La tapera, el botín, el falso hallazgo y el rol del “tío Antonio”: las similitudes en las declaraciones de los imputados por la desaparición de Loan

Del relato de Laudelina Peña, Antonio Benítez, “Fierrito” Ramírez, Victoria Caillava, Carlos Pérez y Mónica Millapi surgieron algunas coincidencias y puntos en los que podría avanzar la división de roles  en una futura imputación judicial por la desaparición del pequeño de 5 años.

20 de julio, 2024 | 01.23

Durante los primeros días de la semana declararon ante la Jueza Federal Cristina Elizabeth Pozzer Penzo los detenidos que participaron del almuerzo en la casa de la abuela Catalina y que fueron acusados de la captación y ocultamiento en contexto de organización criminal de Loan Peña. Esa carátula provisoria mantiene la investigación en la Justicia Federal y obliga a la magistrada y a los fiscales a avanzar con hipótesis que investiguen si el niño de cinco años fue entregado y si en caso puede ser un vinculado a la trata de personas o a la posibilidad de una red de pedofilia.

Las declaraciones de los imputados ante la jueza fueron todas vía web y con la previa reunión y asistencia de los abogados. Incluso Mónica Millapi -amiga de la familia- debió recibir asistencia psicológica durante su testimonio. En esos relatos se repitieron algunos puntos que Pozzer Penzo fue indagando para entender qué relación tuvo cada uno con ese lugar o momento de la búsqueda. Así es como se repitió la descripción de la tapera o escuela abandonada, el naranjal, el hallazgo del botín, la “falsa alarma” de la aparición de Loan y el rol de Antonio Benítez y su vestimenta durante la tarde del 13 de junio.

La primera en declarar en la causa fue la tía de Loan, Laudelina Peña, que le dijo a la jueza “percibí que fue Benítez con la ayuda de Ramírez los que se llevaron al menor desde el naranjal hacia la escuela abandonada, caminando y para mí en la escuela estaba Méndez, porque para mí es amigo de Pérez y el comisario (Maciel). Los dos estaban, Caillava y Pérez”. De esa forma, la mujer que quedó apuntada después de la falsa denuncia del atropellamiento resumió toda la situación que se habría dado esa tarde, poniendo a su propio marido como captor y a la tapera como el primer lugar de ocultamiento. Además, Laudelina declaró que hasta esa tapera fueron los perros y marcaron el lugar, “ahí lo levantan en la camioneta” aseguró frente a la jueza.

Después de eso, la mujer también habló de la aparición de una prueba clave: el botín del pequeño. “Maciel nos dijo que entráramos a buscar, estaba tipo a 2 metros de donde estábamos”, aseguró en relación al lugar donde encontraron el calzado y donde, según su declaración, le señaló el comisario en complicidad con “el informante” Méndez. Allí, cuenta Laudelina también, fue su hija Macarena quien sacó la zapatilla del barro y luego, la dejó ahí. En ese momento, según la tía, Méndez y Maciel se quedaron en el lugar con el botín y ella junto a otras personas se alejaron buscando al pequeño. En su denuncia anterior, Laudelina había acusado a Victoria Caillava de amenazarla para plantar la prueba y ahora aseguró que eso fue todo mentira.

Por otro lado, Laudelina aseguró que estando la noche de la desaparición en la comisaría escuchó por la radio que Loan había aparecido. Aseguró que festejaron el hallazgo y que fueron el comisario Maciel junto a Benítez y el Comisario General Báez a su encuentro. Pero al volver, a pesar de la alegría pasajera, aseguraron que se trató de una falsa alarma y que fue un drone que detectó calor. Ese punto del hallazgo fue base para todos los acusados ya que a todos se les preguntó y hablaron de ese momento.

En resumen, Laudelina acusó a su marido de ser parte de la captación junto con Ramírez entregando el pequeño al comisario, a Méndez, a Carlos Pérez y a María Victoria Caillava. Insistió con el hallazgo del botín y lo culpó al comisario, desligando la primera acusación a Caillava.

Luego fue el turno de declarar de Antonio Benítez. El tío de Loan asegura que fue a buscar naranjas y que luego llegaron Ramírez y Millapi con los niños. Que dejó de ver al chiquito cuando estaba jugando con los niños y que se dio cuenta cuando la hija de Millapi dijo que faltaba uno. El hombre se defendió de haber estado sin remera, algo que le pareció sospechoso al resto de los imputados y marcó que estaba así porque estuvo todo el día con calor. Aseguró que viajó al pueblo a buscar linternas y pilas y que buscó mucho a Loan. Aunque los otros declarantes dicen no haberlo visto, Benítez aseguró que no habló con Ramírez y que hizo su búsqueda en la zona de la tapera.

