Influenza y resfrío común: diferencias, síntomas de cada una y tratamiento

Empieza el frío, y con su llegada, aumentan las enfermedades respiratorias. Es importante conocer las diferencias para poder actuar de una mejor manera.

20 de junio, 2023 | 16.34

Durante el otoño y el invierno, es común encontrarse con la gripe y el resfriado, dos afecciones respiratorias frecuentes. Sin embargo, es común que las personas confundan los síntomas de ambas enfermedades, lo que puede llevar a tratamientos inapropiados y empeorar su salud.

Con el fin de evitar esta confusión, a continuación te presentamos algunas pautas generales para reconocer los primeros signos de cada enfermedad y actuar de manera adecuada.

¿Cuál es la diferencia entre la gripe y el resfriado?

La gripe, causada por los virus de la influenza, es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa. Sus síntomas incluyen fiebre alta (38º o más), dolor de cabeza, fatiga, tos, dolor de garganta, congestión nasal, dolor muscular y malestar generalizado.

En algunos casos, especialmente en niños, también pueden presentarse síntomas digestivos como náuseas, vómitos y diarrea. El período de incubación de la enfermedad es breve, de 2 a 5 días, y se considera altamente contagiosa desde un día antes de que aparezcan los síntomas hasta siete días después.

El resfrío, por su parte, es una enfermedad infecciosa muy común que afecta principalmente las vías respiratorias superiores. Tiene una mayor incidencia durante la temporada invernal, aunque su aparición no está determinada exclusivamente por el clima frío. El resfrío es ocasionado por diversos virus presentes en el entorno, los cuales se propagan cuando una persona afectada tose, habla o entra en contacto con otras personas. Existen más de 200 virus diferentes que pueden causar esta enfermedad, lo que significa que es posible contraer más de un resfrío al año, cada uno causado por un virus distinto.

Los primeros síntomas, como irritación de garganta, congestión nasal, estornudos, tos, dolor de cabeza, fiebre moderada, fatiga y dolores musculares, suelen aparecer entre dos y tres días después de haber estado en contacto con la fuente de infección.

La fase de mayor contagio abarca los primeros cuatro días, y aunque algunos resfríos pueden durar hasta dos semanas o más, la mayoría se resuelve en aproximadamente una semana. A diferencia de la fiebre, en la gran mayoría de los casos no se presenta fiebre y los síntomas suelen ser mas leves, aunque siempre hay que estar atentos a cualquier complicación, en especial en personas que puedan tener algún riesgo de salud previo.

¿Cómo prevenir y tratar ambas enfermedades?

En ambos casos, acudir al médico si persisten o empeoran los síntomas es la mejor opción.

Gripe: cómo prevenirla y tratarla

La mejor forma de prevenir la gripe es mediante la vacuna antigripal, especialmente recomendada para grupos de riesgo como adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y trabajadores de la salud. También se puede prevenir la transmisión de persona a persona siguiendo medidas como lavarse las manos con frecuencia, evitar el contacto cercano con personas enfermas y cubrirse la boca al toser o estornudar.

En cuanto al tratamiento, se recomienda acudir al médico ante los primeros síntomas, descansar, beber líquidos, evitar el consumo de alcohol y tabaco, y evitar el contacto con otras personas para evitar contagios. Los medicamentos de venta libre pueden aliviar los síntomas, pero se debe consultar a un médico si persisten, especialmente si los mismos comienzan a aumentar en su severidad. La mayoría de las personas sanas se recuperan de la gripe sin complicaciones.

Cómo tratar y prevenir los resfriados

No existe una vacuna para prevenir el resfriado común debido a la variedad de virus que lo causan. Se pueden utilizar medicamentos para aliviar los síntomas. Además, se recomienda mantener una hidratación adecuada, descansar, tener un entorno cómodo y bien ventilado, elevar la cabecera de la cama y evitar el contacto con personas enfermas o fumadoras.

Lavarse las manos regularmente, cubrirse la nariz y la boca al estornudar o toser, y no compartir objetos personales también son medidas importantes para evitar el contagio. En caso de complicaciones o empeoramiento de los síntomas, se debe buscar atención médica. Es fundamental recordar que los antibióticos no son eficaces contra los virus y no deben utilizarse para tratar el resfriado común o la gripe.

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