Una persona con fibromialgia, una enfermedad causada por una alteración en la percepción e interpretación del dolor en el sistema nervioso central, puede pasar hasta diez años hasta tener un diagnóstico certero.
¿Qué es la fibromialgia?
"La fibromialgia es una enfermedad de reumatismo no articular, esto significa que su origen no es inflamatorio, y se caracteriza por un cuadro de dolor músculo-esquelético crónico y generalizado cuya causa es la alteración en la percepción e interpretación del dolor a nivel del sistema nervioso central", explicó a Télam, la médica psiquiatra Evangelina Melgar, coordinadora de la Clínica de Fribromialgia de Ineco en una entrevista realizada durante el 2018.
Y continuó: "Es decir, el dolor que la persona siente tiene una causa orgánica, no es subjetivo o psicológico como muchas personas, e incluso profesionales de la salud, todavía creen. Por eso es tan importante generar conciencia sobre la enfermedad, para que podamos llegar antes con el diagnóstico".
Síntomas
El síntoma principal de las personas que sufren fibromialgia es dolor en determinados puntos específicos del cuerpo como la zona lumbar, cervical, hombros, rodillas, muslos y brazos, y suele empeorar con el frío, infecciones, estrés y falta de sueño.
Otro de los síntomas, que se muestran típicamente asociados al dolor, es el agotamiento o fatiga crónica que oscila durante el día con una intensidad moderada a severa y también es frecuente que estos pacientes tengan trastornos del sueño: dificultades para conciliarlo o interrupciones frecuentes durante la noche.
Diagnóstico
"El diagnóstico de la enfermedad se da a partir de la clínica, es decir, de lo que cuenta el paciente y de la observación del médico; lo puede dar cualquier médico pero es importante que el paciente haga una consulta con un reumatólogo para descartar otro tipo de enfermedades como lupus, artritis o artrosis", sostuvo.
Si bien existe una predisposición genética, la enfermedad puede 'despertarse' tras un pico de estrés o una situación traumática, lo que, tal como explicó Melgar, sucede también con otras enfermedades como la hipertensión, la diabetes y el colesterol, etc. Esta fue la experiencia de Lily Días, una mujer de 51 años a tras la muerte de su mamá comenzó a tener dolores intensos en el cuerpo: "Un día me desperté con un terrible dolor en los hombros. Fui a una guardia y me dieron ibuprofeno y me mandaron a casa". "Como el dolor continuaba volví al médico y después de un extenso interrogatorio y de un examen de sangre para descartar otras enfermedades me dijo que tenía fibromialgia", recordó Días, en diálogo con Télam. Y añadió: "Tuve muchísima suerte, porque el diagnóstico puede tardar en darse 2, 5 o hasta 10 años".
MÁS INFO
La mujer recuerda que recibió el diagnóstico como "un baldaso de agua": "Sabía algo de la enfermedad pero lo primero que me decía todo el mundo es que era algo psicológico, que no podía ser que tuviera dolores todo el tiempo. Durante varios meses no conté en el trabajo que tenía esta enfermedad, hasta que una vuelta, tras una crisis, llevé un certificado. Al poco tiempo me despidieron", recordó.
Si bien no hay estadísticas nacionales, se estima que la prevalencia de esta enfermedad oscila entre el 0,7 y el 2% de la población y afecta mayormente a las mujeres. "No es una enfermedad incapacitante en sí, pero puede llegar a serlo si la persona no tiene un tratamiento adecuado. Y esto no se limita a la medicación, de hecho hay pacientes que han logrado controlar sus síntomas sin ella", afirmó Melgar.
Tratamiento
A este tipo de paciente se le recomienda una actividad física aeróbica recreativa, como caminatas, aqcua gym y danza terapia, así como técnicas de estiramiento como yoga, taichí y stretching. No debe ser un ejercicio intenso, de esta manera permite que el paciente pueda manejar sus tiempos de acuerdo a la intensidad del dolor que padece.
En paralelo, se debe llevar adelante un tratamiento farmacológico que funciona de la misma manera en todas las personas: no hay ninguna medicación que por si sola pueda eliminar toda la sintomatología, pero si tener en cuenta que algunas combinaciones farmacológicas podrían ayudar a disminuir el dolor y la fatiga como también mejorar el sueño.
Es necesario que el paciente entienda que así como en otras patologías donde es necesaria la medicación, también lo son los otros cuidados. Es decir, si no se realizan los estiramientos diarios, las técnicas de oxigenación y relajación, la psicoterapia y la actividad física diaria la persona no va a lograr mejoría ni control de sus síntomas en un largo periodo de tiempo. Si gradualmente se logran estos cambios hasta generarlos como hábitos nuevos, podrá conseguir el mayor control de los síntomas, pudiendo como en algunos casos disminuir o retirar el tratamiento farmacológico y así, mejorar su calidad de vida.