En un hecho que conmocionó a la provincia de Córdoba, el pasado 2 de enero, Jenifer Raimondo, de 30 años, confesó haber matado a su padre, Atilio, de 63 años. Tras estar detenida durante 13 días, la mujer recuperó la libertad y fue imputada por "emoción violenta".
La hija y el padre vivían en una casa en una zona rural de Almafuerte. Según informaron medios locales, el crimen sucedió cerca de la 1 de la madrugada y fue un hermano de la atacante e hijo de la víctima quien se topó con la escena y dio aviso a la Policía.
La mujer fue hallada en la escena del crimen, sentada y con evidentes manchas de sangre en su ropa, a la altura del estómago. Los efectivos policiales la detuvieron de inmediato y la trasladaron a la comisaría. A pesar de los esfuerzos médicos, Atilio Raimondo no pudo ser salvado y falleció camino al Hospital Municipal de Almafuerte.
Inmediatamente, el fiscal de Río Tercero, Alejandro Carballo, la imputó por homicidio calificado por el vínculo y ordenó su detención. No obstante, las autoridades informaron que la mujer recuperó la libertad tras el cambio de carátula que incorpora la emoción violenta al homicidio.
"Así se ha modificado estructuralmente la situación procesal y con una fianza, más las cuestiones procesales que dejan claro que no se puede profugar”, explicó el abogado de Jenifer, Carlos Pajtman, a ElDoce.tv. De este modo, en lugar de prisión perpetua podría recibir penas de 10 a 25 años en caso de ser encontrada culpable, además de poder seguir el proceso judicial en libertad.
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El abogado Pajtman se refirió a los casos de abusos físicos y secuelas que habría sufrido la mujer por parte de su padre: “Las pericias psicológicas y psiquiátricas hablan de que en realidad esta niña tuvo abusos sexuales desde muy jovencita, pero previo a eso, desde niña tuvo mucha violencia física”, señaló.
“Estos datos se corroboran con relatos familiares, con relatos de amigos y con una pericia psicológica y psíquica que deja a las claras cómo ha sucedido todo esto y por qué ha sucedido todo esto”, explicó.
En ese sentido, detalló que la "violencia terminó un día ante otro requerimiento sexual más. Requerimientos que se han hecho desde más o menos los 13 años hasta los 30”. “El último requerimiento fue la gota que rebasó el vaso y concluyó con un homicidio en emoción violenta. Apuñaló a su padre en emoción violenta”, explicó.
Córdoba: un jubilado discutió con su hijo y lo mató de un disparo en la cabeza
En otro caso de violencia familiar a comienzos de 2025, Osvaldo Romero, un jubilado de 72 años, fue imputado recientemente por homicidio calificado por el vínculo, tras ser señalado como el principal sospechoso de haber asesinado de un escopetazo a su hijo, Gabriel Romero (41), con quien discutió durante el almuerzo de Año Nuevo, en el barrio Villa Adela, ubicado a las afueras de la Capital.
El dramático episodio ocurrió unos minutos después de las 12 del mediodía de este 1.º de enero, en una casa ubicada en la calle Lagunilla al 4900, donde la familia se había reunido para celebrar. Sin embargo, todo terminó en una tragedia.
Según la información que revelaron medios locales, la víctima padecía de esquizofrenia y vivía en un contexto de fuerte violencia familiar. El hombre mayor, dueño de la casa, habría tenido intercambios con su hijo. La discusión escaló a tal nivel que el jubilado tomó un rifle y realizó un disparo. Los vecinos escucharon el tiro y advirtieron a la Policía sobre lo que ocurría en la casa.
Según la información oficial, la víctima todavía presentaba signos vitales en el momento en que fue trasladado al establecimiento de salud. El autor del disparo quedó detenido automáticamente y en el interior de la casa se secuestró un rifle calibre 22 largo, marca FM Isleño, con un cargador y cuatro cartuchos de bala. En el informe médico se consignó “muerte por traumatismo de cráneo encefálico”, según informó el medio La Voz.
La fiscalía de Violencia Familiar de Tercer Turno determinará el futuro del hombre tras la feria judicial.