Desde el comienzo de la pandemia del COVID-19 en todo el mundo, son diversos los estudios que dan cuenta de las secuelas de la enfermedad en las personas, entre ellas las psicológicas que cada vez son más detectables. En este marco, la Argentina realizó el primer relevamiento, justamente, sobre los efectos psicológicos causados por COVID-19 y se reveló un aumento de la ansiedad, la depresión y las falencias neurocognitivas.
La investigación fue llevada a cabo por el Observatorio de Piscología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en base a una muestra de 742 casos en todo el país de diversas edades, géneros y estratos socioeconómicos, que atravesaron la enfermedad de forma leve a grave.
El 64,4% de los participantes reportó fallas cognitivas (entre leves, moderadas y severas).
"Estudiamos desde los casos más leves hasta quienes estuvieron hospitalizados y hospitalizados con asistencia respiratoria y lo que encontramos fueron distintos niveles de ansiedad según esta severidad", explicó a Télam Etchevers, secretario de Investigaciones de Psicología de la UBA, quien lideró el trabajo junto a Cristian Garay.
Resultados del estudio sobre las secuelas del COVID-19
En el primer relevamiento realizado en el país sobre las consecuencias psicológicas provocado por el COVID-19 arrojó que "el 64,4% de los participantes reportó fallas cognitivas (entre leves, moderadas y severas)".
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Asimismo, "más del 56% percibió síntomas compatibles con depresión clínica" y más del 45% aseguró haber tenido "sintomatología ansiosa entre moderada y severa".
Más del 43% reportó que su memoria se deterioró tras contraer COVID-19.
Respecto a estas últimas secuelas del COVID-19, el estudio también reveló que quienes más las padecieron fueron aquellos "de niveles socioeconómicos bajos, los de menor nivel educativo, quienes no realizaban previamente ejercicios, aquellos que fumaban y quienes sufrieron síntomas como fiebre y falta de aire durante la enfermedad".
Por otra parte, el 46,3% de las personas consultadas respondieron "que su atención empeoró" y poco más del 43% reportó que su memoria se deterioró tras contraer COVID-19. Mientas que alrededor del 40% señaló que "cambió su tendencia a pensar en la muerte y/o en el suicidio", de acuerdo a la investigación.
Duración de las secuelas del COVID-19
Respecto a la extensión de los efectos de la enfermedad, se detectó que duran hasta 90 días luego del alta de la enfermedad, lo que demuestra que fueron "trastornos de larga duración". Etchevers describió que de los 742 casos estudiados, "el 32% requirió tratamientos psicológicos después de la enfermedad y de los 501 que respondieron que no, el 68% considera que lo necesitaría pero que por diversas razones no accedió".
Por otra parte, otro resultado destacado fue que el caso de las personas en situación de mayor vulnerabilidad "los porcentajes de sintomatologías fueron mayores", lo que "se puede comprender dentro del contexto de la crisis económica, sentirse menos protegidos o sin cobertura" remarcó el profesional a Télam..
Lo cierto es que un relevamiento como este que llevó a cabo la UBA se realizaron en todo el mundo, principalmente en Europa y Estados Unidos. Este estudio, en tanto, permite esclarecer que las consecuencias del COVID-19 tanto en pacientes que lo transitaron de forma leve o grave son similares por lo que este nuevo descubrimiento aportará conocimiento respecto a "si personas que reciben el alta del coronavirus, con este estos tipos de secuelas, pueden necesitar un tratamiento posterior o no".