En medio de la crisis que desató el coronavirus y el drama de argentinos que no pueden volver a sus casas, tras 55 días varados en el mar llegaron al país 11 argentinos, pasajeros del crucero holandés MS Zaandam, donde se registraron varios contagios de coronavirus y hubo al menos cuatro personas muertas.
“Estoy feliz, emocionado, contento. Estoy muy contento por lo que se logró, fue un trabajo colectivo. Cuando subimos al ómnibus en Miami para ir desde el puerto al aeropuerto Fort Lauderdale, el cónsul dijo que lo que logramos con la presión nuestra y la coordinación de las agencias del Estado argentino, le abre la puerta a un montón de pasajeros y trabajadores que están en cruceros. Estamos contentos y felices. Debo pasar en un hotel la cuarentena, así que dentro de dos semanas, recién voy a ver a mis hijos”, contó Dante Leguizamón, el periodista cordobés que estuvo a la deriva en tres cruceros distintos, propiedades de la naviera estadounidense Holland American Group, anoche en exclusiva a El Destape.
Tras llegar a Ezeiza, Leguizamón y otras dos pasajeras de Rosario y Santa Fe emprendieron cerca de la medianoche el regreso a sus lugares de destino, donde deberán pasar la cuarentena preventiva y obligatoria.
De los 55 días que estuvo en el mar, en los buques Zaandam, Rotterdam y Caribbean Princess, el cordobés pasó 33 días en un camarote de apenas tres metros cuadrados, en el primer subsuelo del crucero Zaandam, sin ventana, ventilación, ni luz natural. Apenas había espacio para dos literas y un pequeño escritorio, donde convivieron dos personas y sólo podían subir a cubierta tres veces por día por lapsos de 20 minutos.
Invitado por un amigo músico, Leguizamón zarpó el 8 de marzo en el buque Zaandam de bandera de Países Bajos. Tras pasar por las Islas Malvinas, donde envió material para los Servicios de Radio y TV (SRT) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), el cordobés iba a terminar su recorrida el 21 de marzo en el puerto de San Antonio, a 100 kilómetros al este de Santiago de Chile, donde desembarcaría para regresar en ómnibus a Córdoba.
Sin embargo, los puertos chilenos se cerraron el 14 de marzo con la declaración de pandemia por el Covid-19 y el Zaandam comenzó un viaje sin destino hacia el norte. Con cuatro muertos por coronavirus que fueron derivados a la morgue del crucero y más de 20 contagiados, en Panamá se sumó el Rotterdam, otro buque de la compañía Holland American Group. Ambas naves cruzaron desde el Pacífico al Atlántico por el Canal de Panamá con un permiso humanitario del Gobierno panameño y atracaron en el puerto de Miami. Algunos pasajeros descendieron en EE.UU. y otros, entre los que se encontraba Leguizamón y otros diez argentinos –cinco músicos y cinco pasajeros- fueron trasbordados al Rotterdam. Cuando todo parecía solucionarse, el segundo crucero de la Holland American Group abandonó la costa de EEUU y salió hacia mar abierto rumbo a Bahamas, pero en aguas internacionales del mar Caribe.
El 2 de abril, los trabajadores de ambos buques fueron notificados que la empresa norteamericana los despedía por la crisis financiera ocasionada por el Covid-19, minando aún más el estado de ánimo de tripulantes y pasajeros.
El pasado jueves 23 de abril, los 11 argentinos que estaban retenidos en el Rotterdam recibieron un masazo en su ánimo: fueron trasbordados a un tercer crucero, el MS Caribbean Princess -también de naviera estadounidense Holland American Group- y les avisaron que no serían repatriados, sino que ese buque iniciaría un viaje de 40 días hasta el puerto de Santos –el mayor de Latinoamérica- a 70 kilómetros de la ciudad brasileña de Sao Paulo. “Ese día sentí que perdí toda esperanza de volver a mi país, quizá llegaría a Brasil y de ahí no sé cuál sería mi destino”, contó Leguizamón.
