores.
"Si esto prospera, tenemos elementos para cuestionar la sentencia porque es una cosa juzgada 'írrita'. Írrita quiere decir que irrita al sistema judicial y al sistema jurídico porque no se tiene en cuenta nada más y nada menos que los derechos de los niños”, concluyó Lescano.
La comunidad de Traslasierra, distintas organizaciones de mujeres y organismos de derechos humanos han pedido a la justicia que investigue la verdad real y proteja los derechos establecidos en la Convención de los Derechos del Niño, como el derecho a la identidad, el derecho a ser oído y a que su opinión sea tenida en cuenta.
“Esto es una sobreactuación de la justicia que quiere tomar protagonismo en un hecho que solo perjudica los derechos de estos chicos. Por eso Constanza tiene y tendrá el apoyo de este Comité de seguimiento de los Derechos del Niño”, cerró Schulman.
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