También hizo referencia al supuesto hallazgo de Loan. Según él, estaba con la policía Noguera, mano derecha de Maciel, cuando a la mujer la llamaron y le dijeron que bajen a la casa de Catalina porque había aparecido el nene. Fueron hasta el lugar y les dijeron que era una falsa alarma, que era mentira. Este testimonio se cruza con la declaración de su esposa y podría ser consultado en un posible careo entre ambos. Cuando le preguntaron acerca de la tapera, Benítez la describió como una “casita de material” que la conoce porque allí vivió su tío pero no profundizó sobre su acercamiento al lugar como lo percibió su esposa.

En síntesis, Benítez asegura no saber qué pasó con Loan y dice que no vio nada sino que escuchó que faltaba un nene. No afirma haber ido a la tapera y asegura haberse mostrado sin remera por una cuestión climática, además de haberse movido varias veces hasta el pueblo para buscar al nene, linternas y pilas.

Caillava y Pérez descartan el accidente

Frente a la jueza Pozzer Penzo, María Victoria Caillava desmintió la teoría de Laudelina con la posibilidad de haberlo levantado. Aseguró que desde el campo al pueblo no se detuvieron en ningún lugar y que no podrían haber atropellado ya que fueron despacio por el mal estado de la calle. La ex funcionaria municipal manifestó que Laudelina nunca les comentó que el niño estaba perdido y que, por esa razón, se fueron del almuerzo; sino, no se hubiesen movido. Además, la mujer identificó a la tapera y dijo que cuando ella volvía al campo -tras conocer que el niño estaba perdido- había gente buscando, entre los que estaban la mamá y la prima de Loan.

En cuanto al tío de Loan, Caillava aseguró que llegó al lugar “todo transpirado y sin la remera puesta y alterado”. Esa imagen le llamó la atención porque el hombre tomó agua, agarró su moto y se fue al pueblo. La mujer aseguró que a Benítez lo vio en el almuerzo y en ese momento que estaba sin remera, pero sostuvo que después de que se fue al pueblo no lo volvió a ver. En cuanto a su comportamiento, la mujer marcó que “fue distinto” a como lo habían visto más temprano. A Caillava le preguntaron también por el botín de Loan, pero la mujer sólo sabía que el niño tenía calzado pero no podía declarar como era y no dio detalles del hallazgo.

En su relato, la mujer también habló de la relación con los policías, contó que informaba a la Policía Federal de Goya por la venta de drogas y que se siente culpable de haberle pedido a su marido por más seguridad y dejar los vehículos en la comisaría porque cree que las pruebas que dieron positivo fueron plantadas.

De esta manera, Caillava asegura que no tiene relación con Laudelina ya que su relación era con Catalina. Tampoco dice tener relación con Maciel y sospecha que la falta de custodia en los vehículos fue clave para que dieran positivo las pericias. La mujer puso el foco en Benítez, en sus movimientos, en su falta de remera y su nerviosismo durante la desaparición del niño.

Después de la mencionada fue el turno de la declaración indagatoria a su marido, el ex oficial de la armada Carlos Pérez. El hombre coincidió con su esposa en que se fueron del lugar sin conocer que Loan estaba perdido y aseguró que ellos creían que Laudelina estaba yendo al naranjal a buscarlo, por eso se fueron del lugar. También coincide en la declaración acerca de la tapera y sostuvo que cuando regresaron, vio en ese lugar a los familiares buscando y que fue allí donde Caillava se unió a la búsqueda identificando a Laudelina entre los que participaban del recorrido en ese lugar.

El hombre también puso el foco en la actuación de Antonio Benítez. “En un momento llega Benítez con el torso desnudo y se sienta y se toma un vaso de agua y vuelve a salir. No lo vi más”, declaró ante la jueza. En un momento y ante una pregunta puntual de la magistrada, Pérez aseguró que tenía sospecha: “Me llamó la atención ver volver a Benítez sin remera, transpirado y corriendo. Lo que yo vi de esta persona... Lo vi deambular, perdido, sin hablar con nadie. Por su comportamiento, me dio la sensación de una persona que no está en su normalidad”. También dijo que supo del falso hallazgo de Loan, pero sólo por los medios.

