Ducharse antes de irse a dormir no es una simple conducta. Muchas personas eligen bañarse por la noche, cuando terminan sus tareas del día, antes de irse a dormir, mientras que otros optan por ducharse a la mañana. Según la psicología, bañarse por la noche tiene una profunda explicación acerca de la personalidad de los individuos.
Está comprobado por estudios científicos que ducharse por las noches tiene múltiples beneficios, ya que ayuda a relajarse y dormir mejor. De acuerdo con la psicóloga y especialista Dra. Jennifer L. Miller, ducharse por la noche ayuda a "señalarle al cerebro que es hora de relajarse". Por esta razón, quienes eligen hacerlo por la noche responden a un tipo de personalidad.
Qué significa bañarse por las noches, según la psicología
La experta señala que las duchas de agua caliente por las noches generan una sensación de calma y tranquilidad, ya que más allá de limpiarse el cuerpo, ayuda a que bajen los niveles de cortisol, hormona encargada de manejar el estrés. Por esta razón, quienes se duchan por la noche tienden a ser personas que controlan mejor el estrés, la ansiedad y que tienen un descanso más óptimo que quienes se duchan por la mañana.
Según la Dra. Sheryl R. K. Watts, "la temperatura del cuerpo juega un papel crucial en el ciclo del sueño" y el enfriamiento del cuerpo que se produce luego de una ducha caliente es lo que ayuda a dormir mejor. Por todo esto, los expertos recomiendan bañarse de noche para gozar de una mejor salud mental.
Qué significa acumular los platos sin lavar en la cocina, según estudios
Dejar los platos acumulados en la cocina sin lavarlos dice mucho sobre la personalidad de los individuos, según estudios realizados por científicos, psicólogos y psiquiatras. De acuerdo con los expertos, este no es un simple hábito que las personas tienen, sino que responde a una serie de patrones de personalidad que dan indicios sobre la conducta y manera de ser de las personas.
Es normal dejar los platos sin lavar en la cocina de vez en cuando, ya sea porque estás muy cansado, porque te tenés que ir a trabajar o porque no tenés ganas de hacerlo en el momento. Sin embargo, si este hábito se repite a diario y se sostiene en el tiempo, puede ser un indicador crucial sobre la personalidad de quien lo hace.
Si procrastinás tareas como lavar los platos, puede significar que tu sistema de recompensa está dañado. El sistema de recompensa del cerebro es una red neuronal que se activa cuando ciertos estímulos nos generan satisfacción. Por ejemplo, cuando hacemos una tarea placentera (como comer), el cerebro lo asocia con algo positivo y genera dopamina, ya que se produce una gratificación instantánea. Sin embargo, las personas que se vuelven adictas a este placer inmediato suelen procrastinar tareas poco placenteras, que no generan una sensación de felicidad a corto plazo, como lavar los platos.
Por esta razón, los psicólogos, psiquiatras y expertos en neurociencia recomiendan practicar posponer el placer inmediato, ya que el cerebro tiende a priorizar tareas que generan placer fácil y posponer aquellas que generan una molestia o un esfuerzo, como lavar los platos. Sin embargo, si entrenamos a nuestro cerebro para realizar estas tareas sin posponerlas tanto (por ejemplo, lavando los platos apenas terminamos de cenar), nuestro cerebro dejará de percibirlo como una actividad aburrida y recibirá satisfacción al completar una tarea, generando a largo plazo el placer de ver los platos limpios, en este caso.
Esta simple procrastinación de lavar los platos puede verse reflejado en otros hábitos de tu vida. Quizás, pospongas otras cosas más importantes, como ir a entrevistas laborales, empezar proyectos que querés, ir a lugares o eventos, o simplemente privarte de hacer cosas que deseás, simplemente por el esfuerzo que conlleva el proceso. En cualquier caso, se aconseja que empieces poniéndote metas cortas, ya que las metas muy grandes podrían abrumarte. Si comenzás de a poco, evitarás sentirte ahogado y alcanzarás tus objetivos de manera más eficiente, progresiva y sostenida en el tiempo.