El dengue alcanzó un récord de casos en el país durante este año y, según el último boletín y epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Mario Russo, durante las primeras 13 semanas del año se notificaron 269.678 personas con la enfermedad (252.566, pertenecen al 2024) y 197 fallecidos. Ahora, desde el Centro Nacional de Diagnóstico e Investigación en Endemoepidemias (CeNDIE) Anlis Malbrán detectaron que los mosquitos empezaron a mostrar más resistencia y los insecticidas ya no producen el mismo efecto.
En conjunto con la Red Argentina de la Vigilancia a la Resistencia a Plaguicidas, el Malbrán lleva adelante desde 2019 un proyecto de investigación donde describen y analizan el estado y la distribución geográfica actual de la resistencia desarrollada por el Aedes aegypti; gracias a este estudio, advirtien a los municipios sobre el impacto del mal uso de insecticidas y señalan que "no es la única" solución para controlar el dengue, por lo que hay que plantear "estrategias comunitarias".
"Los insecticidas no deberían ser utilizados a gran escala porque los mosquitos también están expuestos a otros insecticidas, como por ejemplo a los del agro, y con el estudio empezamos a detectar que hay grados de resistencia debido a varios factores. Por eso se solicita que solamente se apliquen en los momentos de brote, y no como manera preventiva apenas aparecen los primeros mosquitos, porque el insecticida no es agua", explicó en una entrevista a Noticias Argentinas la directora del centro, Mariana Manteca Acosta.
Si bien especialistas marcan que entienden el pedido de la población para fumigar, alertan que el mal uso o sobre uso de los insecticidadas cuando no son necesarios generan resistencia en el insecto. "Por eso hay lugares del país en donde hay mucha resistencia y otros donde empieza a notarse. En esos lugares el insecticida mata, pero solo a un grupo de la población, no a todos", añade la experta.
Frente a esto, la directora del CeNDIE señaló que la prevención del dengue debe realizarse por medio de diferentes abordajes: "No es solo tirar insecticidas, hay que ver la parte socioambiental y pensar en los territorios. Además, si uno lee los protocolos, no se recomiendan los insecticidas para prevenir. Porque estos matan al mosquito adulto, pero hay que saber en qué momento hacer la fumigación". Y añade: "Algo que nosotros recomendamos es atacar los estados inmaduros que son las larvas y así evitar los potenciales sitios de cría".
Según la especialista, lo más importante es ocuparse de los "lugares de cría", es decir donde los mosquitos ponen los huevos. Eso suele ocurrir, principalmente, en las viviendas. "Un potencial lugar de cría es cualquier objeto que acumule agua, eso es lo que hay que evitar. Lo que intentamos siempre, cada vez que vamos a los municipios, es que las personas puedan reconocer cual es el estado inmaduro del mosquito y después buscar con ellas y ellos el lugar donde puede aparecer porque no es solo la botella tirada. Los lugares potenciales son miles y más en las ciudades de Argentina en las que el mosquito se fue adaptando a todo, es bien urbano, y no está en zonas silvestre", detalló.
Con respecto a la investigación, Acosta explicó que el trabajo -en conjunto con municipios bonaerenses- no solo se basa en informar sobre la resistencia de la especie sino también en identificar lugares de cría, tomar muestras y analizarlas para generar estrategias de prevención. "No estamos en contra de los insecticidas, decimos que hay que empezar a buscar estrategias en conjunto para que no sea el único método porque estamos yendo a que no los vamos a poder utilizar más, no tendrán efecto", concluyó.
Argentina atravesó epidemias de dengue en 2009, 2016, 2020, 2023 y 2024 -es decir, cada tres o cuatro años-. Es la primera vez que se trata de dos años consecutivos. En 1986, el Aedes aegypti apareció en la región en la provincia de Misiones; en 1995, arribó a Buenos Aires y actualmente, en el 2024, llegó hasta Neuquén. "Empezó a bajar hacia el sur por la crisis climática, lugares que eran fríos y comenzaron a ser tropicales y ciudades urbanas", explican. "Nunca las estrategias de salud pueden ser una sola, siempre hay que abordarla desde el conocimiento".