El Obelisco de la 9 de julio: significado, historia y curiosidades

El Obelisco fue inaugurado el 23 de mayo de 1936 en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo fue su construcción? Los detalles más importantes de esta fecha.

23 de mayo, 2023 | 12.37

El Obelisco de Buenos Aires, un imponente ícono que adorna el cruce de las avenidas Corrientes y 9 de Julio, es uno de los monumentos más representativos de la ciudad. El punto de encuentro para actos y celebraciones, este año celebra su 87° aniversario. En su cumpleaños 85 tuvo una renovación que incluyó trabajos de hidrolavado y pintura para resaltar su belleza y esplendor.

La construcción del Obelisco generó una intensa polémica en su momento. Reemplazó al antiguo templo parroquial San Nicolás de Bari, un hito de escala barrial. Los partidarios de la renovación de la ciudad chocaron con los sectores más tradicionalistas. Finalmente, la Municipalidad ganó el juicio contra la Curia y la última misa se celebró el 16 de agosto de 1931. San Nicolás era un monumento histórico que albergaba restos de importantes figuras de la historia argentina y fue el lugar donde se izó por primera vez la bandera argentina en 1812. En 1935, se inauguró un nuevo templo en su ubicación actual, en la avenida Santa Fe al 1300.

El Obelisco porteño fue construido durante la presidencia de Agustín Pedro Justo y bajo la gestión del intendente Mariano de Vedia y Mitre, quien impulsó un plan de modernización de la ciudad. Este plan incluía la ampliación de la Avenida Corrientes, la apertura de la Avenida 9 de Julio y la construcción de la Plaza de la República. Fue el secretario de Hacienda, Atilio Dell' Oro, quien propuso la construcción del Obelisco como parte de las celebraciones del cuadrigentésimo aniversario de la fundación de Buenos Aires.

El Obelisco, inaugurado en 1936, conmemora el cuarto centenario de la primera fundación de la ciudad. Su diseño es obra del arquitecto Alberto Prebisch, reconocido exponente del modernismo argentino. La empresa constructora GEOPE se encargó de la obra, que empleó a 157 obreros. Desafortunadamente, uno de ellos, el italiano José Cosentino, perdió la vida durante la construcción. A pesar de las dificultades, la obra se completó en tan solo dos meses, cumpliendo con la indicación del intendente de estar terminada antes del 25 de mayo.

Con una altura de 67,5 metros y una base de 6,8 metros por lado, el Obelisco cuenta con una única puerta que da acceso a una escalera marinera de 206 escalones con 7 descansos, que lleva hasta la cúspide. Allí, se encuentra un mirador con cuatro ventanas visibles desde la calle.

El término "obelisco" deriva del latín "obeliscum" y se refiere a un pilar muy alto con cuatro caras iguales y una punta piramidal achatada, utilizado como adorno en lugares públicos. El Obelisco de Buenos Aires se convirtió en el símbolo representativo más importante de la ciudad y sus habitantes, al igual que la Torre Eiffel en París o la Estatua de la Libertad en Nueva York.

El día que se inauguró el Obelisco

En su inauguración, que tuvo lugar el 23 de mayo de 1936, la Plaza de la República se llenó de alegría y emoción. El pueblo argentino se congregó para presenciar la ceremonia, con la presencia del presidente de la Nación. La Banda Municipal interpretó el Himno Nacional y se cortaron simbólicamente las cintas, declarando inaugurado el nuevo tramo del ensanche y el majestuoso Obelisco. La voz del intendente municipal destacó la importancia del monumento como un símbolo del espíritu de Buenos Aires que se eleva hacia las alturas para mostrar su solidaridad con otros pueblos.

Las celebraciones por el tercer campeonato mundial del fútbol masculino.

A lo largo de los años, el Obelisco fue testigo de numerosos acontecimientos importantes en la historia de la ciudad, como las celebraciones por el campeonato mundial de fútbol masculino. Representa no solo el cuarto centenario de la fundación de Buenos Aires, sino también la primera vez que se izó la bandera argentina, la proclamación de la ciudad como la Capital Federal del país y la segunda fundación por Juan de Garay.

A pesar de los intentos de demolición en 1939, el Obelisco es un símbolo indeleble de la ciudad de Buenos Aires. Su presencia imponente y su historia fascinante lo convierten en un lugar de visita obligada para los turistas y un punto de encuentro emblemático para los habitantes de la ciudad, que se sienten orgullosos de tener este monumento como parte de su patrimonio cultural. El Obelisco es mucho más que un simple monumento, es un testigo vivo de la historia y un símbolo de la grandeza y la vitalidad de Buenos Aires.