En la curiosa localidad de El Arañado, ubicada en el centro de Córdoba, sus habitantes aseguran ser el "centro del universo" y colocaron una placa que lo "confirmó". A pesar del debate sobre esta afirmación, el pueblo cuenta con otros atractivos turísticos para visitar.
Desde 2007, los vecinos decidieron denominar a El Arañado como el "centro del universo" y esta idea fue apoyada por la mayoría de los habitantes. Después de realizar cálculos basados en coordenadas, el municipio aceptó la colocación de una placa conmemorativa en la entrada principal del pueblo.
Esta localidad de Córdoba tiene menos de tres mil habitantes y más allá de su polémica autoproclamación, tiene varios atractivos turísticos para visitar. Además de un recorrido por su casco histórico, donde se pueden apreciar panaderías tradicionales y disfrutar de su centro cultural, también es posible realizar tours guiados por las industrias locales, siendo la producción láctea una de las más destacadas de El Arañado.
Por último, este pueblo celebra desde 1938 la “Fiesta Provincial de la Tradición Gaucha” entre el 24 y el 25 de mayo de cada año. Este es otro gran motivo para incluir a la localidad en el itinerario de un viaje.
Cómo llegar El Arañado, en Córdoba
Para aquellos que deseen conocer la famosa placa que identifica a El Arañado como el "centro del universo", el viaje desde Córdoba capital requiere recorrer tan solo 147 kilómetros. El trayecto comienza en el centro de la ciudad y continúa por la Autopista Córdoba-Rosario hasta llegar a la localidad de Pilar, donde se toma un desvío por la Ruta Provincial 73. Después, se atraviesan localidades como Costa Sacate, Rincón, Villa del Rosario, Luque, Calchín y Sacanta, hasta finalmente llegar a El Arañado.
Dónde queda el pasaje que parece salido de Europa y está "oculto" en Buenos Aires
En pleno corazón de Recoleta, uno de los barrios más elegantes de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra un lugar mágico y encantador que resistió el paso del tiempo. Hablamos del afamado Pasaje del Correo, también conocido como Pasaje Suizo, un rinconcito escondido en un callejón que conservó su arquitectura original desde la década de 1920 y forma parte de una de las tantas curiosidades de CABA.
Este pasaje fue diseñado hace más de 100 años por Felipe Resteno, sin imaginar que se convertiría en uno de los lugares más queridos y visitados de Buenos Aires. En sus dos plantas, destacan el imponente portón de hierro en la entrada, los balcones de estilo francés, las grandes puertas de madera rústica y los faroles coloniales que le dan un encanto único. Actualmente, el Pasaje del Correo alberga varios comercios que invitan a los visitantes a perderse entre sus encantadores negocios.
Pero más allá de su belleza arquitectónica, este lugar esconde una interesante historia. Durante mucho tiempo, funcionó allí una oficina postal, lo que llevó a las 21 familias que habitaron el pasaje a bautizarlo como Pasaje del Correo. Incluso hoy en día, se conserva el icónico buzón rojo del Correo Argentino, recordando aquel pasado postal.
A medida que pasó el tiempo, el Pasaje Suizo se transformó en un centro comercial, pero sin perder su esencia original. Hoy en día, se puede disfrutar de cafés, restaurantes, escuelas de teatro y comedia musical, talleres de yoga y oratoria, un centro de diplomacia e incluso un jardín de infantes. Sin dudas, un lugar perfecto para recorrer y disfrutar de diversas propuestas.
Es importante destacar que desde 2009, el Pasaje del Correo forma parte del listado de "Inmuebles Singulares" del código de Planeamiento Urbano de la Ciudad de Buenos Aires. Esto significa que sus fachadas y estilo histórico están protegidos y no pueden ser modificados, y solo se pueden intervenir los interiores de las construcciones. De esta manera, se garantiza que este rincón único en el corazón de Recoleta permanezca intacto para las futuras generaciones.