La pandemia del coronavirus COVID-19 ha sido terrorífica a nivel sanitario y, sin dudas, fue la peor de sus consecuencias. Sin embargo, no fue el único problema que se generó a raíz del avance del virus. La desigualdad ha crecido y la brecha económica también ha mostrado su crecimiento. En Argentina se detecta esa situación en la Ciudad de Buenos Aires.
En un informe de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) elaboraron un informe que analiza los efectos sociales que generó la pandemia en los barrios más vulnerables del territorio porteño. En ese sentido, indicaron cómo fueron los efectos sociales del escenario en las comunas y en las villas de la ciudad.
De acuerdo al gráfico acerca del endeudamiento de los hogares, el 15% de los hogares en villas de la Ciudad están endeudados y es el porcentaje más alto entre los barrios de la Ciudad. Por otro lado, en el mismo estudio que también hay una merma en la conectividad en toda la Ciudad. Entre los que están más afectados por estos déficits viven en las zonas más desfavorecidas. Casi 5 de cada 10 hogares presentan problemas de conectividad para desarrollar las actividades. Ya sea tanto una acceso una computadora como acceso a internet.
Uno de los datos más llamativos fue como creció el nivel de "endeudamiento" en las villas de la Ciudad de Buenos Aires durante la pandemia del COVID-19. Lejos de haber habido una respuesta desde la Ciudad, según este informe de la Defensoría del Pueblo, los niveles de endeudamiento de los hogares, sea por solicitud y obtención de préstamos o créditos para iniciar o sostener emprendimientos productivos, o para adquirir bienes de consumo durables, o para pagar deudas se acrecentaron fuertemente. En ese mismo sentido, indicaron que casi un 30% de los considerados como "trabajadores marginales" registraron un nivel mayor de endeudamiento durante la pandemia.
En el análisis que hace la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, hacen referencia a que "es muy probable que, en un contexto de crisis, tal situación dicho indicador sea una expresión de necesidad por empobrecimiento, que de expectativas de mejoramiento socioeconómico". Según el informe, "los indicadores que presentan una evolución de disminución del déficit en el marco del contexto COVID-19, son los hogares residentes en los espacios socioresidenciales más vulnerables en términos de espacialidad urbana y condiciones de habitabilidad (es decir, en las Comunas de la Zona Sur y en las Villas CABA)".
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