La organización de derechos humanos Abuelas de Plaza de Mayo anunció el sábado la muerte de Laura Fernanda Acosta, mujer que había sido apropiada durante la última dictadura cívico militar y cuya identidad fue restituida en 1997. "Toda esta historia, dura y triste, sin embargo, ha estado marcada por la valiente búsqueda de la verdad, la solidaridad entre compañeros, el valor del compromiso y el amor por la vida", dijo Abuelas en el comunicado.
"Desde Abuelas de Plaza de Mayo expresamos nuestro enorme dolor por el fallecimiento de una de nuestras nietas, Laura Fernanda Acosta", informó el reconocido organismo de DD.HH.
Luego, relataron la historia de Laura y contaron cómo fue su búsqueda por su verdadera identidad. "Laura nació el 15 de septiembre de 1974 en Santa Fe. El 2 de diciembre de ese año fue detenido su padre, Lidio Juan Acosta, y el 30 de diciembre quedó como preso político a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Casi tres años después, entre septiembre y octubre de 1977, fueron secuestradas Laura y su madre, María Dolores Vargas, que continúa desaparecida. Se desconoce dónde permanecieron cautivas. Aparece niña de 3 años 'perdida', publicó por entonces el diario La Razón", inició el relato.
Y continuó: "Abuelas encontró a Laura 18 años más tarde, en 1995. Había sido entregada a otra familia, de apellido Molinas, que también buscaba a una niña desaparecida, concretamente a su sobrina, hija de los militantes asesinados María Guadalupe Porporato y Francisco "Pancho" Molinas. Esta familia crió a aquella niña “perdida” sin saber que la verdadera Paula Andrea Molinas –tal era el nombre de su sobrina– había sido adoptada por un matrimonio de Córdoba cercano a su padre".
"Cuando Paula conoció su historia y localizó a su familia biológica en la provincia de Santa Fe, éstos recurrieron a nuestra Asociación para saber cuál era la identidad de la joven que ellos habían criado. En 1996, los análisis genéticos confirmaron que se trataba de Laura Fernanda Acosta, y el 16 de mayo del año siguiente la justicia le restituyó su verdadera identidad. Así, pudo reencontrarse con su padre, que la buscó siempre". añadió.
Luego, Abuelas señaló que otros nietos restituidos "se han ido pronto de este mundo", pero desde la organización los recuerdan "cada día". "Las secuelas del terrorismo de Estado son severas. Los familiares de las víctimas las padecen hasta hoy. Muchos murieron en plena dictadura, arrasados por el sufrimiento ante la desaparición de sus seres queridos. El año pasado tuvimos que lamentar la partida de Paula Andrea Molinas, y ahora la de Laura, ambas por enfermedad", indicó.
Por último, el organismo presidido por Estela de Carlotto indicó: "Toda esta historia, dura y triste, sin embargo, ha estado marcada por la valiente búsqueda de la verdad, la solidaridad entre compañeros, el valor del compromiso y el amor por la vida. Huelgan las palabras. Abrazamos a toda la familia y las amistades de Laura, especialmente a su padre, Lidio, “el Cabezón”, quien fue un activo integrante de Abuelas, un padre que luchó no sólo por encontrarla a ella, sino a todos los nietos y nietas desaparecidos que buscamos".