El Día de los inocentes del 28 de diciembre es una de las fechas más especiales en todo el mundo. Sin embargo, lo que muchos se preguntan es cuál es el origen de esta celebración y cuándo empezaron las bromas habituales al respecto.
Lo cierto es que se trata de una fiesta religiosa que ya se hizo una tradición en cualquier parte del planeta. Al contrario de lo que se supone, el nacimiento de este festejo está relacionado con algo demasiado cruel, sangriento e impresionante, con una masacre de por medio.
Día de los inocentes: por qué se festeja
Cada 28 de diciembre se conmemora en todo el mundo el Día de los Santos Inocentes para recordar a todos los menores de dos años que fueron asesinados por orden del rey Herodes I "El Grande". No obstante, con el correr del tiempo, esta celebración cristiana se fusionó con una pagana para darles comienzo así a las bromas que se hacen comúnmente al respecto.
La masacre ocurrió en Belén, ciudad ubicada en el centro de Cisjordania (Palestina). Se encuentra a unos nueve kilómetros al sur de Jerusalén, la capital de Israel. El objetivo de la matanza según la explicación "oficial" de la época fue "deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret".
De acuerdo con la Biblia, Herodes mandó a matar a todos los niños y niñas menores de dos años en Belén y sus alrededores con la intención de acabar con la vida de Jesús, luego del anuncio de los Reyes Magos de que una estrella revelaba que nacería "El Mesías".
Entonces, el rey les pidió que en cuanto lo encontraran, le avisaran. Según la leyenda, los Magos recibieron en sus sueños el aviso divino de no volver a Jerusalén, donde estaba precisamente Herodes. Cuando "El Grande" se enteró de ello, enloqueció porque no supo dónde estaba el recién nacido, al cual quería eliminar sí o sí para que no usurpara su trono.
Herodes llamó entonces a los Sumos Sacerdotes para preguntarles en qué sitio exacto iba a nacer el rey de Israel, al que habían anunciado los profetas. La respuesta fue que llegaría al mundo mundo en Belén porque así lo había anunciado el profeta Miqueas, que escribió: "Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel”.
Rápidamente y lleno de bronca, Herodes ordenó entonces la mencionada masacre para asegurarse de terminar con la vida de quien se decía que sería el rey de Israel. Estos hechos se llevaron a cabo durante el reinado de "El Grande", que fue entre el año 4 antes de Cristo (a. C.) y el 39 después de Cristo (d.C.).
Como consecuencia de lo sucedido, la Iglesia instituyó en el siglo IV d.C. esta fiesta para conmemorar a todos los niños y niñas que perdieron la vida en ese sangriento episodio. En la actualidad, sirve también para pensar y luchar a la distancia por la "inocencia robada" de quienes son las víctimas de los abusos, del hambre, de la indiferencia, de la pobreza y de la explotación.
Día de los inocentes: por qué se hacen bromas
Por otra parte, en la Edad Media se fusionó esta fecha del 28 de diciembre con una tradición pagana conocida como La Fiesta de los locos, festejada justamente entre la Navidad y el Año Nuevo. Algunas tradiciones se refieren a ello como la jornada en la que se nombraba a un Rey de los inocentes, que le realizaba bromas al resto del pueblo para entretener a los más humildes en esa era.
Por último, otras mencionan que se trata de la también llamada Fiesta del Obispilllo, a lo largo de la cual se les otorgaba a los niños el papel del obispo. De esa forma, durante ese día completo estaba todo permitido, incluidos los chistes que siguen hasta hoy.