Dentro del vasto mundo de la literatura, existen casos fascinantes de autores que no alcanzaron a conocer el éxito en vida, pero también hay escritores que lograron el reconocimiento con una única obra. Entre ellos, se encuentra la británica Emily Brontë, cuya pluma e imaginación dieron vida a la ya clásica novela "Cumbres borrascosas" (1847). Hoy, nos sumergimos en la figura de esta mujer para explorar algunas singularidades y particularidades de su vida y obra.
La quinta de seis, pero siempre una "Líder"
Emily Brontë nació en 1818 y fue la quinta de seis hermanos. A pesar de su posición en la familia, siempre mostró un espíritu de liderazgo. Junto con sus hermanos, Emily creó un mundo imaginario que exploraron a través de historias que inventaban. Este mundo de fantasía estaba compuesto por tres países: Gondal, Angria y Glass Town, que se convirtieron en el crisol de su creatividad.
Batalla contra la tuberculosis
La vida de Emily estuvo marcada por la tragedia de la tuberculosis. Desde su niñez, luchó contra esta enfermedad, al igual que sus hermanas, María y Elizabeth, quienes también sucumbieron a ella. La tuberculosis dejó una sombra de dolor en la familia Brontë, pero aun así, Emily persistió en sus pasiones y siguió escribiendo.
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Cuidadora y escritora nocturna
Emily Brontë se destacó no solo por su talento literario, sino también por su dedicación a su familia. Pasó gran parte de su tiempo cuidando de su hermano Branwell, quien había perdido la esperanza como pintor y se hundió en la bebida y las drogas. Durante las noches, mientras velaba el descanso de su hermano, aprovechaba esos momentos de tranquilidad para dar rienda suelta a su creatividad y escribir "Cumbres borrascosas".
El secreto de Ellis Bell
Cuando llegó el momento de publicar su obra maestra, Emily Brontë optó por utilizar el seudónimo de Ellis Bell. Esta decisión tenía un propósito claro: sortear los obstáculos que las mujeres enfrentaban en aquella época para establecerse como escritoras y buscar el reconocimiento que merecían. Sus hermanas literatas, Charlotte y Anne, también adoptaron seudónimos masculinos, y todas apostaron por nombres que escondían sus iniciales reales.
El misterio del éxito póstumo
"Cumbres borrascosas" se publicó en 1847, pero fue tras la muerte de Emily Brontë en 1848 cuando la novela comenzó a ganar reconocimiento y a ser apreciada como una obra maestra de la literatura inglesa. Aunque Emily no pudo presenciar el éxito de su única novela en vida, su legado perdura y sigue cautivando a lectores de todas las generaciones.
La elección de un seudónimo masculino, junto con sus hermanas Charlotte y Anne, nos muestra la valentía y la determinación con la que desafiaron las normas sociales de su tiempo para encontrar su lugar en el mundo literario. Y aunque Emily partió demasiado pronto, su legado como autora y su contribución a la literatura perduran y continúan inspirando a generaciones de lectores y escritores en todo el mundo.