El Ministerio de Educación publicó los resultados de la prueba Aprender y la principal conclusión que arrojó es que la pandemia de coronavirus empeoró el aprendizaje de los y las estudiantes del país. En la materia “lengua”, la caída fue más abrupta que en “matemática” si se compara con la muestra de 2018 y la misma se evidenció específicamente en los sectores pobres y en la escuelas de gestión estatal. Revertir la situación llevará no menos de tres años.
En cuanto a los resultados, en lengua creció un 83% de 2018 a 2021 la cantidad de estudiantes que no aprobaron los niveles de conocimientos necesarios (básico y por debajo del básico). En esta materia, el 44% no lo logró (fue del 24,7% en 2018) y fueron las áreas de lectoescritura y comprensión de textos las que mostraron mayores niveles de desaprobados. Mientras que en matemática, el 45,2 por ciento (43,3% en la anterior) estuvo por debajo del nivel “satisfactorio”. Sobre este punto, si bien hubo una leve caída, en el Gobierno la definieron como "estadísticamente insignificante".
En la cartera que dirige Jaime Perczyk aseguran que la pandemia "potenció" los problemas que ya arrastraba el sistema educativo y ponen la lupa en cuatro indicadores que explican la abrupta caída en lengua. El primero fue la desinversión en educación que llevó a cabo la gestión de Mauricio Macri sumada al crecimiento de la pobreza infantil. A esos dos factores se le sumó el aislamiento por la pandemia que provocó que se agraven las condiciones sociales de los chicos y chicas más la imposibilidad de la cercanía de materiales pedagógicos en los sectores más vulnerables. Los otros dos, según destacan en el Gobierno, obedecen a la falta de capacitación de docentes y la caída de días y horas de clases dictadas en el calendario escolar.
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En relación a esto último, en la reunión del Consejo Federal de Educación de abril, el gobierno nacional le propuso a las provincias un piso de 25 horas de clases semanales, lo que implicaría aumentar 38 días el ciclo lectivo anual en relación al actual. "El aumento en la carga horaria debe estar destinado preferentemente a la enseñanza de la Lengua y la Matemática", recomendó el ministro. La idea es que, en todas las jurisdicciones, de forma progresiva el turno mañana pase de 7 a 12 horas o de 7.30 a 12.30 horas y el turno tarde, de 13 a 18 horas o de 13.15 a 18.15 horas.
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Cuando se realizaron las evaluaciones, en diciembre de 2021, la situación sanitaria en el país presentaba menores contagios y ya había un amplio porcentaje de la población vacunada y por esa razón en las 24 jurisdicciones las aulas empezaban a abrirse. Pero el aislamiento de los meses previos influyó en la caída y agravó problemas previos que habían quedado expuestos en pruebas como la ERCE, que realiza la UNESCO.
Ante la consulta de El Destape en la rueda de prensa en la que presentó los datos, el ministro Perczyk señaló que si bien todavía hay un problema para mejorar en matemática, la falta de presencialidad arrojaron mayores consecuencias en lengua. “Lo que dice la investigación es que la lengua es un aprendizaje que se da colectivamente. Aprendés la comprensión lectora, la escritura, la oralidad, la cantidad de vocabulario no es una práctica que hacés solo en tu casa sino que tiene que ver con una práctica que se hace en grupo", afirmó al realizar una evaluación pedagógica sobre la caída.
En cuanto al nivel socioeconómico de los alumnos y alumnas que participaron del operativo, los datos arrojan que en el nivel "Bajo" siete de cada diez chicos no mostraron tener el nivel de conocimiento esperado. En esa categoría, el porcentaje en el nivel "Medio" fue del 41,2% y en el nivel "Alto" fue del 21,8%. En sintonía con lo antes expresado, la evolución de los niveles de desempeño en lengua de los estudiantes del nivel socioeconómico respalda el diagnóstico hecho por Perczyk. Un solo ejemplo: creció un 230% del 2018 a la última la cantidad de chicos y chicas entre los que están "por debajo del básico" en los niveles de aprendizaje.
De cara a lo que viene, en Educación apostarán a aumentar la inversión en compra de libros, pero esa política irá de la mano de otras que tienen que ver con la mejora de las condiciones económicas y sociales de las familias ya que está íntimamente vinculado al acceso y rendimiento escolar de los chicos y chicas. Asimismo, tras presentar los resultados, Perczyk asegura que será necesario mejorar el nivel educativo de la familia. Allí hizo hincapié en el de la madre, a través de los programas para la terminalidad de la secundaria. Otro punto será aumentar la cantidad de días y horas de dictado de clase a través de la extensión de la jornada escolar.
El dispositivo nacional de evaluación se llevó a cabo en diciembre del 2021 y participaron 623.558 estudiantes de 6º grado de la educación primaria distribuidos en 19.638 escuelas. Entre estas, 15.913 son de gestión estatal y 3.725 de gestión estatal. Las privadas mostraron mejores resultados ya que el 71,7% alcanzó los niveles "avanzado" y "satisfactorio", en contraposición con las estatales que alcanzó el 48,8% esos estándares. El 82,3% de las y los estudiantes y el 93,3 % de las escuelas de todo el país participaron en la evaluación, lo que significó un crecimiento del 3,6% con respecto a 2018.
La reversión de esta situación demandará tiempo, constancia en las políticas públicas y mayor inversión. La cartera educativa estima que serán no menos de tres años y su pronóstico se basa en los estudios pedagógicos como el que se hizo pos 2001, una situación peor a la actual y allí se tardaron cinco años en compensar la pérdida de conocimientos producto de la crisis económica y social que se desató ese año.