El dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que se cría en agua limpia pero estancada. Este mosquito es pequeño, activo durante el día y su rango de vuelo no excede los 150 metros, aunque puede desplazarse más lejos si ingresa a vehículos o medios de transporte.
Una de las características clave del dengue es que no se transmite de persona a persona directamente. Para que el virus se propague, es necesario que un mosquito infectado pique a una persona sana. El ciclo de transmisión comienza cuando el mosquito se alimenta de la sangre de alguien infectado y luego pica a otra persona, transfiriendo el virus.
Síntomas del dengue: cómo se manifiesta
El dengue puede presentar síntomas que fácilmente se confunden con otras enfermedades, como fiebre, sarpullido y malestar general. Es importante estar atento a estas señales para evitar complicaciones. Los síntomas más comunes incluyen:
- Náuseas y vómitos.
- Sarpullido.
- Dolor en los ojos, generalmente detrás de ellos.
- Dolor muscular, en las articulaciones o en los huesos.
Estos síntomas suelen durar entre 2 y 7 días. Y la mayoría de las personas se recuperan después de una semana. No obstante, es crucial mantenerse alerta, ya que los síntomas pueden agravarse en algunos casos.
¿Cómo se trata el dengue?
Actualmente no existe un tratamiento específico para el dengue. Si se presentan síntomas, lo más importante es acudir a un centro de salud lo antes posible. Algunos pasos recomendados para manejar la enfermedad son:
- Consultar al médico: Si aparecen síntomas de dengue como fiebre, es fundamental buscar atención médica y mencionar cualquier viaje reciente.
- Descanso: Es clave para ayudar al cuerpo a recuperarse.
- Controlar la fiebre: Se recomienda tomar paracetamol, pero evitar medicamentos como la aspirina o el ibuprofeno, ya que pueden aumentar el riesgo de sangrado.
- Hidratación: Es esencial beber mucho líquido, como agua o bebidas con electrolitos, para evitar la deshidratación.
Es importante recordar que, aunque los síntomas suelen ser leves, el dengue puede complicarse rápidamente y evolucionar a una forma grave.
Dengue grave: una emergencia médica
En aproximadamente 1 de cada 20 casos, el dengue puede volverse grave, lo que representa una amenaza seria para la salud. El dengue grave puede causar shock, hemorragias internas e incluso la muerte. Además, es más probable que ocurra si la persona ha tenido una infección previa.
Los síntomas del dengue grave suelen aparecer entre 24 y 48 horas después de que la fiebre inicial desaparece. Entre los signos de alerta que indican un posible dengue grave se encuentran:
- Dolor o sensibilidad en el estómago.
- Vómitos frecuentes (al menos tres veces en 24 horas).
- Sangrado por la nariz o encías.
- Presencia de sangre en vómitos o heces.
- Sensación extrema de cansancio.
Tratamiento del dengue grave
El dengue grave requiere atención médica inmediata, dado que puede ser potencialmente mortal. En estos casos, se considera una emergencia y es probable que el paciente necesite hospitalización para recibir tratamiento especializado.
Para prevenir el dengue, es fundamental evitar la acumulación de agua estancada en el hogar y utilizar repelente para reducir el riesgo de picaduras de mosquitos. Además, es importante seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias durante los brotes.