Ante el avance del COVID-19 y el aumento de los contagios en todo el mundo, un fuerte interrogante surgió en torno a cómo afecta esta enfermedad en personas que padecen asma y si este cuadro tiene vínculo directo con los casos graves del coronavirus como también de las tasas de mortalidad.
En este marco, un reciente estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores del grupo de Neumología del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), reveló que el asma no parece estar relacionada con una peor evolución de la COVID-19 y refutó la teoría de que las personas asmáticas son mas susceptibles al virus.
En el informe, que se publicó en la revista ERJ Open Research, se analizaron a 71 pacientes asmáticos que habían ingresado en el Hospital Universitario Vall d’Hebron con neumonía por SARS-CoV-2 desde el 1 de marzo hasta el 30 de junio. El trabajo partió de los primeros estudios publicados en China, Corea y Nueva York sobre la relación entre el SARS-CoV-2 y los pacientes con asma bronquial en los que el asma no se identificó como un factor de riesgo para desarrollar una COVID-19 grave. A partir de esta premisa, el objetivo del estudio fue estimar la prevalencia de asma en pacientes hospitalizados con neumonía severa por coronavirus, en una región geográfica donde la prevalencia del asma ronda el 6%.
En el estudio se realizó un análisis transversal de todos los pacientes ingresados en Vall d’Hebron con infección por SARS-CoV-2 confirmada por PCR, un total de 2.226 pacientes. A partir de la historia clínica electrónica se registraron datos como la edad, el sexo, si padecían o no asma y la presencia de comorbilidades (enfermedades previas). En los 71 pacientes con asma se recopilaron datos sobre el fenotipo, la gravedad y el tratamiento que seguían para el asma.
En el estudio se encontró que solo el 3,2% de los pacientes hospitalizados con enfermedad grave tenían asma, una prevalencia inferior a la de la población general del ámbito geográfico donde se realizó el estudio, que ronda el 6%. “Si también tenemos en cuenta que 54 (76%) de los 71 pacientes afectados presentaban comorbilidades que se ha demostrado que están directamente relacionadas con la afectación del SARS-CoV-2, la prevalencia de asmáticos sin otras alteraciones que padecen enfermedad grave se reduce a solo el 0,8%, una tasa similar a la reportada por LI et al en Wuhan, del 0,9%, donde la prevalencia del asma también es del 6%”, detalló María Jesús Cruz, integrante del estudio. “Nuestros resultados apoyan la idea de que el asma no parece ser un factor de riesgo para el desarrollo de COVID-19, al menos en pacientes hospitalizados con formas de infección más graves”, agregó el investigador Xavier Muñoz.
Según la Iniciativa Global contra el Asma (GINA, por su sigla en inglés), el único caso en que el riesgo de muerte por COVID-19 aumenta por asma es en el de pacientes "que recientemente habían necesitado OCS (corticoides orales sistémicos) para su asma y en pacientes hospitalizados con asma grave".
Mitos y prejuicios sobre el asma
Este 5 de mayo, bajo el lema “Vos podes controlar tu asma” se celebra el “Día Mundial del Asma”, una efeméride impulsada por la Iniciativa Global para el Asma (GINA) con los auspicios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el objetivo de informar sobre esta patología. Se estima que actualmente más de 300 millones de personas en todo el mundo sufren asma.
En este marco, GINA expuso los mitos y prejuicios en torno al asma. Las principales postulaciones erróneas acerca del asma:
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Es una enfermedad de la infancia e infecciosa: falso. La enfermedad puede ser de toda la vida, aparecer en la infancia, adolescencia, adultez o mismo tercera edad.
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Sólo se puede controlar con dosis altas de corticoides: falso. Hoy existen alternativas terapéuticas que permiten disminuir el uso de corticoides mejorando la calidad de vida del enfermo.
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Los pacientes no pueden realizar actividades físicas: falso. Un buen control del asma, persona puede realizar actividad física, inclusive de alta competencia y a nivel profesional
En este sentido, profesionales aseguran que es fundamental individualizar el abordaje de cada caso para saber el origen de la enfermedad y tomar, de esta manera, mejores decisiones terapéuticas para obtener mejores resultados. Asimismo, saber interpretar la historia de la enfermedad de cada paciente para determinar el impacto del asma en su vida diaria.
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