Más de seis meses pasaron desde que un grupo de rugbiers asesinara a golpes a Fernando Báez Sosa, ahora la fiscal Verónica Zamboni recibió los resultados de una prueba que incrimina a los jóvenes y es que la zapatilla ensangrentada encontrada en la casa de los imputados corresponde a Máximo Thomsen.
Según revelaron fuentes de la investigación a Infobae, el estudio realizado por el Laboratorio Scopométrico de la Policía Federal en Mar del Plata determinó que la marca de la zapatilla estaba sobre el cuerpo de Fernando y que el calzado coincide con el pie de uno de los principales acusados del crimen, Máximo Thomsen.
Los pies de los acusados fueron identificados uno por uno con una técnica especial que incluye comparaciones fotográficas, lecturas de ondas de luz mediante un videoespectrómetro y el uso de tinta litográfica, la misma que se usa para la toma de huellas dactilares, lo que comúnmente se conoce como “tocar el pianito”, pero con los pies.
Esta prueba tiene una importancia en la causa porque reafirma la responsabilidad del joven en la muerte de Fernando Báez Sosa. No obstante, los acusados siguen bajo la imputación de homicidio agravado por alevosía, y se enfrentan la posibilidad de ser condenados a prisión perpetua.
La chata de lona negra había sido atribuída a Thomsen desde el comienzo. El video tomado por teléfonos celulares que toma el momento exacto del crimen en la madrugada del 18 de enero pasado frente a la disco Le Brique en Villa Gesell muestra al ex jugador del CASI y del Arsenal de Zárate con un calzado similar en los pies. La zapatilla luego fue encontrada entre todo el material incautado por la DDI de Villa Gesell, la sangre todavía estaba en su puntera, seca y a simple vista.
No obstante, la fiscal todavía tiene tiempo para pedir la elevación a juicio y en el mientras tanto, tiene intenciones de producir nuevas pruebas con testimonios que espera recolectar en las próximas semanas.