El brote histórico de dengue con más de 151 mil casos y 106 muertos a lo largo de la Argentina está generando fuerte tensión en guardias y salas de internación del sector público y privado que se encuentran repletas de pacientes con esta enfermedad. Pacientes y los propios profesionales de la salud registran el colapso en la atención médica primaria y denuncian falta de insumos y reactivos para el diagnóstico del dengue por el incremento de precios y ausencia de un protocolo de emergencia ante el incremento de la infección. Especialistas advierten que las secuelas de este brote histórico puede ser crítico para la población a causa de la falta de una vacuna para impedir la reinfección grave y que podría poner en jaque a la vida.
Según el nuevo informe del Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación en lo que va de la temporada 2023/2024, de fines de julio y comienzos de agosto de 2023 hasta mediados de marzo de este año, ya se registraron 151.310 casos de dengue. El dato relevante es que de ese total, 134.202 se registraron este año. Se trata del pico histórico de casos de la enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, en Argentina.
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En este marco, se reportaron salas y guardias repletas de personas con síntomas compatibles al dengue en hospitales de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí se presentan pacientes con "dolores musculares, en las articulaciones, de cabeza, fiebre alta y a veces algunas manchitas en la piel”. En los casos más graves, con hemorragias. Muchas permanecen con atención ambulatoria y en los peores cuadros con asistencia e internación.
El médico de guardia del Hospital Interzonal General Agudos “Pedro Fiorito" de Avellaneda, Aníbal Aristizábal, explicó a El Destape que este brote de casos de dengue está poniendo en tensión el sistema de salud siendo los sectores con mayor fragilidad y posibilidad de entrar en crisis el sector público. El secretario general de CICOP puntualizó que esto se debe a diferentes situaciones “que tienen que ver con falta de recursos humanos y, en el último tiempo, a la liberación de precios de insumos que se utilizan en salud, ya sean reactivos de laboratorio e inclusive medicamentos que muchas veces están dolarizados”.
“La libertad de estos precios ha encarecido muchísimo la atención en salud, ya que la recaudación de los Estados provinciales y la recaudación de las obras sociales no acompañó ese nivel de gasto por lo que tenemos una dificultad para garantizar ciertos elementos que son indispensables para la atención”, apuntó. El profesional hizo hincapié en la situación del territorio bonaerense y detalló que “en particular en provincia de Buenos Aires vemos que los proveedores del Estado no se presentan o lo hacen con sobreprecio entonces se caen las licitaciones, por ejemplo, de reactivos”. Se trata de los elementos para poder determinar si la persona infectada cursa el dengue, actualmente muchos nosocomios solo cuentan con PCR que solo determina si está cursando una infección, pero no define su origen.
En esa misma línea, el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, sostuvo en El Destape Radio que "esta es una epidemia que su peor momento comienza ahora, en marzo y abril. De hecho, todavía seguimos subiendo la cantidad de casos". Es por eso que buscan relevar información epidemiológica para exponérsela a la Nación y, así, "solicitar que para la próxima epidemia tengamos esa vacuna". "Las decisiones económicas y sanitarias del gobierno nacional en los últimos tres meses hicieron muy difícil el cotidiano de la gente, las obras sociales y del sistema de salud", expresó previamente en un tuit.
En este sentido, el médico de la guardia del Hospital Fiorito apuntó que, frente a la situación de insumos y capacidad de respuesta que es crítica, la alta demanda de salud configura la tormenta perfecta”.
En esta línea, el enfermero y referente de ATE del Hospital General de Agudos Dr. José María Ramos Mejía de CABA, Luis Ledesma, detalló que “como enfermeros veíamos hace 15 días el aumento de los casos de dengue y veníamos avisando que los ministros tenían que tomar cartas en el asunto y ahora estamos viendo la gran demanda por el brote que alertamos”.
“En el Ramos Mejía en las guardia los 5 box se encuentran completos, los sectores febriles sobrepasados”, detalló. En esta línea, el enfermero del Hospital Durand, Héctor Ruiz, advirtió la misma situación en el nosocomio y detalló que los PCR que se están utilizando para los diagnósticos sólo detecta si tenés una infección pero no confirma si es dengue, lo que impide definir un cuadro certero y el tratamiento.
“Estamos atendiendo con precariedad, no hay tules para los pacientes, no hay mosquiteros, no hay repelentes, nos dieron un espiral. La falta de sensibilidad a los pacientes es total”, apuntó y detalló que en general “las guardias están saturadas porque también hay muchas bajas porque los enfermeros están afectados por este brote”.
En coincidencia, el secretario general adjunto de la asociación de médicos de la actividad privada de la Ciudad de Buenos Aires, Antonio Di Nanno, afirmó que “han generado espacios febriles pero ya no hay reactivos en el sector público", mientras que en el sector privado sostuvo que solo las instituciones grandes están teniendo la capacidad para sostener “la cantidad de casos que es brutal”. El profesional advirtió que no hay ninguna campaña de prevención desde el Gobierno nacional y la falta de políticas hacen que se ponga en tensión principalmente los hospitales públicos.
Dengue sin control: las graves consecuencias para el futuro y la urgencia de una vacuna
Los profesionales también coincidieron en que este brote de dengue tiene otro elemento preocupante para el futuro próximo: existe un 80 por ciento de los pacientes asintomáticos, es decir que no generan síntomas, lo que podría provocar una reinfección grave. Alertan por la urgencia de contar con una vacuna además de políticas públicas de descacharreo, fumigaciones y propaganda para frenar el brote.
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“Estamos con más de 100 mil casos pero hay un 80 por ciento de pacientes asintomáticos, es decir, que no generan síntomas. Por lo tanto, tenemos una parte altísima de la población que tuvo dengue y no lo sabe: esa gente debería ser vacunada para disminuir las posibilidades de que el verano que viene presente algún cuadro grave con un dengue hemorrágico o shock por dengue a causa de la reinfección”, detalló Aristizábal. Sin embargo, por ahora desde el Estado nacional no están avanzando con una política sanitaria respecto a la inoculación.
En este sentido, Antonio remarcó las consecuencias posteriores y sostuvo que aún “no sabemos cuáles pueden ser las consecuencias de este brote a largo plazo”. “Por querer ahorrar en vacuna este año, el próximo se gastará aún más en insumos y aparatología, camas críticas sin mencionar el precio en vida”, completó Aníbal Aristizábal.