"Pibe", "gil" y otras 23 palabras del lunfardo del siglo XIX que se siguen usando hasta hoy

El Lunfardo es el dialecto que millones de argentinos usan todos los días, aún si creen que quedó en el pasado y que no se usa más. Con orígenes en los conventillos de Buenos Aires, su crecimiento se movilizó a todo el país. Te contamos su historia. 

05 de septiembre, 2023 | 14.40

El Lunfardo, ese colorido dialecto argentino lleno de matices y misterios, es el producto de las corrientes inmigratorias que inundaron Buenos Aires a finales del siglo XIX y principios del XX. En medio del hacinamiento de los conventillos, los inmigrantes forjaron una forma de comunicación que reflejó su diversidad cultural y su necesidad de entenderse en el crisol de lenguas que convergían en la ciudad.

No obstante, el término "Lunfardo" en sí mismo no surgió hasta mucho después de que esta variante lingüística se hubiera asentado en la vida cotidiana porteña. Fue el 5 de septiembre de 1953 cuando el escritor argentino José Gobello publicó el libro "Lunfardía", dando oficialmente nombre y estatus lingüístico al Lunfardo. Esta fecha se celebra desde entonces como el Día del Lunfardo en Argentina.

El surgimiento del Lunfardo 

La raíz etimológica de la palabra "Lunfardo" se remonta al gentilicio "lombardo". En el siglo XVIII, los lombardos eran conocidos por ser usureros y prestamistas, actividades impopulares en la época. Por tanto, "lombardo" se convirtió en sinónimo de ladrón. Con el tiempo, este término derivó en "lunfardo". Sin embargo, se descubrió que esta lengua no era un código marginal; al contrario, había sido adoptada por amplios sectores de la población y se había propagado a través de manifestaciones artísticas como el tango y el sainete.

Lunfardía

El Lunfardo es un dialecto en constante evolución, con aproximadamente 6 mil términos registrados, pero este número es dinámico ya que algunas palabras caen en desuso y otras emergen. La Academia Porteña del Lunfardo estima que se incorporan alrededor de 70 nuevas palabras al año.

Aunque muchos no lo noten de manera consciente, el Lunfardo está presente en el habla cotidiana de los argentinos. Palabras como "pibe", "macana", "chamuyo", "laburo", "mina", "banquina", "guita", "trucho", "chabón" y "gil" son solo algunos ejemplos de términos lunfardos que se utilizan a diario en la Argentina y que trascendió las fronteras nacionales.

Conventillo clásico

Cuáles son los más usados 

Según Otilia Da Veiga, escritora y presidenta de la Academia Porteña del Lunfardo, el Lunfardo es un vocabulario que se basa en la estructura gramatical del castellano, pero su novedad radica en su origen, que proviene de la mezcla de las lenguas de los inmigrantes.

Para que un término lunfardo perdure en el tiempo, debe ser utilizado de manera constante en el habla popular. Oscar Conde, poeta y experto en el Lunfardo, ha estudiado la etimología de muchas de estas palabras cotidianas:

  • Afanar: Significa "robar" y proviene del antiguo español popular.
  • Biaba: Se refiere a una "paliza" y tiene origen italiano, relacionado con la comida dada a los animales.
  • Bondi: Es el término para "colectivo" y proviene del brasileñismo "bond", relacionado con el tranvía.
  • Chabón: Significa "tipo" y proviene del español, siendo una forma de tratar a alguien.
  • Changa: Se refiere a una "ocupación transitoria" y proviene del español familiar, relacionado con negocios de poca importancia.
  • Chamuyar: Significa "conversación" y proviene del caló, relacionado con la habilidad para persuadir.
  • Facha: Hace referencia al "rostro" y proviene del italiano "faccia".
  • Fiaca: Significa "desgano" o "pereza" y proviene del italiano "fiacca".
  • Groso: Se utiliza para indicar algo "importante" o "grande" y proviene del portugués "grosso".
  • Guita: Es un término para "dinero" o "moneda" y proviene del español popular.
  • Laburo: Significa "trabajo" y proviene del italiano "lavoro".
  • Malandra: Hace referencia a un "delincuente" o "mal viviente" y proviene del español "malandrín".
  • Matina: Significa "mañana" y proviene del italiano "mattina".
  • Mina: Es una palabra para "mujer" o "chica" y proviene del italiano jergal.
  • Morfar: Significa "comer" y proviene del italiano "morfa" relacionado con la boca.
  • Pibe: Se utiliza para referirse a un "niño" o "joven" y proviene del italiano genovés "pivetto", así como del italiano jergal "pivello".
  • Pilcha: Hace referencia a la "ropa" y proviene del araucano "pilcha", relacionado con las arrugas.
  • Quía: Significa "persona" y proviene del español "quídam", que se refiere a alguien de poca monta.
  • Quilombo: Se usa para describir un "lío" o "desorden" y tiene origen africano, relacionado con aldeas clandestinas de esclavos fugitivos en Brasil.
  • Trucho: Significa "falso" o "falto de calidad" y proviene del español "trucha", relacionado con personas astutas.
  • Tuje: Significa "buena suerte" y proviene del idish "tujes", relacionado con la cola humana.
  • Yeca: Significa "experiencia" y es una inversión de la palabra española "calle".
  • Yuta: Es una palabra para "policía" y proviene del italiano, específicamente de la forma contracta de "yusta", relacionada con la justicia.

Conventillo

El Lunfardo es un tesoro lingüístico que refleja la rica historia cultural de Argentina y su capacidad para adaptarse y evolucionar a lo largo del tiempo. Aunque nació en los barrios portuarios de Buenos Aires, ha conquistado corazones y lenguas en todo el país y más allá de sus fronteras. Es un legado lingüístico que sigue vivo y sigue sorprendiendo a aquellos que lo exploran.