Durante la pandemia del COVID-19, los sectores populares que se la rebuscan para tratar de conseguir trabajo fueron los más golpeados. Cuando una tragedia azota a estos trabajadores, los problemas se notan aun más. En los últimos días se registró un incendio en el galpón de una cooperativa de recicladores en La Cava y lo único que se mantuvo en pie fue un mural de la Virgen de Itatí. Tras esto la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, se hizo presente en el lugar y acompañó a las y los vecinos, y a las y los cooperativistas tras el siniestro de su sede.
En sintonía con el prometido por la intendenta, autoridades provinciales y municipales reafirmaron el compromiso de iniciar un trabajo articulado con Nación y Provincia para recuperar la infraestructura de la cooperativa y, a su vez, brindar las herramientas necesarias para ayudar a las familias que producto del incendio vean afectado su trabajo diario.
Estuvieron presentes el ministro de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque, y el Jefe de Gabinete del Municipio de Quilmes, Alejandro Gandulfo, quienes encabezaron esta mañana un encuentro con los trabajadores y las trabajadoras de la Cooperativa de Cartoneros de Villa Itatí, tras el voraz incendio que sufrió ayer el establecimiento de dicho espacio.
Durante la jornada de ayer, la Jefa comunal mantuvo conversaciones con el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof; con el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo y también con el ministro provincial Andrés Larroque para comenzar a planificar un esquema de trabajo que permita poner de pie este lugar fundamental para la comunidad del barrio, el cual inició con la reunión de este miércoles.
En un depósito utilizado para acopiar y reciclar, las llamas de un feroz incendio devoraron todo el trabajo de este grupo de trabajadores recicladores y devotos de la Virgen de Itatí. El lugar es una de las cien villas miserias de Quilmes. Allí, miles de trabajadores viven de reciclar materiales.
El incendio arrasó con la maquinaria para reciclar, los vehículos (dos camiones Mercedes Benz, una camioneta 350 y dos autoelevadoras) y la materia prima (el papel lo compactan en inmensos cubos) donde trabajan 200 “poetas sociales”. En principio, se supo que las llamas se desataron por un cortocircuito que derivó en el incendio total del depósito sin víctimas humanas.
“Decí que se nos trabaron los portones. Porque nuestra idea era poder abrirlos. Sacar los vehículos y después volver a cerrar”, explicó Manuel, uno de los jóvenes cartoneros de la villa que acompaña la recorrida por encima de las cenizas. Sin víctimas fatales, pero con un dolor en el alma por lo perdido, solo hubo una cosa que se salvó: un mural de la Virgen de Itatí. Justamente, una de las hermanas franciscana que vive en la zona desde el año 2000 agregó que con el paso del tiempo su trabajo mejoró. “Primero iniciamos al aire libre la cooperativa. Luego una primera casilla y con el tiempo los mismos vecinos fueron dando más espacio. En total esto eran 10 casillas”, señaló.
Previo al incendio, el lugar fue uno de los puntos más importantes para los chicos de la zona. El hermano salesiano “Coco” Romanín contó que el aérea productiva, el reciclado, es solidaria para la construcción del otro aspecto de la comunidad villera: la educación y cultura. Al lado del depósito incendiado más de cien chicos reciben apoyo escolar, también estudiantes de bachiller como terciarios y universitarios.
“Para la pandemia tuvimos que crear el comedor ‘Punto Solidario’. Cerrada la Capital Federal, los cartoneros, más las empleadas domésticas, los albañiles, todos oficios a domicilios, que llamamos changas (trabajos temporarios sin derechos), estaban sin trabajar. Por eso de lunes a sábados mantenemos 450 viandas”, detalló Romanín que vive en la Villa Itatí a pocas cuadras del depósito incendiado. “Detrás de cada crisis existe una oportunidad. Este es un llamado a confiar en Dios como dice el evangelio de hoy. En nuestra debilidad él se fortalece. Debemos crecer en el espíritu de la solidaridad”, concluyó el vecino. Lo único que no destruyeron las llamas fue el mural donde pintaron la Virgen de Itatí y las frases “todo por los pibes” y “reciclando nuestra realidad construimos el futuro”.