Pero en los tres primeros días de esta semana, todo cambió. Hasta el viernes pasado, Holland American Group sostenía ante las autoridades de Cancillería argentina que llevaron adelante las tratativas para la repatriación de Leguizamón y los diez compatriotas; que el periodista y los cinco músicos eran tripulación y que los enviarían a Sudamérica en el Caribbean Princess. La semana pasada, en el mar Caribe se reunieron cerca de 20 cruceros de la misma compañía estadounidense y comenzaron a trasbordar a los tripulantes por nacionalidad. Los sudamericanos fueron confinados en el Caribbean Princess, que tendría como destino final el puerto de Santos. Los asiáticos fueron reunidos en otros cruceros, como así también los tripulantes provenientes de Oceanía. Mientras que los africanos fueron trasbordados a otras naves.
La llegada de Dante Leguizamón al país fue producto de un fino trabajo diplomático que realizaron el abogado del periodista cordobés, Claudio Orosz; el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro y la directora de Migraciones, Florencia Carignani con los directivos de la naviera Holland American Group y el gobierno de EE.UU.
“Nosotros, junto a Ramiro Fresneda, como abogados de los familiares de Leguizamón habíamos interpuesto un recurso de hábeas corpus para que Holland American Group presentara a nuestro cliente. La Cámara Federal de Córdoba se portó muy bien, porque le requirió a Migraciones los antecedentes de Dante Leguizamón, sus condiciones de embarque y la Justicia nos informó oficialmente lo que sabíamos desde un principio: el ciudadano argentino Dante Leguizamón abordó el crucero Zaandam de bandera de Países Bajos y perteneciente a la compañía estadounidense Holland American Group en calidad de pasajero, no de tripulante”, detalló a El Destape, el abogado Orosz.
El representante del periodista cordobés agregó que “en esta negociación diplomática tuvieron un papel muy destacado el ministro “Wado” De Pedro y la directora nacional de Migraciones, Florencia Carignani; quienes aportaron toda la documentación al canciller Felipe Solá”.
Con la documentación oficial de la Dirección Nacional de Migraciones que confirmaba que el periodista cordobés, pese a haber sido invitado por un tripulante del crucero Zaandam, abordó su viaje en calidad de pasajero, Holland American Group ordenó al capitán del MS Caribbean Princess poner proa rumbo a Miami.
Ya en el aeropuerto Fort Lauderdale de Miami, el ómnibus con los pasajeros ingresó directamente a la pista donde los esperaba el cónsul argentino y un médico contratado por el Gobierno nacional, quién controló el estado de salud de cada uno de los once pasajeros del barco que iba a subir al charter de Eastern que los traería de regreso a Ezeiza.
“Hubo un grupo que se armó, Repatriación Dante, donde actuó mucha gente muy querida. Al grupo lo armó Lucas Alonso, y fue clave para que los primeros 11 varados en un crucero fuéramos repatriados. Les quiero agradecer a Natalia Fernández, Andrea Leguizamón, Carolina Scotto, Martín y Ramiro Fresneda, Claudio Orosz, Federico Nanzer, Martín Notarfrancesco y Roberto Cantos, además de Lucas”, detalló Leguizamón a El Destape.
En su cuenta de Twitter, el cordobés había anunciado: “A las 12.50, los once pasajeros argentinos originales el #Zaandam de @HALcruises subimos a un avión de #EasternLine y emprendimos nuestro regreso”, y agradeció al presidente Alberto Fernández, al canciller Felipe Solá y al ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro.
También denunció: “Pasamos 52 días arriba de tres barcos, víctimas de la soberbia de una empresa. Sólo 5 de esos días fueron “un viaje”. Los restantes 47 los pasamos encerrados, algunos en lugares de 3 metros cuadrados”. Y anunció que “según nos dicen, gracias a nuestra presión y al trabajo conjunto de agencias gubernamentales, nos convertimos en los primeros “repatriados” de #Cruceros”.