Crisis y Teletrabajo: las empresas se aprovechan y una cifra muestra cómo los trabajadores salen perjudicados

La regulación que se debate en el Congreso estipula que los empleadores deberán pagar costos extra en servicios del hogar, proveer herramientas de oficina o compensación económicamente. Qué pasa hoy.

29 de junio, 2020 | 18.46

La pandemia del coronavirus puso de manifiesto una necesidad urgente, la de regular el teletrabajo. Una modalidad que ya existía pero no de forma extendida en toda la sociedad y que por la cuarentena se convirtió en la norma. Una encuesta reveló que el 56% la considera como una forma nueva de hacer sus tareas y que sólo el 4% de los empleadores se hizo cargo de alguno de los gastos extra del hogar o de proveer equipamiento de oficina acorde a las tareas, uno de los puntos centrales de la normativa que se debate en el Congreso de la Nación.

Un sondeo de Adecco Argentina reveló que, a 100 días de comenzado el aislamiento social, sólo el 4% de quienes realizan trabajo remoto reconoció que la empresa se hizo cargo de los costos extra en el servicio de Internet, telefonía celular, comida o equipamiento de oficina, como computadoras o una silla ergonómica para evitar problemas físicos por la mala postura. Como se sabe, las casas particulares no están equipadas para desarrollar tareas, sea por la falta de elementos como la convivencia con la familia o los vecinos.

Sobre este punto, el proyecto que aguarda a ser tratado por el Senado estipula que los materiales de trabajo, tanto físicos como de software, deberán ser provistos por el empleador que también deberá pagar los costos extra que se reflejen en un mayor consumo de los servicios del hogar del empleado o una compensación si es que éste utiliza sus herramientas para llevar adelante sus tareas.

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Además, el 47% de los encuestados consideró que es más difícil lograr un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Al 28% sí le resulta complicado, mientras que para el 18% no. Durante el debate en Diputados algunos manejaron, como beneficio, la posibilidad de pasar más tiempo con la familia o de ahorrar tiempo y realizar las labores en la comodidad del hogar, sin embargo no es una postura sostenida por quienes se encuentran bajo esta forma de trabajo. Por eso, se manifestó la necesidad de lograr la desconexión digital. Los jefes no podrán enviar mensajes o pedir tareas fuera del horario u objetivos convenidos, un punto que también generó controversias.

El lunes, durante el debate en la Comisión de Legislación del Trabajo, Viviana Díaz, abogada y quien fuera Coordinadora del Programa de Teletrabajo del Ministerio de Trabajo entre 2003 y 2016, apuntó a los problemas por el mal uso de la tecnología, como puede ser no dormir, sufrir lesiones, tener el síndrome de vibración fantasma, generar estrés o adicción a la tecnología, lo que redunda en la salud física y mental de los empleados.

Lo más difícil a la hora de trabajar desde el hogar, según los encuestados, está relacionado con la posibilidad de mantener una rutina estable (28%), tener una buena conexión a Internet (24%), trabajar con la familia alrededor (21%), trabajar solo (10%), las exigencias del trabajo (8%), las actividades de la casa (6%), y ayudar a los chicos con las tareas del colegio (3%). La regulación que se debate en el Congreso también reconoce, por primera vez de forma explícita, la importancia de garantizar un espacio para las tareas de cuidado en caso de tener bajo su responsabilidad a menores de edad, personas con discapacidades o adultos mayores que tengan alguna dependencia.

Pese a estas dificultades, el 51% aseguró que continuaría trabajando desde su casa, lo que establece la pauta de que esta actividad se extenderá en el tiempo y que podría convertirse en una modalidad mucho más extendida en tiempos normales. Ésto no quiere decir que todos optan por realizar el teletrabajo todos los días de su vida.

Sólo el 22% sostuvo que podría hacerlo durante toda la semana para ir a la oficina para asistir a reuniones importantes. Lo más extendido es “un mix de todo”. El 28% preferiría ir tres veces por semana a la oficina; el 15% lo haría dos veces y el 5% sólo en una ocasión. En tanto, el 14% prefirió asistir las cinco jornadas a su lugar de trabajo y el 16% tiene empleos no teletrabajables. O sea, que no se puede realizar de forma remota.

Díaz recordó las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo entre las cuales se señala el carácter voluntario del teletrabajo, reversible, el reconocimiento de condición de asalariado, mismos regímenes de prestaciones sociales y promociones, garantía del ejercicio de actividades sindicales, gastos e inversiones tecnológicas a cargo de la empresa, sistemas de contacto presencial, formación continua, prevención seguridad y salud laboral, comunicaciones entre teletrabajadores y empresa para quienes ejerzan sus tareas desde el hogar.

El proyecto recibió media sanción el jueves con  214 votos positivos, 1 negativo y 29 abstenciones con el objetivo de garantizar un piso mínimo de derechos para los empleados, como igualdad en la remuneración con quienes realizan sus tareas de forma presencial y la representación sindical, además de los otros puntos mencionados anteriormente.