José Francisco de San Martín durante gran parte de su vida se encargó de ejercer labores en el gobierno civil de Cuyo y también fue el responsable de organizar el Ejército de los Andes. Nació el 25 de febrero del año 1778 en Yapeyú y se convirtió en una de las figuras más representativas en las guerras de independencia hispanoamericana.
Pero San Martín no fue un simple militar y un político, también fue el encargado de liberar a la Argentina, Chile y Perú del control español.
El plan de liberación continental que tenía en mente el General San Martín
El prócer tenía un plan sumamente ambicioso para alejar el dominio europeo del territorio continental. Por este motivo decidió liberar a Chile y Perú por asuntos netamente estratégicos, políticos, ideológicos y económicos en lo que fue una determinación crucial en medio de la lucha por la independencia de distintos territorios en América Latina.
La liberación de Chile
Tras finalizar la preparación del Ejército de los Andes que contó con la participación de Bernardo O’Higgins, se inició en enero de 1817 el cruce en la Cordillera de los Andes que culminó con una victoria obtenida tras vencer a las fuerzas españolas en la denominada Batalla de Chacabuco. Tres días más tarde, varios hombres notables se reunieron para designar al Libertador con la intención de que fuera la persona encargada de conducir los destinos de este país.
Pero, en este contexto, San Martín declinó este honor para que finalmente se eligiera al brigadier O’Higgins como director supremo. A pesar de que las tropas realistas se habían reforzado e incluso habían intentado una avanzada, el 5 de abril de 1818 se obtuvo el triunfo definitivo en la Batalla de Maipú.
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Liberación del pueblo peruano
Tras asegurar la independencia de Chile, San Martín continuó con la organización del Ejército Libertador del Perú, compuesto por argentinos y chilenos. Dicha expedición llegó en septiembre de 1820 con el objetivo de iniciar las labores de liberación de la corona española.
Un año más tarde, el 28 de julio el prócer proclamó la independencia peruana en las instalaciones de la Plaza Mayor de Lima. Por un tiempo, el Libertador asumió el cargo de Protector de aquel país en un periodo en donde creó la bandera, el himno nacional, la Escuela Normal y por supuesto la Biblioteca Nacional.
Posteriormente se libraron nuevas batallas con triunfos patrióticos en Junín y Ayacucho respectivamente. Finalmente, en la batalla de Ayacucho que fue liderada por Antonio José Sucre se selló el triunfo definitivo sobre las fuerzas realistas.