En resumen, Pérez coincidió con Caillava y Laudelina en sus sospechas sobre Antonio Benítez, sus movimientos y su extraña forma de mostrarse sin remera. El ex personal de la armada negó también tener relación con el comisario Maciel y siguió la misma línea de su esposa con respecto a las sospechas sobre que le hayan plantado pruebas en la camioneta. Además denunció haber sido torturado, aseguró ser inocente y cuestionó que con su detención y con una serie de mentiras y comentarios públicos le hicieron mucho daño a su familia.   

La última de los imputados en declarar, de quienes participaron del almuerzo, fue Mónica Millapi. Algunas fuentes vinculadas al expediente aseguraron que fue una declaración más breve y que pareciera haber menos sospechas sobre ella. La mujer describió el almuerzo y su relación, sobre todo con Laudelina y Antonio Benítez, y aseguró que a Victoria Caillava la conocía pero nunca cruzó palabra. Vinculado al momento de la desaparición, Millapi también apuntó contra Benítez de quien dijo “se fue solo a buscar naranjas” y minutos después se sumaron ella, su marido, los chicos, Laudelina y Camila.

Millapi también explicó que cuando llegaron al naranjal no veían a Benítez y que fue Laudelina quien nombró “la tapera”. La mujer aseguró que no conocía el lugar y su marido tampoco pero que Laudelina les marcó para que lado ir. A su vez manifestó que se alejaron del grupo para atender un llamado telefónico y que en ese momento Loan estaba; pero que al volver “empiezo a mirar las cabezas de los chicos y ahí digo 'falta un chico' y Antonio dijo 'sí, mi sobrino Loan'”, relató. En ese momento, Benítez volvió a irse para el lado del naranjal y se sumó poco después Laudelina, que “se metió al monte donde se metió Antonio” contó. La esposa de “Fierrito” Ramírez señaló que vio a Laudelina ir hacia el lado de la tapera sola y que ella la siguió con otras personas para buscar al niño. En su relato, Millapi describe que después de ese momento no volvió a ver a Antonio.

En su declaración ante la jueza dijo que buscó en la tapera si estaba Loan, que había otra gente, pero logró ver pisadas que eran de adultos. Que en el lugar había un pozo y que su marido, con otro hombre, buscaron allí. Después de eso contó que había muchas personas buscando y que se fue junto a Ramírez y dos policías directamente a la comisaría, donde pasaron la noche. En ese momento, Millapi describió el hallazgo de Loan. “Escuchamos como a las tres de la mañana que el policía nos dijo que apareció Loan. El comisario salió y dijo que apareció, habló con Laudelina que estaba con el teléfono. Yo le mandé un mensaje a mi hijo y le dije que apareció. La tía dijo que era mentira, que ella estaba hablando con Camila y que le dijo que no era así. A la media hora llaman y dicen que fue una falsa alarma”, relató.  

La mujer también habló de la ropa y de los movimientos de la policía y Benítez. En esa parte de la declaración dijo algo que llamó la atención de los investigadores cuando aseguró que a ella y a su marido le sacaron la ropa para peritar pero que no hicieron lo mismo con Benítez, a quien incluso lo notó con otras ropas cuando llegó a la seccional policial. Contó que la primera noche estuvo en la comisaría con su marido y con Laudelina y que recién al otro día, por la noche, sumaron a Benítez. En esa declaración, Millapi aseguró que “Benítez estaba con el comisario, nosotros a Maciel no lo conocíamos”. El relato debió interrumpirse para que fuera atendida por la psiquiatra del penal de Ezeiza, retomó y respondió algunas preguntas más. 

En resumen, Millapi se mostró como una persona que no conocía el lugar pero marcó la tapera como un lugar que era conocido para Antonio y Laudelina. Disiente con otros testimonios sobre cómo notaron que faltaba Loan, reconoce el momento del hallazgo de Loan y que poco después les hablan de una falsa alarma.

Ahora, la jueza federal Pozzer Penzo deberá avanzar con la contrastación de pruebas y definir el rol de cada uno de los imputados a quienes, por ahora, los acusa de coautores de la sustracción y ocultamiento del menor. En medio, no se descarta que pueda haber careos y destacan algunas situaciones clave, como los movimientos de Antonio Benítez y la situación sin su remera, la falsa aparición de Loan, el recorrido de todos por la tapera -y las vinculaciones a Benítez- y los movimientos de cada uno en la tarde de la búsqueda. Con esos ejes como claves, se espera que avancen las declaraciones testimoniales. Según fuentes vinculadas a la investigación, no se descartan futuros operativos y que, incluso, pueda haber más detenciones.